El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que aún no decidió si buscará un segundo mandato en 2024, y desdijo repetidas versiones de la Casa Blanca sobre este punto, en una entrevista en la que la tensión geopolítica con China y la guerra en Ucrania centraron también la agenda.
Biden, quien cumplirá 80 años en noviembre, dijo en una amplia entrevista concedida al programa “60 minutos” de la cadena CBS, que en principio el tema de la reelección es su “intención”, aunque aclaró que es “sólo eso, una intención. Que me presente de nuevo, eso está por verse. Es demasiado pronto”, abundó el líder demócrata, quien se autodefinió como “un gran respetuoso del destino”. La puntualización de Biden da por tierra con numerosas afirmaciones oficiosas de la Casa Blanca, en cuanto que el presidente descartó buscar un segundo mandato desde el inicio de este primero, en enero de 2021.
Al analizar el estado de la mayor economía del mundo, se mostró optimista, poco después de asegurar que en su país “ya terminó” la pandemia de coronavirus. También predijo que su gobierno contendrá la inflación, la principal razón de sus débiles índices de aprobación y la razón por la que la oposición republicana cree que pueden tomar el control del Congreso en las próximas elecciones de mitad de mandato de noviembre.
Consultado sobre la tensión con China desatada por la situación de Taiwán, Biden nuevamente desafió décadas de ambigua política estadounidense sobre la isla independiente, con la promesa de que enviaría tropas para defenderla si China intentara invadirla, como repetidamente amenaza hacer Pekín.
“Sí”, respondió, agregando que eso sucedería en caso de que China decida una agresión militar sobre Taiwán, cuya soberanía reclama como "provincia rebelde". Pero de hecho Taiwán es una nación independiente, con una floreciente economía y a diferencia de China es una democracia que se identifica con los valores de la sociedad occidental.
Hasta ahora, Washington aplicó un respeto de hecho a la cuestionable doctrina de Pekín bajo un formato que se conoce como “ambigüedad estratégica”, por la que reconoce la soberanía china sobre la isla pese a que esta tiene autogobierno pero se opone a cualquier intento de fuerza para acabar con la independencia de Taiwán. Aunque Washington provee de armas a Taiwán y sus fuerzas navales y terrestres entrenan de manera conjunta, no existe una promesa formal de apoyo militar estadounidense en caso de sufrir una agresión como la que amenaza concretar Pekín. Estas amenazas de invasión han crecido bajo la presidencia de Xi Jinping.
En otro severo mensaje al mayor rival económico y geopolítico de Estados Unidos, Biden aseguró que había advertido al presidente Xi Jinping que no apoyara militarmente a Rusia en su invasión de Ucrania. Afirmó que le dijo a Xi que la enorme inversión estadounidense y de otros países en China se vería interrumpida y que pensar lo contrario sería “un error gigantesco”.
También dijo que si el presidente ruso Vladimir Putin utiliza armas nucleares u otras no convencionales contra Ucrania la respuesta de Estados Unidos será “relevante. No lo hagas. No lo hagas. No lo hagas”, advirtió repetidamente a Putin. Biden elogió a los ucranianos por su heroica lucha contra la enorme fuerza de invasión rusa. “Están derrotando a Rusia”, apuntó. Preguntado sobre cómo definir la victoria de Kiev, dijo que “ganar la guerra en Ucrania es sacar a Rusia de Ucrania por completo”.
Pero dada la magnitud del sufrimiento humano y la destrucción infligida al resistir la embestida rusa, “es muy difícil considerar eso como una victoria”, añadió. Pese a las bajas calificaciones de su gobierno y las encuestas que muestran que los demócratas probablemente perderán el control de al menos una de las cámaras del Congreso, Biden dijo que es optimista.
Señalando que el empleo está en auge y la economía es fuerte, Biden dijo: “Esperamos que podamos tener, como se dice, un aterrizaje suave”.
En cuanto a las preguntas sobre si a su edad está física y mentalmente capacitado para continuar en el agotador trabajo de presidente, Biden respondió “mírame” y argumentó que la forma de juzgarlo es por sus actos.
Consultado por su fuente de inspiración cuando los tiempos se ponen difíciles, Biden mencionó a su hijo Beau, que murió en 2015, pero también la exhortación de sus padres de “simplemente levantarse” ante las adversidades, y concluyó la charla asegurando que que tenía “mucho más para dar” a su nación.