Recorrer la Selva de Irati significa adentrarse en el segundo hayedo-abetal más extenso y mejor cuidado de toda Europa. Un auténtico tesoro natural con un valor ecológico inmensurable donde diferentes opciones esperan a los visitantes para hacer de las vacaciones una experiencia inigualable.
Para llegar hay dos maneras de hacerlo, una desde el Valle Aezkoa, y la otra desde el Valle de Salazar. En las dos opciones hay diferentes puntos de información, servicio de guardas, aparcamiento, merenderos y las rutas que mejor se adapten. Se puede practicar senderismo, mejorar en cicloturismo e incluso concertar una visita guiada en 4x4.
Ruta desde el valle de Aezkoa: Paraísos Erlan
La ruta Paraísos Erlan es una tranquila ruta circular que empieza en el embalse de Irabia. En aproximadamente una hora se pueden recorrer seis kilómetros entre hayedos, pistas forestales y antiguas sendas de leñadores.
Para llegar al punto de inicio se debe atravesar Orbaitceta, un bonito pueblo rural situado en la Merindad de Sangüesa, y a partir de allí, seguir las señalizaciones hasta el embalse, donde se recogen las aguas del río Irati.
En el primer tramo de la ruta hay que bordear el pantano y seguir por una senda que te dejará entrar en la verde ladera de Mozolotxiki. Un tramo sencillo y de fácil recorrido.
En la segunda parte se asciende por un camino que lleva al collado boscoso de Ermuñoa, donde hay una vista panorámica perfecta del embalse y una inmensa área de esbeltas hayas a 940 metros. Luego de fotografiar el paisaje se puede emprender el descenso hasta volver al origen del recorrido.
Rutas desde el valle de Salazar: Ruta de Gartxot
La Ruta de Gartxot es considerada para muchos una ruta de leyenda de casi cuatro horas de recorrido. Entenderáa el porqué viajando hasta Izalzu, un pueblito situado en la Merindad de Sangüesa, en el valle de Salazar, donde se puede descubrir la terrorífica leyenda de Gartxot, un bardo navarro medieval que fue castigado por haber cometido un crimen aterrador.
Allí empieza la ruta marcada de blanco y naranja en dirección a Ustárroz, una curiosa localidad con apenas una decena de habitantes. A buen ritmo bordearáa campos de labranza y suaves mantos de árboles que se espesarán poco a poco al adentrarse hacia las montañas. Tras bordear el barranco de Arboleta nos encontramos con el mirador Behatokia, desde el que puede divisarse a lo lejos los espectaculares Pirineos como la Mesa de los Tres Reyes o el Pic d?Anie. En esta primera parte se llega a un descampado por donde se desciende a la cascada Ripalda.
Tras descansar un poco los pies y recuperar energías, se puede llegar a la cueva de Elkorreta, la cueva que inspira la leyenda de Gartxot, una curiosa abertura triangular en la profundidad de una roca. Durante aproximadamente un kilómetro se camina entre frondosos bosques de robles y hayas con una gran panorámica del valle de Salazar bajo la sierra de Abodi.
Tras pasar la cueva se empieza a descender entre cerca y cerca hasta llegar a una pista de tierra, donde bajando por senderos y robledales, se vuelve a encontrar el bonito pueblo de Izalzu.
Navarra tiene magia en su interior. Desde leyendas tan antiguas que ni se saben cuándo empezaron, a rutas populares que permanecen casi intactas hasta el día de hoy.