La crisis económica también impacta en los cumpleaños infantiles, y mientras los salones de fiestas para chicos sufren una caída del 30% de los eventos, los hábitos cambian para ahorrar dinero. No se invitan adultos, no se compran souvenirs y las tortas se hacen en casa para bajar los costos.
Así lo indicó la titular de la Cámara Santafesina de Salones de Fiestas y Eventos, Ariana Montero, que representa a unos 68 locales, aunque en Rosario hay unos 85. "Ya cerraron siete salones en los últimos cinco meses. La situación está complicadísima, en un escenario totalmente recesivo. Hay un 30% menos de contrataciones y la causa del fenómeno es que no hay dinero. Festejar un cumpleaños de, por ejemplo, un nene de 5 años, es hoy absolutamente secundario para muchos padres", detalló.
La referente de los dueños de salones infantiles de Rosario recordó que ya han vivido situaciones parecidas, "pero esto parece casi pandémico o peor, porque ahí por lo menos tenías un arreglo con el propietario del salón para pagar la mitad de alquiler, y teníamos un subsidio de la provincia. Ahora es muy difícil sostenerlo, porque los eventos bajaron mucho y los gastos se triplicaron o cuadruplicaron en algunos casos", aseguró.
La mujer calculó que la rentabilidad de los propietarios de los comercios cayó un 40%. "Uno tiene que seguir manteniendo valores bajos, con muy poca ganancia para seguir laburando, y en mi caso para seguir dándole trabajo a la gente. Porque si vos les ofrecés dos eventos por semana, claramente van a preferir trabajar en un kiosco, cosa que ya mucha gente hizo", dijo.
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Los hábitos de la crisis
En el rubro infantil, el alquiler más bajo de un salón puede estar en 190.000 pesos, para los que son dueños de la propiedad y reducen así costos fijos. El más alto ronda los 1.200.000 pesos. En el medio se ubica la mayoría, entre los 250.000 y los 450.000 pesos. Este canon incluye tres horas de evento, con comida para 20 o 25 chicos, dos coordinadores y un par de mozos.
"En estos momentos de tanta recesión y de falta de liquidez de dinero en el bolsillo, lo que más aparece es la consulta. Nos preguntan a todos a ver quién se baja más los lienzos. Es la ley de la selva. Cada uno hace lo que puede. Todos están haciendo promociones en redes que congelan precio hasta febrero, que es algo imposible porque las tarifas subieron una enormidad, pero con tal de agarrar algún evento lo hacen", explicó.
Hay mucho cambio de hábito, porque los clientes economizan al máximo: uno de los métodos para achicar gastos es no invitar a los adultos, que son justamente los que más consumen. "Los padres te pelean hasta lo último: te preguntan si pueden alquilar solo el salón, si pueden llevar la comida o la bebida, que es con lo que nosotros ganamos. Si les aceptás una cosa también quieren la otra, y esta situación nos mata", agregó Montero.
Ahora la torta la hace la mamá del cumpleañero, y sale mucho la chocotorta, por lo que muchas reposteras deben haber tenido una fuerte caída de la demanda. Prácticamente no se entregan más souvenirs: ahora los chicos invitados llevan un juguito tamaño mini y un alfajor barato. Otro golpe para los que hacen esos productos artesanales: solo sobreviven en el cumple de un año o un bautismo, pero como mucho en forma de tarjetita y un cupcake. Los salones también ahorran: la piñata ya no viene llena de caramelos.
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Costos por las nubes
"Estamos trabajando poco. Los días de semana están dificilísimos, se labura viernes, sábado y domingo. Hubo épocas en las que tuvimos 51 fiestas por mes. Eso pasó hace rato. Ahora estamos trabajando en un promedio de entre 8 y 10. El que más hace, tiene 20 eventos. Y los costos se fueron por las nubes", disparó.
El aumento más problemático fue en los servicios: un salón de eventos promedio pasó de pagar 60.000 a 400.000 pesos de luz. En segundo lugar los alquileres: "A veces los propietarios son criminales, no tienen piedad. Este mes cerraron dos salones porque les duplicaron el canon", aclaró. Y apuntó: "Ya cerraron siete en total, y hay cinco o seis que están en venta. Los demás estamos esperando a ver hasta cuándo nos da: nosotros hace 3 meses que estamos perdiendo plata", dijo.
En tercer lugar, se ubican los insumos: bebida ("cervezas y gaseosas aumentan todas las semanas"), comida como saladitos, pizzas y panchos. "Tampoco te podés stockear: podés comprar para guardar para dos meses, pero nadie tiene un depósito de bebida, y aparte después de la pandemia nadie más se juega. A mí en 2020 se me vencieron 40 cajones de cerveza y 30 de gaseosas. algunas se las vendí a los kioscos y otras las perdí", contó.
Opciones para todos
"La realidad, es que muy pocas personas van a pagar 1.100.000 pesos para un cumple de un nene. Porque los que la tienen lo hacen en Kentucky o Funes Hills. Los otros, a veces lo terminan festejando en un club o llevan al cine a cinco amiguitos para no gastar", señaló.
En ese sentido, insistió con que siempre hay opciones intermedias para un festejo: "Entendemos que no es momento para nosotros de ganar dinero, sino de por lo menos salir derechos. Por eso bajamos la rentabilidad pero le seguimos dando trabajo a la gente, y le damos el gusto a alguien de que pueda festejar en un momento en el que la estamos pasando mal, buscándole la opción que le cierre a su bolsillo", cerró.
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