Lucas y Ayrton Saucedo se mantienen firme en la búsqueda de un supuesto comerciante de Buenos Aires que los estafó en más de $42 millones, un monto que retrasa la expansión de su emprendimiento en Rosario. Las víctimas no salen del asombro por las maniobras y la desaparición del estafador, que también se animó a robarle a Molino Cañuelas.
El pasado 1° de julio la distribuidora de frutos seco, derivados y harinas Rosario Nueces recibió una consulta desde Buenos Aires por parte de Flavio Hernán Ventrice sobre la lista de precios. El siguiente mensaje fue un pedido. Parecía un nuevo cliente para el emprendimiento y todo marchaba sobre rieles. Con el Cuit del presunto comprador, el equipo contable de la firma realizó las investigaciones comerciales de rutina y no hallaron vaivenes en sus cuentas, además figuraba con múltiples actividades registradas como venta mayorista a supermercados o insumos agropecuarios. Todo estaba en orden. Hasta la dirección donde pidió el envío se mostraba como una zona comercial e industrial con galpones, camiones, autoelevador, una imagen cotidiana en el mundo obrero.
La primera vez realiza un pedido por 900 kilos de nueces, 500 kilos de almendras, 100 kilos de pistacho y otros 100 kilos de ciruela. En una segunda tanda pide tomates, higos y ciruelas con carozo y sin carozo. Así hasta realizar ocho pedidos.
Sin levantar sospecha, Ventrice realizó compras por $42.342.615,12. “Los frutos secos son caros, se manejan esos números, estaban dentro de lo normal”, explicó Lucas Saucedo a La Capital al explicar el caso. El aval de sus contadores y las pruebas de las imágenes llevaron a los hermanos Saucedo a aceptar eCheqs (cheques electrónicos) a 20 días, una forma habitual en el manejo del día a día y cliente a cliente. Aunque nunca pensaron que podía ser un estafador hasta que el 1° de agosto vació el galón y dejó millones en rojo en el banco.
Sabía lo que hacía
“Sabía de lo que hablaba. No era un inexperto en nuestro comercio. Para entrar en el juego de la estafa se quejó de un envío. Ese comportamiento supuestamente no es de estafador, el que te quiere robar se queda con la mercadería y no dice nada”, remarcó Saucedo y reconoció que hasta en el cambio de mercadería se hicieron cargo de cada flete que partía desde Mendoza, lugar donde está el proveedor, hasta La Matanza en Buenos Aires.
Según lo que pudo averiguar Saucedo, Ventrice alquiló unos pocos metros cuadrados dentro del predio, donde indicó que era su dirección comercial y guardaba la mercadería que llegaba de Rosario Nueces y otras marcas.
En total, hasta este lunes son 68 cheques rechazados y deudas por $221.450.512,82, un monto que se actualiza a medida que rebotan los pagos de este supuesto comerciante. “Ventrice aprovechó la movida de otras empresas para presentarla como que eran de él. Hizo todo un montaje”, sentenció el titular de la firma y lamentó: “Si cae también Molinos Cañuelas. ¿Qué nos queda a nosotros los pequeños emprendedores de Rosario?”.
Más que dinero
La falta de pago para los Saucedo no solo significó un dinero y mercadería perdida en La Matanza, también dejó pasivos en la cadena de pagos con proveedores y otros actores, ya que al permitir pagos en eCheqs, optaron por la misma vía para pagarle a quienes producen sus nueces, almendras, maníes o pistacho entre otros. “Ventrice nos pagaba a 20 días y nosotros a los nuestros a 25 días. Así se completa la rueda. Nosotros no teníamos deuda con el banco o proveedor. Ahora tuvimos que rescatar esos cheques con créditos, préstamos a familiares, ahorros y hasta charlar con clientes para que adelanten sus pagos”, comentó Lucas.
La estafa por 42 millones de pesos devino en una deuda para los Saucedo de más de 80 millones de pesos por todos los movimientos mencionados. Y a la justicia recién pudieron llegar cuando se venció el último cheque emitido por el estafador.
Lucas Saucedo cargó la denuncia a través de la página web del Ministerio Público de la Acusación (MPA), días más tarde al no tener respuesta se acercó a las oficinas del organismo y pidió información. “La próxima semana te van a llamar”, le dijeron detrás de la ventanilla. Sin embargo, sigue esperando la comunicación desde la oficina del fiscal Carlos Covani.
Saucedo investigó con sus propios medios a Ventrice, aseguró que los cheques emitidos son propios del timador y hasta encontró fotos en las redes sociales. Además, tomó contacto con otros estafados, que trataron de ubicar al estafador en su propia casa y no pudieron. “Así se pierde la confianza en las personas y quizás paga los platos rotos un futuro cliente que va a tener que pagar adelantado y luego, con tiempo de relación, se puede generar otra forma. Nosotros nos manejábamos de palabra, hablando con la gente. Vendemos a todo el país y nuestra idea a fin de año era armar un depósito propio, pero esto nos liquidó”, dijo Saucedo que aún no puede sacarse la bronca de caer en las manos de un ladrón.