"¡Hello!", se escucha del otro lado y, sin dudas, es la inconfundible voz de John Lydon, una de las personas más influyentes en la historia del rock del siglo XX, que está intentando encontrar cómo prender la cámara. Se lo conoció por ser el cantante y alma mater de los Sex Pistols, banda con la que con un solo disco ("Never mind the bollocks, here’s the Sex Pistols", 1977) dio forma e identidad al movimiento punk, revolucionando la industria y la cultura del mundo, imprimiendo una desfachatez, un estilo, una performance, una forma de escribir y cantar y enfrentar al púbico, que inspiró a decenas de generaciones posteriores, hasta hoy, a un cuarto del siglo XXI.
Cuando los Pistols no daban para más y Lydon (junto con su obra) estaba en el ojo del huracán, pateó el tablero una vez más, iniciando el proyecto que se conoció y conoce como Public Image Ltd. (PIL). En 1978, sacaron "First Issue", el primer disco. Son 8 canciones, 40 minutos demoledores. “Theme”, el tema que abre, comienza con un grito desgarrador. Luego son guitarras y bajos al palo, con Lydon balbucenado que ahora entiende todo, que ya no es lo mismo, que desea morirse, que no es un cliché, que nunca hay que subestimar, y cosas así, entre ruidos y más gritos. Dura 9 minutos. Mientras tanto, se empezaba a hablar de post-punk. O sea, los pibes que había inventado el punk, al poco tiempo estaban unos pasos más adelante. Todo muy efímero -¿como ahora?- sin embargo, las marcas y los perfiles que iban generando, durarían para toda la vida.
Lydon con PIL no solo estaba saliendo de su zona de confort, sino que estaba inventando algo nuevo e invitando a que todos salgan de ahí, de lo seguro. El primero de PIL es un ejemplo de música no ATP, molesta, que es difícil de vender, inclasificable y maravillosa. Hizo escuela, y era la segunda vez que lo hacía en apenas un fragmento de 3 años entre la génesis de los Pistols y PIL. La historia de la banda sigue hasta hoy (en 2023 publicaron End of World, su hasta ahora último material) con una decena de discos, todos buenos y todos distintos. En PIL se puede encontrar desde lo más agresivo y podrido, hasta lo bailable. Eso sí, nunca amable para todo el mundo.
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John Lydon viene a tocar a Rosario y nadie que ame la contracultura debería perderse de verlo en vivo. Se presentará en La Sala de las artes, una oportunidad única para ver en formato íntimo, a tamaña figura histórica. Ahora sí, encontró como prender la cámara, y además de escucharlo, se lo puede ver. Pide disculpas por estar usando lentes de sol, y cuenta que hace dos días se operó de cataratas. “Si me miran a los ojos, van a ver que están hechos mierda”, dice. Se saca los lentes y muestra los ojos a cámara, y se observa esa mirada desafiante, característica del Lydon cuando era Johnny Rotten en los Pistols y hacía frente al público punk y a las sociedades mundiales que les apuntaban con el dedo acusador. Comienza la entrevista con La Capital.
¿Qué sentías, como ser humano y como artista, cuando decidiste formar un proyecto como PIL?
Mi primer paso en la escalera de la música fueron los Sex Pistols. Y, aunque fue muy entretenido, no fue lo suficientemente bueno. La banda era un poco limitada en su visión de vida. Cuando Public Image apareció en mi cabeza, la llené de mis amigos y así fue desde entonces. Solo me gusta trabajar con gente a la que puedo llamar amigos. Si sólo están ahí como músicos, es imposible para mí llevarme bien porque hay que lidiar con egos y toda esa estupidez. Aunque debo decir que trabajé con Ginger Baker, y lo conocí solo dos horas antes de que entráramos al estudio. Pero nos llevamos tan bien que yo sabía que iba a funcionar.
Para los oyentes, los dos primeros discos de PIL fueron revolucionarios. ¿Pensás que fueron realmente revolucionarios, que patearon el tablero?
Sé que la compañía discográfica me odió por hacerlos, y eso fue muy satisfactorio para mi naturaleza. Porque no creo en repetirme a mí mismo, y quería hacer una música más amplia, más expansiva. Y eso es lo que estuve haciendo desde entonces. No sigo las reglas de ningún hombre. Es por eso que no sólo uso una corona (en referencia a la cresta), sino que también me tomo una (muestra la birra).
¿Qué significaba el Ltd., qué mensaje querías dar con esas letras, como si fuera una compañía, detrás del PIL?
