“El Jorobado de París” es un clásico del musical argentino. Escrito y dirigido por la icónica dupla formada por Pepe Cibrián y Ángel Mahler, dejó una huella tras su estreno en 1993, con múltiples versiones a lo largo del tiempo. Treinta y un años después regresa con una puesta renovada, más de 50 artistas en escena y una orquesta en vivo de 30 músicos.
Después de un exitoso paso por el Luna Park, el escenario que la vio nacer, la obra emprenderá una gira que comienza por Rosario, con una triple presentación en el Teatro Broadway (San Lorenzo 1223) los días 7, 8 y 9 de junio, a las 20.30. Las entradas se pueden adquirir en boletería o a través de la plataforma TuTicket. Suscriptores de Tarjeta BLC tienen 20% de descuento y acceso a sorteos exclusivos.
“El Jorobado de París” es la obra más celebrada de la dupla Cibrián-Mahler, luego del fenómeno que fue y sigue siendo “Drácula”: estrenada originalmente en 1991, tuvo un regreso en 2022, el cual se convirtió nuevamente en un suceso teatral. Sin embargo, ese vínculo profundo del público con “Drácula” abrió nuevas posibilidades para la reposición de “El Jorobado”, convirtiéndola en una versión innovadora, sustancialmente distinta a todas las anteriores.
“A Drácula, por la afición del público a nivel masivo, por las circunstancias, nunca quise ni pude modificarla porque la gente se la sabe de memoria, y podría generar hasta un enojo. En cambio todas mis otras obras, incluso las exitosas como El Jorobado, no tuvieron esa repercusión social y multitudinaria que tuvo Drácula, entonces sí me permiten modificarlas”, contó Pepe Cibrián en diálogo con La Capital.
Para el director, esta característica fue una oportunidad de construir una propuesta diferente sobre el texto y la partitura original de “El Jorobado”, una que resuene más con su visión creativa actual, y se diferencia de aquella que a principios de los noventa produjo Tito Lectoure y protagonizaron Carlos de Antonio y Paola Krum.
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Un musical renovado
“Es una obra que a mí personalmente me gusta mucho, con un texto, una orquestación, unos personajes muy buenos. Me encanta la partitura de Ángel. Y me permití modificar hasta su final y sobre todo su estética. Yo soy un hombre muy barroco en mi vida, en mi casa tengo 120 cuadros colgados y miles de objetos, pero en el escenario soy cada vez más minimalista. En esta versión, yo no quise poner absolutamente nada, ni una silla”, anticipó Cibrián.
En esta nueva puesta, “El Jorobado de París” se construye sobre las performances de los artistas, el vestuario y el diseño de iluminación (que en el Luna, por las posibilidades técnicas, tenía 420 cambios de luces).
Las modificaciones se extienden por sobre los elementos estéticos: hay además “una revisión del texto” y de “cómo se encaran” los personajes. "La canción de la protagonista, de Esmeralda, en su versión original y de otras que hicimos, era una canción romántica. Y esta vez sentí que no, que tenía que estar enojada con la madre, entonces se volvió una canción de protesta y Ángel tuvo que escribir una partitura más enojada”, detalló Pepe.
A pesar de apostar a menos recursos escénicos, “El Jorobado” sigue siendo una gran producción: Francisco Sureda, Luz Despósito y Mariano Clavero, interpretan respectivamente a los protagónicos Quasimodo, Esmeralda y Frollo, encabezando un elenco de más de cincuenta personas en escena.
Para dar con ese equipo, Cibrián y el equipo de producción organizaron un casting por el que pasaron más de 3 mil personas de todo el país (y también de otros países). Ante la pregunta de qué características pondera para elegir a los artistas de sus obras, Cibrián fue contundente: “Siempre busco lo mismo: que sean buena gente. Yo con sesenta años de trabajo en esto, en dos minutos veo si tiene talento. Pero su verdadera psiquis, su actitud frente a la vida, no lo puedo ver tan rápido. Por lo tanto mis pruebas son muy exhaustivas, no para ver su calidad interpretativa, sino para ver su calidad ante la vocación, el compromiso, la pasión, la buena onda con los demás”.
Otra clave para dar con el elenco ideal entre una multitud de aspirantes es no perder de vista las necesidades del proyecto. “Los que no elijo no es que no sean buenas personas o no sean talentosos, es que para esta obra o esta visión de esta obra no son los adecuados. Nunca es un juicio de valor sino de necesidad. Y te aseguro que esa elección después se traduce en un placer absoluto. Acá fueron meses de entrenamiento y de ensayo, y siempre con humor”, relató Pepe, quien a su vez aseguró sentir que con los años ha desarrollado “una actitud distinta” y “más relajada” que también permiten un clima de trabajo más relajado, aunque siempre preciso.
Como ocurrió con la primera gira de “Drácula” en 1992, el recorrido de “El Jorobado” por el país empezará en Rosario. Además de subrayar una alta estima por el público local, Pepe repasó su vínculo personal con la ciudad. “A mí Rosario me tira porque he ido acompañando a mis padres desde los cincos años. Me acuerdo que ellos hacían temporadas largas en el Teatro La Comedia y nos hospedábamos en el Hotel Italia. Era una época muy linda donde la gente podía acceder mucho al teatro. Así que de chiquito, de toda la vida, estuve en Rosario”, recordó sobre su infancia junto a Pepe Cibrián padre y su mamá Ana María Campoy.
De forma similar, la convicción de llevar las obras por distintos puntos del país también tiene que ver, según apuntó el director, con su propia historia. “Apuesto a salir de gira porque yo nací de gira. Nací en el año 48 en La Habana, porque mis padres estaban de gira allá y llegué a Argentina recién con dos años. Mi padre había nacido en otra gira en el 16 en Buenos Aires. Así que está en la sangre”, relató Cibrián, que a los 76 años no da señales de desacelerar: sostiene sus espacios de formación para artistas, en agosto protagonizará nuevamente “Wilde”, conducirá un programa en la Televisión Pública y para el año próximo prepara “un musical muy importante” con música de Martín Bianchedi.
Finalmente, Pepe destacó la sostenida respuesta del público a sus propuestas a través de los años, incluso en contextos de crisis. “Con la situación que está viviendo el país, la gente fue al Luna Park y está comprando entradas para ir a Rosario. A mí esto me alegra profundamente y agradezco la confianza en mí y en mis obras. Eso me conmueve mucho. Toda la vida me ha conmovido”, cerró.