El 20 de junio un tribunal de Alemania emitirá un fallo sobre una denuncia por abusos sexuales que salpicó al Papa Benedicto XVI (Joseph Ratzinger) cuando era arzobispo de Múnich. La espera de la sentencia tiene derivaciones: está complicando el reparto de la herencia del pontífice, quien murió en diciembre de 2022.
Según la agencia alemana KNA, Martina Holzinger, una de los cinco parientes a quienes toca la herencia del Papa emérito, renunció al legado porque quien la acepte deberá pagar la eventual indemnización si el Pontífice resultara culpable en la demanda civil pendiente.
Se trata de un proceso civil en el que Benedicto XVI aceptó participar aunque no estaba obligado, y que pretende determinar si cuando fue arzobispo de Múnich a principios de los años 80 hizo todo lo posible para impedir que un sacerdote pederasta cometiera abusos. Los otros cuatro primos aún no han anunciado su decisión a Georg Ganswein, antiguo secretario del Papa emérito y su actual albacea, quien se está ocupando de buscar a los herederos. Según explicó a los medios italianos, la herencia no incluía los derechos de autor, que fueron cedidos al inicio del Pontificado a la editorial de la Santa Sede. El papa emérito Benedicto XV falleció en diciembre del 2022 a los 95 años.
Benedicto XVI sorprendió al mundo el 11 de febrero de 2013 cuando anunció que ya no tenía la fortaleza para seguir al frente de la Iglesia católica, luego de ocho años al mando en medio de escándalos sexuales. Había subido al trono pontificio en abril de 2005. Su dramática decisión abrió paso al cónclave que eligió al Papa Francisco. Desde entonces los dos pontífices convivieron en los jardines del Vaticano, en un acuerdo sin precedentes que sentó las bases para que futuros “papas eméritos” puedan hacer lo mismo.
Su pontificado quedó marcado de forma irreversible por la ola de abusos sexuales desde 2010, a pesar de que cuando fue cardenal fue el responsable de que el Vaticano cambiase su enfoque sobre el asunto. A pesar de conocer muy bien el problema, la Santa Sede hizo caso omiso durante décadas a los crecientes casos de abusos sexuales en colegios y seminarios.
Benedicto XVI conocía la magnitud del problema, ya que en su puesto en la Congregación para la Doctrina de la Fe, que dirigió desde 1982, era el responsable de hacer frente a los abusos. Mucho después, en 2001 tomó la responsabilidad de procesar esos casos tras percatarse de que obispos de todo el mundo no castigaban a los agresores y se limitaban a cambiarlos de parroquia. Una vez que asumió el papado, actuó en forma muy distinta a Juan Pablo II, al tomar medidas contra el sacerdote mexicano Marcial Maciel. Benedicto XVI asumió el control los Legionarios de Cristo, la orden religiosa de Maciel, después de que se reveló que el fundador había abusado sexualmente de seminaristas y engendrado al menos tres hijos.