El gobierno comunista de Corea del Norte reabrió ayer la línea de comunicación telefónica con la vecina Corea del Sur luego de dos años de diálogo cortado, en medio del acercamiento protagonizado entre ambas partes en los últimos días, mientras que el presidente estadounidense, Donald Trump, endureció el tono contra Pyongyang. El "teléfono rojo" entre ambos países quedó reactivado ayer y la primera toma de contacto, de unos 20 minutos, giró en torno a cuestiones técnicas, informó el Ministerio de Unificación surcoreano. Seúl quiere aprovechar también futuras conversaciones para hablar sobre el programa nuclear y misilístico del aislado país comunista, aunque no está claro si el presidente norcoreano se prestará a ello.
La línea telefónica en la localidad fronteriza de Panmunjom estaba suspendida desde 2016 por las tensiones entre ambos países por el programa misilístico y nuclear norcoreano. El restablecimiento de la comunicación llega después de que el lunes el líder norcoreano Kim Jong-un plantease una sorprendente oferta de diálogo, anunciando su intención de enviar una delegación a los Juegos Olímpicos de invierno en la provincia surcoreana de Gangwon. Seúl respondió proponiendo una reunión de alto nivel en Panmunjom, el 9 de enero.
Está previsto que se converse sobre la participación de Corea del Norte en los Juegos Olímpicos de invierno el mes que viene en la localidad surcoreana de Pyeongchang, así como sobre una mejora de las relaciones intercoreanas. El último encuentro oficial entre altos representantes de Corea del Norte y del Sur tuvo lugar en diciembre de 2015. La comunicación oficial estaba trunca en protesta por el cierre del complejo industrial intercoreano de Kaesong, decidido por el anterior Ejecutivo surcoreano y como castigo por las pruebas nucleares y con misiles del norte.
China saludó ayer la reactivación de la línea telefónica entre ambas partes de la península coreana, así como los esfuerzos de ambas partes para mejorar sus relaciones antes de los Juegos Olímpicos de invierno.
En contraste con el actual acercamiento, el presidente estadounidense endureció en las últimas horas su tono respecto a Kim, al decir que tiene un botón nuclear "mucho más grande y más poderoso" que el del líder norcoreano. "El líder de Corea del Norte Kim Jong-un acaba de decir que su «botón nuclear está en todo momento en su escritorio»", tuiteó Trump. "Podría alguien de su régimen agotado y muerto de hambre informarle por favor que yo también tengo un botón nuclear, pero el mío es mucho más grande y más poderoso que el suyo, y que mi botón funciona", añadió.
En un discurso de Año Nuevo, el líder norcoreano afirmó que la opción nuclear es una "realidad, no una mera amenaza". Según Kim, su país logró en 2017 su objetivo de convertirse en potencia nuclear, algo que ya había asegurado tras las pruebas de un misil intercontinental (ICBM) Hwasong-15 a fines de noviembre.
Estados Unidos descartó la perspectiva de un diálogo intercoreano. "Necesitamos que paren con las armas nucleares y necesitamos que paren ahora", dijo su embajadora ante la ONU, Nikki Haley. A su vez, la vocero del Departamento de Estado, Heather Nauer, consideró que Kim estaría "intentado sembrar cizaña" entre Seúl y Washington.
Corea del Norte y del Sur llevan enemistados desde hace décadas. Entre 1950 y 1953 se enfrentaron en una guerra por el control de la península coreana que causó hasta 3,5 millones de muertos. El antecedente de este conflicto, un temprano episodio de la Guerra Fría entre capitalismo y comunismo, fue la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Tras la capitulación de Japón, que había ocupado la península de Corea, el sur fue tomado por tropas estadounidenses y el norte por tropas soviéticas, con lo que el país quedó dividido en dos.
El conflicto terminó el 27 de julio de 1953 con la firma de un armisticio que ratificó al Paralelo 38 como la frontera entre el norte comunista y el sur pro-occidental. Como nunca se suscribió un tratado de paz, para Norcorea el estado de guerra continúa hasta el día de hoy. Analistas son escépticos respecto al actual intento de diálogo de Kim. Advierten que Pyongyang busca un distanciamiento entre Seúl y Washington —aliados frente al país comunista— y el levantamiento de las sanciones surcoreanas. Tras el último ensayo norcoreano de un misil intercontinental, el Consejo de Seguridad endureció las sanciones contra Pyongyang. Entre otras cosas, restringió aun más la venta de nafta, diésel y crudo pesado a Norcorea.
Al habla. Un operador oficial surcoreano chequea el sistema de comunicación con el vecino del norte.