De norte a sur, la Argentina es rica por la variedad de bellezas naturales, y en
la zona de Bariloche posee un nutrido muestrario de ello. El turista se "empacha" la vista de
imponentes paisajes con sorprendentes colores que brindan en cada estación del año un toque
especial. Una de las excursiones más completas es la de Puerto Blest, cascada Los Cántaros y el
lago Frías.
Para llegar a estos hermosos lugares se puede partir a la mañana desde Puerto
Pañuelo, en Bariloche, en un catamarán, navegando por el brazo principal del lago Blest. Luego de
una hora de viaje, donde el turista se maravilla a cada instante con los paisajes y juega con las
gaviotas dándole comida, que éstas toman de la mano, se llega a Puerto Blest.
Allí tras recorrer tres kilómetros en autobús se puede complementar la excursión
y navegar por el espectacular lago Frías, cuyas aguas de deshielo son de un color verde esmeralda
producto de los minerales que recibe.
Por la tarde se recorre la cascada Los Cántaros, una caminata que es otro
deleite para los ojos.
En unas 10 horas, que para nada se hacen pesadas ante lo sorprendente del ameno
recorrido, el visitante se maravilla en cada etapa del viaje, desea que no culmine y se lo escucha
satisfecho decir al final de la jornada como el título del libro de Pablo Neruda "Confieso que he
vivido". Esta excursión es una de las que más turistas extranjeros convoca en la zona. A diario se
ven contingentes de Brasil, España, Italia, Japón y EEUU, muchos siguen desde Puerto Blest hacia
Chile, donde visitan la típica colonia alemana de Frutillar, fundada en 1856, el hermoso Puerto
Varas y Puerto Montt, sobre el océano Pacífico.
La zona de Bariloche no está exenta de los cambios climáticos que cada vez
azotan más al mundo. El lago Nahuel Huapi, que en algunas partes llega a tener una profundidad de
casi 500 metros y sus aguas suelen ser muy frías, cada verano recibe en sus playas más acalorados
bañistas.
Todo un espectáculo, con telón de fondo de las montañas con los picos nevados.
Basta recordar que las altas temperaturas de fines de enero y hasta mediados de febrero pasado
llegaron a 36 grados y permitieron que sus cristalinas aguas fueran el disfrute de gran número de
turistas. Además, este verano el cambio de huso horario en el país y el calor prolongado
multiplicaron la oferta de espectáculos al aire libre.
Show con humor
En la plaza del Centro Cívico de la ciudad patagónica, un artista que trabaja "a
la gorra", llamado Napoleón Criollo, causa sensación y convoca a más de 200 personas todas las
noches con su histrionismo en un show participativo de humor y malabarismo, de dos horas de
duración. También en las calles aledañas al centro se pueden ver aún "estatuas vivientes" y shows
de música en vivo. Así, San Carlos de Bariloche conjuga atractivos paisajes y canaliza la buena
onda del visitante.