"And Just Like That...": ¿Todavía hay sexo en la ciudad?
Calificación: Regular. Intérpretes: Sarah Jessica Parker, Cynthia Nixon, Kristin Davis, Mario Cantone y Sara Ramirez.
Showrunner: Michael Patrick King. Emisión: HBO Max.
2 de enero 2022 · 03:15hs
El desencanto con “And Just Like That...” era casi inevitable. Lo sabíamos pero acá estamos _por nostalgia, por ritual, porque la esperanza es lo último que se pierde_, tratando de sobrellevar esta continuación de “Sex And The City” que va por el quinto capítulo y ya se gastó la mitad de los cartuchos. ¿Por qué lo sabíamos? En primer lugar porque el showrunner es Michael Patrick King, director y guionista de las fallidas películas con los personajes de la clásica serie de los años 90 (una de 2008 y la otra de 2010). Y en segundo término porque acá falta una protagonista clave de la historia, Samantha (la actriz Kim Cattrall no quiso participar de esta secuela), y ese vacío es imposible de llenar con personajes secundarios y excusas.
Durante seis temporadas (1998-2004), “Sex And The City” se mantuvo en el olimpo televisivo en una época en la cual no era habitual ver a las mujeres hablando de sexo abiertamente. El personaje de Carrie Bradshaw (Sarah Jessica Parker) se convirtió en un ícono femenino y sus amigas Miranda (Cynthia Nixon), Charlotte (Kristin Davis) y Samantha (Kim Cattrall), si bien representaban estereotipos bien definidos con las que muchas mujeres podían identificarse, también tenían espacio para las ambigüedades y para romper algunos moldes. No fue una serie revolucionaria pero sí provocadora, que siempre encontró su fortaleza en sus personajes, en los diálogos y en el sexo y la amistad femenina como temas centrales. Dos décadas después el mundo es muy distinto: no pocos aspectos de la sexualidad dejaron de ser tabú, y reciclar a las protagonistas dentro de esta nueva realidad no iba a ser sencillo.
Sin caer en los tan mentados spoilers, digamos que, en los primeros capítulos, la historia da un giro con un golpe dramático que va a impregnar al menos la mitad de “And Just Like That...”. Ese contrapunto no está tan mal, y muestra un costado muy vulnerable de los personajes que podría decirse que es una novedad. Superado ese efecto sorpresa, sin embargo, la serie empieza a hundirse sin remedio. La ausencia de Samantha se justifica como un trámite: tuvo una pelea con Carrie, se fue a vivir a Londres y a veces se contacta con las (ex?) amigas por mensaje. Y chau, un “problema menos” habrán pensado los guionistas.
El despacho express de la zafada Samantha, no obstante, es apenas un desliz del guión fallido. Lo curioso (y a veces irritante) de “And Just Like That” es que tiene tal obsesión por aggiornarse a estos tiempos que deja a sus protagonistas prácticamente a la deriva. Por momentos parece que la serie sólo está cumpliendo con una agenda de género, con rellenar casilleros de diversidad, como si tuviera que pedir perdón por su pasado de mujeres blancas, frívolas y encantadoras. Los nuevos personajes secundarios son un desfile en ese sentido: hay una latina no binaria que es comediante de stand up, una agente inmobiliaria de origen indio, una prestigiosa profesora universitaria negra y una documentalista afroamericana. ¿Qué más? La hija adolescente de Charlotte no se autopercibe mujer y (también tachemos el casillero de la tecnología) Carrie ya no escribe sino que ahora es columnista en un podcast, como si todavía no existieran columnas en los diarios y sitios web (y ni hablar que este podcast de ficción es malísimo).
En medio de tanto ajetreo por ponerse al día con la corrección política, los personajes centrales parecen desdibujados. Es lógico que a las protagonistas, ahora de 50 y pico, les cueste entender cambios de su propio entorno, o que parezcan tímidas al hablar de sexo delante del desenfado de las nuevas generaciones. Sin embargo acá hay mucha tela para cortar y la serie todavía ni sacó la tijera: hay algunas charlas sobre dejarse las canas y envejecer sin cirugías, también hay un registro de achaques y dolencias físicas, pero nada de eso está aprovechado, ni en tono de comedia ni en tono reflexivo. El sexo (o la falta de) ya no es prioridad. La tensa relación con el propio cuerpo con el paso de los años, el deseo y las relaciones sexuales entre gente que pasa los 50, no es el foco de la serie. Sólo Miranda entra en crisis y cobra protagonismo en ese sentido, en un giro que resulta un tanto torpe y previsible.
El próximo jueves se estrena un nuevo episodio y las motivaciones para seguir son muy pocas. Y a nadie sorprendería que algunos abandonen “And Just Like That” y decidan hacer un rewatch de “Sex And The City”. Sería un buen negocio.
And Just Like That... | Trailer | HBO Max