Juan, un viudo solitario con principio de Alzheimer, visita un asilo para adultos mayores al que quiere mudarse. Allí conoce a Beba, una residente rebelde que planea enamorarlo para que la ayude a escapar del encierro. De esto se trata “No me olvides”, la obra escrita y dirigida por Hernán Krasutzky, protagonizada por Arnaldo André y Silvia Pérez, que llega por primera vez a Rosario. Se podrá ver el viernes 10, a las 21, en el Centro de Convenciones del City Center.
Estrenada el pasado mes de abril en Buenos Aires, se trata de una comedia emotiva que invita a reflexionar sin golpes bajos. André y Pérez conforman una dupla inesperada sobre el escenario, y conducen una historia que indaga en las vicisitudes de la adultez mayor, como la soledad, la autonomía y el romance en esa etapa de la vida.
Sin ficciones en la televisión, y alejado de sus clásicos galanes que enamoraron a varias generaciones, Arnaldo encuentra en este personaje una posibilidad expresiva inédita en su extensa carrera. Antes de su llegada a Rosario, el actor conversó con La Capital y habló de su entrañable relación con el público y el fin de las telenovelas.
- ¿Cómo llegaste a este proyecto y por qué decidiste aceptarlo?
El productor me acercó la obra de Hernán Krasutzky, la leí y me pareció muy atractiva, muy original. Sobre todo, me daba la posibilidad de hacer un personaje totalmente diferente a todo lo que había hecho en mi historia teatral. Y así fue. Me da una satisfacción enorme hacer esta obra, que venimos haciendo desde abril. En todos los lugares a los que vamos, la reacción del público es increíble y es la misma: con mucho entusiasmo. La obra emociona, divierte y hay mucha ternura en los personajes. Está muy bien escrita. Trata sobre un personaje con un principio de Alzheimer, al que vemos en algunos momentos presente y en otros momentos ido, pero hay que recalcar que Hernán Krasutzky trata el tema con mucho criterio y con mucho respeto. A la vez, no hay golpes bajos y hay mucho humor. Y repito que a mí me da la posibilidad de hacer algo diferente, junto a Silvia Pérez que es una muy buena compañera. Creo que conformamos una dupla interesante.
- Es importante lo que mencionás de los golpes bajos, porque quizás alguien ve que la sinopsis de la obra y piensa que se va a encontrar con un drama.
Nada que ver. De hecho, me sorprendió una amiga mía que me mandó un agradecimiento porque había ido a ver la obra. Me dijo que la había pasado muy bien, que se divirtió, y que conocía mucho el tema porque en enero había muerto su papá por un tema similar al Alzheimer. Y la obra tiene un tratamiento tal del tema, que incluso una persona recientemente atravesada por eso puede pasar un buen momento viéndola.
- ¿En qué sentido este personaje te permite hacer algo completamente novedoso?
Antes hacía los galanes románticos y últimamente estaba haciendo los galanes divertidos. Este personaje y esta obra se salen de esas comedias totalmente reideras, donde uno tiene que hacer lo imposible por hacer reír al público. Este personaje me permite crear. Tuve que informarme y averiguar. Consulté al doctor Alejandro Anderson, un conocido neurólogo a quien conozco hace tiempo, le conté de mi personaje y él me dio algunas pautas. Luego, con la ayuda del director, empecé a trabajarlo.
image - 2025-10-06T152805.922
>> Leer más: Agenda de teatro en Rosario: funciones todos los días, para todos los gustos
- ¿Cómo vivís salir de gira en este momento de tu carrera?
Estamos en el teatro Regina de Buenos Aires todos los domingos, y en la semana a veces hacemos giras. Estamos con muchas ganas de ir a Rosario. Yo hace dos o tres años que no voy y siempre fue un lugar donde a la gente le gusta mucho el teatro, así que para quienes trabajamos en Capital, ir a Rosario a ofrecer nuestro espectáculo siempre es una cita necesaria. Para mí es un placer. Siempre digo que ir de gira son como vacaciones pagas. Me encanta salir de Capital y conocer gente, la gente te recibe con mucho cariño y amor. Hay que tener en cuenta que nosotros le llevamos el espectáculo a sus casas. Durante muchos años, eso era más literal y les llevábamos las telenovelas a sus casas a través de la televisión. Ahora, voy yo en persona.
- ¿Cómo es hoy ese vínculo con la gente? ¿Qué aparece en esos encuentros?
Han pasado muchos años de que he hecho mi última novela y siempre es increíble cómo el público recuerda todo. Me recuerdan todavía por “Piel naranja”, hay gente que me cruza por la calle y grita “Rojaiju” que quiere decir “Te quiero” en guaraní. Amén de lo más reciente, que también me recuerdan con nombres de los personajes. También hay quien me dice que se llama como alguno de esos personajes. Lo más llamativo para mí fue encontrarme en dos o tres ocasiones con gente que se llama Arnaldo André. Me muestran su documento y todo. Otros se llaman Arnaldo, un nombre que no es tan común, y resulta que se lo han puesto por mí. Es un homenaje hermoso para mi trabajo y mi trayectoria.
>> Leer más: Córdoba levantó el telón del Festival Mercosur: funciones internacionales en salas y al aire libre
- Eso claramente habla de una presencia muy fuerte en la cultura popular.
Fueron muchos años y en tiempos en los que el rating era tres veces mayor al que hoy tiene cualquier programa de mucho éxito. Los actores hoy no tenemos posibilidad de hacer ficción en televisión. Y sólo aquellos que tenemos la satisfacción y el privilegio de hacer teatro, podemos seguir con nuestro trabajo. Los actores no sólo necesitamos trabajar por una cuestión económica, sino también por una cuestión espiritual.
- En este sentido, ¿qué te parece el hecho de que hoy no haya ficciones en televisión?
Es lamentable y la gente te lo reclama. La gente piensa que depende de uno, me preguntan todo el tiempo cuándo vuelvo. El público quiere ver a sus actores. Yo me acuerdo que en la pandemia, yo mismo era un fiel fan de una novela turca y de otra novela brasileña. Se dio vuelta la cuestión y me convertí en un espectador. Entonces ese público que ha visto a sus actores durante muchos años, amén de que puede ver también una novela turca, quiere seguir viendo a sus actores en televisión. Hoy para estar en la televisión, hay que meterse en algún lío. Pero Dios me libre y me guarde.
- Después de tantos años en esta profesión, ¿qué te sorprende todavía?
El amor de la gente. Que me digan cosas por la calle, que les brillen los ojos cuando me lo digan.