La calurosa tarde del 4 de febrero de 2001 y tras una acalorada discusión en torno a jurisdicciones, competencias y control en el Delta del Paraná, un grupo de concejales desembarcó en El Banquito frente a Rosario, en las islas entrerrianas. El gesto “colonizador” de aquellos legisladores que reclamaban la soberanía de las islas evoca lo que este jueves realizarán los actuales ediles del Palacio Vasallo en tierras entrerrianas: una sesión especial en la Escuela Marcos Sastre (isla El Espinillo), frente a la ciudad para afirmar el reclamo a que cese la quema de pastizales y se identifique a los responsables.
Aquella “epopeya” fue una señal de “territorialidad” donde el legislativo local quiso transferir la potestad de fiscalizar a manos del gobierno santafesino y el municipio.
En su momento el cortocircuito intenso se había producido con la intendenta de Victoria, Gracia Jaroslavsky, a quien señalaron como una “okupa” de las islas General Pistarini, Corsi norte y Corsi sur y hasta le habían reclamado que le devuelvan a las arcas rosarinas los tributos que cobraba a paradores y visitantes que pagaban una tasa por llegar hasta El Banquito.
En su proclama pública, un espectro político vasto le había solicitado al por entonces gobernador Reutemann y el intendente Binner a que “ejerzan el control real”. “La provincia debe tomar el control de El Banquito”, dijeron en su momento. “Todos los documentos demuestran que son nuestras”, vociferaron al exigir firmeza en los planteos.
Lo que algunos criticaron como un rapto de chauvinismo local no quedó allí, sino que luego se extendió a un encuentro cumbre en el túnel subfluvial para discutir entre autoridades entrerrianas y santafesinas la soberanía de aquellas doradas playas, tan preciadas por los veraneantes rosarinos.
En el 96, Binner le había solicitado al entonces gobernador Jorge Obeid el traspaso de estas tierras al municipio rosarino. Sin embargo, un año más tarde el Banquito fue cedido en comodato el Enapro (Ente Administrador Puerto Rosario) "para que las tierras fueran afectadas al desarrollo de las actividades portuarias".
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El proyecto del Enapro de instalar allí una estación de barcazas es eso, solo un proyecto.
En la práctica el Banquito se convirtió en una playa a la que concurren miles de rosarinos. Atento a ello y rápida de reflejos, la ex intendenta de Victoria, Gracia Jaroslavsky, comenzó a cobrar desde mediados de enero una tasa por derecho de muelle a cada rosarino que cruza a las islas.
De Febrero de 2001 hasta el momento pasó mucha agua bajo el puente, pero el enfrentamiento entre rosarinos y entrerrianos se reavivó con el fuego y la quema de pastizales. Este jueves, habrá una nueva incursión que busca darle visibilidad en la propia zona del conflicto.