La visita de Buena Vista Social Club tuvo un marco imponente. El domingo, en el City Center, el público disfrutó de dos horas de un show inolvidable: el "Adiós Tour". Una puesta escénica austera y un eficaz diseño de luces permitieron el lucimiento de los artistas y revitalizaron las canciones, la mayoría obras emblemáticas de géneros como el son, el bolero y la salsa. Omara Portuondo fue la estrella de la noche.
"Nuestro baile nacional: el danzón", anunció y saludó Jesús "Aguaje" Ramos, trombonista y director de la orquesta, de impecable traje rojo. "Como siento yo", de dulzura que atraviesa, incluyó el coro con las voces del sonero Carlos Calunga y de la sensual cantante Idania Valdéz.
"Viva Cuba y Argentina", arengó Calunga, adaptando la letra de la canción a la ciudad que visitaban. El momento de los homenajes tuvo un punto máximo en Ibrahim Ferrer. "Aplauso para un grande", pidió Calunga antes de versionar "Bruca Maniguá". La Buena Vista Social Club está integrada por once músicos de notables rendimiento individual, que aportan al brillante desempeño colectivo.
"La más bonita, la más sexy de la historia de la música cubana", anunció el trombonista y maestro de ceremonias de la noche. El piropo fue para Omara Portuondo, quien subió a escena acompañada por una larga ovación de pie.
De fina túnica de raso y de muy buen humor, contagió y pidió palmas para iniciar su momento solista con "Lágrimas negras". Con sentimiento, cantó el bolero "20 años", en tono intimista, con el solo acompañamiento del piano.
Al igual que Argentina, Cuba también idolatra a Carlos Gardel. Por eso Omara rescató "El día que me quieras", que la interpretó con solvencia, llegando a las notas altas sin dificultad.
Luego llegaría el momento cumbre de la noche. Con toda su simpatía, invitó a Papi Oviedo (su esposo) y juntos bailaron al picante ritmo del son "No me llores más". Propuso al público pararse, cantó de manera impecable "Quizás, quizás" y se retiró del brazo del pianista, ovacionada. La intérprete está entera y, a sus 85 años, el mundo la sigue considerando la mayor diva de la música de Cuba.
"Chan chan" fue el son elegido para homenajear a Compay Segundo. Para tributar a Pío Leyva y Manuel "Puntillita" Licea, la orquesta tocó "El cuarto de Tula", en la que Carlos Calunga sumó fragmentos de "Gracias a la vida".
En el arranque de los bises, siguieron revisando la historia. Volvió Omara para cantar a dúo con Calunga "Dos gardenias", con un logrado solo de trompeta de Guajirito Mirabal, tan virtuoso como su padre. Luego propusieron despedirse bailando y fue allí cuando se poblaron los pasillos de la sala, en especial con "Candela", muy solicitada. El último en retirarse del escenario fue Calunga, que se tentó y se fue cantando a capella "Hasta siempre comandante", agradeciendo el recibimiento y el afecto recibido en la ciudad natal del Che.
De Win Wenders a la despedida
El “Adiós Tour” es un circuito de shows con el que la orquesta anuncia su despedida. El proyecto musical diseñado a fines de los 90 por Juan de Marcos González y el estadounidense Ry Cooder, además de los discos editados, deja un registro con el documental del director de cine alemán Wim Wenders, titulado “Buena Vista Social Club”. Significa un homenaje a la canción cubana y un tributo a las figuras responsables de esa inmensa historia.