Neil Armstrong, el primer hombre que pisó la Luna, confesó que sólo había un 50 por ciento de posibilidades de que el alunizaje saliera bien "en el primer intento", como fue.
Neil Armstrong, el primer hombre que pisó la Luna, confesó que sólo había un 50 por ciento de posibilidades de que el alunizaje saliera bien "en el primer intento", como fue.
De 81 años y sin haber concedido un reportaje durante décadas, Armstrong rompió el silencio y afirmó que se toma a "broma" las teorías de aquellos que creen que la misión a la Luna fue una farsa.
"La gente ama las teorías de conspiración porque son muy atractivas, pero sé que un día alguien volará de regreso a la Luna y recogerá la cámara que me dejé allí". La Nasa adoptó las renombradas cámaras fotográficas Hasselblad para las misiones al espacio.
Armstrong dijo que junto a los astronautas Buzz Aldrin y Michael Collins no sabían con qué se iban a encontrar a su llegada al satélite y explicó que en el lugar previsto para aterrizar solo vio "pendientes empinadas y rocas muy grandes, del tamaño de automóviles". "No era un buen lugar en absoluto así que tomé el control manual y lo volé como un helicóptero en dirección oeste. Había muchas rocas y encontré un área pareja y pude bajar allí antes de que nos quedásemos sin combustible. Teníamos apenas para 20 segundos".
Armstrong, comandante de la misión Apolo 11, fue el primer hombre en caminar sobre la luna el 21 de julio de 1969 cuando la cápsula Eagle se posó.
La entrevista de Armstrong causó extraordinaria sorpresa ya que el veterano astronauta no ha ofrecido declaraciones en años. Decidió hablar para la Asociación Australiana de Peritos Contables Certificados.
Dicha asociación poco tiene que ver con las exploraciones al espacio. ¿Cómo llego Neil Armstrong a ser entrevistado por un grupo de contadores? Alex Malley, quien realizó la nota, dijo: "Sé algo que la mayoría no sabe sobre Armstrong: su papá era un auditor".
Armstrong se lamentó de que las ambiciones de la Nasa hayan disminuido desde los años 60. "Estoy preocupado por las orientaciones políticas con las que el gobierno dirige la agencia espacial". A su juicio, la Casa Blanca y el Congreso disienten sobre la dirección que debe llevar la Nasa y "no se dan cuenta de que tiran cada uno de un lado del volante".