Quería que Public Image fuera una compañía que significara más que hacer solo música. Teníamos ideas audiovisuales muy grandilocuentes en ese momento. En el Reino Unido, si querés ser una compañía tenés que tener el “Limited” y así fue cómo surgió PIL, Public Image Limited. Y somos más que una corporación porque cooperamos entre nosotros. Sacamos libros, documentales, y muchas cosas más. De a poco, lo vamos logrando. La industria siempre me puso obstáculos en el camino, y eso es algo bueno. Voy a citar a Shakespeare acá: “Hay que sonreír ante la adversidad”.
En las líneas de bajo de los dos primeros discos de PIL, se sienten influencias de reggae, que por esos días se escuchaba bastante en Londres. ¿Es así, tuvieron influencias del reggae?
El área de dónde vengo, los barrios marginales del norte de Londres, eran muy multiculturales. Así que crecí con rock and roll, con reggae, con ska, con el movimiento Mod, crecí con muchos tipos de influencias musicales y todos son parte de mi naturaleza. Y eso se refleja en la música. En este sentido, soy completamente abierto de mente.
Una de las bandas punk con influencias del reggae, fue The Slits, que la lideró Ari, hija de Nora Foster, tu pareja desde siempre. ¿Qué podés decir sobre Ari y sobre Nora, sobre su aporte a la música y a la cultura del mundo en general?
Nora me enseñó a amar. Total y completamente. Sin ella, creo que no sería la misma persona. Me enseñó a amar con absoluta inocencia. Ariana fue mi hijastra y me dio mucha alegría dejarla escuchar los discos de mi juventud. Ella tenía muchas ganas de ser jamaiquina. Tanto es así que se mudó allá y dejamos de entenderle porque hablaba en patois jamaiquino, con acento alemán. Muy “Yah” Rastafari (hace un gesto nazi entre risas). Una de las cosas que más me enorgullece de Pil es que todas las personas que trabajaron con nosotros siguieron con sus propias carreras y sus recorridos individuales, más allá de si yo les caigo bien o no. Así que Public Image ha sido como una escuela, una universidad de entendimiento musical superior.
¿Por qué creés que hoy, casi 50 años después de su inicio, hay jóvenes que quieren copiar el sonido de PIL?
¿Qué sonido? Hay muchísimos (risas). La mayor verdad que tengo para compartir es que hay que encontrar, en tu propio corazón, alma y mente, las cosas que son importantes para vos. De esa manera, estarías siguiendo de manera apropiada a Public Image, porque estarías haciendo algo que viene de adentro tuyo. Porque la imitación no es la mejor forma de halago.
Ok, pero PIL influyó en bandas de los ochenta, y también de los noventa y los dos mil.El otro día vi en vivo a Primal Scream y pensé que “Screamadelica” es PIL, prácticamente.
Sí, somos muy amigos, amo a Primal Scream. Están bastante locos y tienen su propio mensaje, así que salute a bandas así.
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¿Qué podés decir de “Álbum”, publicado en 1986?
El título original era "Old Bum" ("Culo viejo") pero lo escribieron mal en la imprenta (risas). Ese fue un disco increíblemente difícil de hacer, porque la banda que tenía en ese momento era muy joven y no podía tolerar el ambiente de estudio y la necesidad de ensayar de antemano. Así que tuve que tomar decisiones muy rápido, y gracias a Bill Laswel tomamos las decisiones adecuadas.
Hay una anécdota que necesita confirmación. ¿Es cierto que Mick Jagger pagó la fianza de Sid Vicious?
Eso escuché, sí. Sin dudas le mandó su abogado a Sid, lo cual fue algo muy, muy lindo de hacer porque nadie más estaba ayudando a Sid en ese momento. Yo no tenía plata y nuestro manager había desaparecido. Desgraciadamente, Sid fue demasiado lejos con las drogas. A veces, la mejor ayuda que le podés dar a alguien es privarlos de plata para que no puedan conseguir droga. Es una lástima que en esta industria tanta gente se haya muerto por abuso de drogas. Eso es lo que nunca aprendieron de mí, porque soy un sobreviviente. Yo tomé más drogas y me puse más productos en el pelo que cualquier otra persona que conozca, y acá estoy. Y no me convertí en Ozzy Osbourne.
La última pregunta es sobre el show. ¿Va a ser similar al que hiciste en Vorterix, Buenos Aires?
Como bien saben, nosotros fuimos la primera banda en ir a la Argentina después de la estupidez de Malvinas* Fue muy claro para el público y para nosotros que no nos odiábamos. Que los gobiernos se peleen, pero nosotros somos el pueblo. Yo soy de clase trabajadora y mi corazón está totalmente con el pueblo. Y para eso estoy.
* –N de la R: PIL no fue la primera banda en venir a la Argentina post Malvinas. Vino 10 años después de la guerra, en 1992-.
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