Guatemala es un destino imperdible para los amantes de la aventura a todo terreno y para los viajeros que buscan explorar lugares excéntricos en Latinoamérica. Este atractivo país, inundado de naturaleza, cuenta con diversas propuestas para quienes estén dispuestos a sumergirse en él.
Desde pintorescas ciudades coloniales, hasta un parque ecológico donde las piletas de aguas naturales son las protagonistas. Un increíble lago rodeado de volcanes y de diminutos pueblitos, donde se puede vivir y sentir la auténtica cultura del país centroamericano, y las majestuosas ruinas milenarias de Tikal hacen de Guatemala un lugar digno de ser visitado.
Uno de sus sitios destacados para visitar es sin dudas la pintoresca ciudad de La Antigua. Su estilo colonial de casas bajitas y coloridas, y sus callecitas de piedras definen el encanto de esta pequeña ciudad guatemalteca, ubicada a tan sólo 40 kilómetros de la capital.
El tinte colonial que caracteriza la arquitectura de esta mística ciudad hace que el espectador se pierda en el tiempo, disfrutando de una vista peculiar y llena de vida. Los lugareños, con sus inconfundibles atuendos de colores, van al compás de esta rústica ciudad chapina. Además de ser coqueta y tener su propia identidad, La Antigua cuenta con un plus alucinante: se encuentra rodeada de tres volcanes lo que hace que se refleje un paisaje único e inigualable.
Uno de de sus imperdibles para conocer y respirar el aire autóctono y cultural de esta estupenda ciudad es dar un paseo por las diferentes ferias y mercados, los cuales se encuentran invadidos por productos artesanales, elaborados por los mismos guatemaltecos, y que se destacan por sus fabulosos bordados que explotan de colores.
Los más famosos son el Mercado de Artesanías El Carmen, el Mercado Central, dónde se puede encontrar de todo, desde incontables puestos de comida hasta electrodomésticos, ubicado muy cerca del centro de la ciudad y el Mercado de las Capuchinas.
Diminuta, pero atractiva por donde se la mire, La Antigua es ideal para recorrer a pie. Pasear por sus veredas angostas, ver sus catedrales y monasterios, pasar por el Arco de Santa Catalina (el más famoso de la ciudad), e ir metiéndose en cada recoveco que se encuentra es el mejor plan para explorar la ciudad.
Semuc Champey, naturaleza extrema
Explosión de naturaleza es lo que se puede observar al visitar este increíble parque ecológico situado al sur de Lanquín, departamento de Alta Verapaz. El fascinante enclave natural se esconde en el corazón de Guatemala y no deja de deslumbrar a los viajeros con sus inmensos piletones de aguas turquesas.
Estos increíbles piletones se forman porque el río pasa por debajo de la montaña. Su nombre Semuc Champey significa en q'uetchi, uno de los principales idiomas originarios de la región, "donde el río se esconde en la montaña" y hace alusión a la formación de este emblemático parque natural que gracias a sus formaciones rocosas y a su cálida agua permiten poder disfrutar de un placentero baño en las piletas naturales que ofrece el parque ecológico.
Su extraordinaria belleza deja que el espectador pueda deleitarse al contemplar el paisaje de este exquisito tesoro natural de aguas cristalinas rodeadas por una inmensidad de verde. Llegar hasta Semuc no es fácil, pero vale la pena hacerlo. Cerca de este magnífico oasis guatemalteco se encuentra El Portal, un hostal de ensueños donde se albergan la mayor parte de turistas de todo el mundo que visitan Champey. El lugar es sumamente acogedor, las cabañas se encuentran a metros de un pequeño arroyo que pasa a orillas del hostal, donde se puede respirar el cálido ambiente de este sitio ubicado en el medio de la naturaleza.
Lago Atitlán, San Pedro de la Laguna
Conocido como uno de los lagos más bonitos del mundo, y lo es sin lugar a dudas, Atitlán tiene un encanto inigualable y un paisaje que impacta. Este paradisíaco lago se encuentra rodeado por 12 pequeños y fascinantes pueblos, donde conviven las culturas indígenas de la región, y a su vez, por tres perfectos volcanes que provocan un escenario de sueños.
Ubicado al pie del volcán San Pedro, y a orillas del lago Atitlán, se encuentra San Pedro de la Laguna, uno de los fantásticos pueblitos de estilo muy bohemio y relajado. Las callejuelas de San Pedro son indudablemente una de las atracciones principales de este pequeñísimo pueblo. De repente aparecen angostos pasillos, tipo pasadizos, que desembocan en sitios fabulosos como mercados y hostales. Por las calles se pueden ver artesanías, mercados, diferentes puestitos de comidas y de riquísimos licuados.
Sumergirse en la cultura de este relajado pueblo es una tarea fácil a medida que pasan los días. Se puede estar ahí y perderse en el tiempo, y que los días pasen sin que uno se dé cuenta. Los días se convierten en tardes enteras en el lago, paseos en kayak, vueltas por el centro, compras de productos autóctonos y cervezas por la noche.
Como si al pueblo le faltase identidad, la vestimenta de mujeres y niñas, con sus coloridos atuendos y los fantásticos tuc-tuc de color rojo (una versión de taxis muy pequeños, característicos de Guatemala), le aportan una gota más de impronta personal al diminuto y cautivador pueblo que se encuentra a orillas del lago Atitlán.
En San Pedro de la Laguna conviven a la perfección una mezcla de paisaje, cultura, y naturaleza, que hacen de este sitio un lugar sublime y tranquilo donde se puede saborear un delicioso aire de paz con el que se vive en el lago.
Las ruinas de Tikal
Las enigmáticas ruinas de Tikal son uno de los puntos más fuertes del turismo "chapín". Quienes visiten Guatemala no pueden pasar por alto este tesoro ancestral, huella que dejó la fascinante civilización maya en su paso por las tierras del actual país centroamericano. Ubicado a unos pocos kilómetros de la ciudad de Flores, capital de Petén, al norte del país, Tikal es una visita obligada para los amantes de la historia y la naturaleza.
La inmensidad conmueve a los miles de turistas que visitan la extraordinaria ciudad de Tikal, que fue el corazón de la civilización maya precolombina. Las ruinas forman parte del Parque Nacional Tikal, que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979.
Sus templos y ruinas se encuentran rodeados por un bosque. Esta combinación hace que se pueda apreciar desde lo más alto del parque una vista mágica. Pasear entre medio de cientos de antiquísimos e impactantes templos, construidos por los mayas para honrar a sus dioses, puede convertirse en un verdadero viaje al pasado.
Ser testigo de este imperio alucinante de ruinas lleva al espectador a conectarse con la cultura de los antepasados y sentir el misticismo que provoca este increíble lugar. Las particulares vistas que se pueden apreciar desde lo más alto del parque teletransportan a los visitantes a un lugar onírico y a su vez tan real que conquista a todo aquel que visite Tikal.
Un dato interesante para destacar es que este atractivo yacimiento arqueológico maya, gracias a sus impactantes paisajes, fue escenario de la película Star Wars y modelo de la ciudad maya en la película Apocalypto, de Mel Gibson.
Martina Mazzía