“Decir que el presidente Milei solo se interesa por la cuestión de la economía, y, dentro de eso, especialmente por la macro, es un error. Desde que asumió ha descubierto que además le interesa ser una estrella de la política mundial”. El que dice eso tomando un café a metros del Congreso de la Nación es un dirigente que participó del armado de La Libertad Avanza y que hoy sigue usando ese sello, aunque sin la venia del triángulo del poder mileísta. “Si pudiera, Javier se postularía para presidente mundial. Le gustó descubrir que tiene vocación para ello”, agrega.
Ya se sabe que hay un triángulo isósceles en el poder. Dos lados iguales y del mismo peso representados por Javier y Karina y un tercer lado, importante pero no a la altura de aquellos, ocupado por Santiago Caputo. Ellos representan el centro de gravedad de la administración que se hizo cargo el 10 de diciembre del país. El confidente que toma el café con este cronista remarca: “Javier y Karina no son doble comando. Son una misma manera de pensar. Santiaguito (sic) les da forma a sus ideas”.
La eyección del elenco ministerial del jefe coordinador, Nicolás Posse, refuerza la idea de un Milei economista que se siente, según sus propias palabras, el dirigente más importante del mundo defendiendo la libertad. Además de cultivar su elevada autoestima, el presidente se desembarazó de un funcionario que debía ocuparse de la gestión del día a día y sólo complicaba las cosas. Internas, inacciones, dudas. Lo obligaba al presidente a estar al tanto de cosas que no le interesan.
El despido del hombre que conoció al presidente en el grupo Eurnekian tuvo ribetes de humillación. Se ventiló su salida entre los medios de comunicación amigos, se hizo saber de presuntas tareas de espionaje sobre sus colegas y se puso en duda la transparencia de algunos nombramientos en empresas del Estado. “Se fue manchado como una papa. Dudo que le den un premio consuelo”, agrega el confidente.
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Otros tiempos. El presidente Javier Milei junto a su ministro de Economía Luis Caputo (en el centro de la imagen) y Nicolás Posse, el exjefe de Gabinete a quien eyectó del gobierno.
Guillermo Francos asume mucho más que la jefatura de gabinete. Es ahora el ministro político encargado de hacer política toda, tarea que Milei desprecia por considerarla espuria. Francos debería tomar nota de que asumir allí es tomar en su cuerpo el pleno completo de eventuales traspiés administrativos. Es cierto que ahora llega ahora Federico Sturzenegger, quien le recortará atribuciones en materia de manejo de empresas públicas con un gran presupuesto a su cargo. Desde las oficinas del ministro de Economía se mira con recelo este ingreso.
Alimento para el ego
Lo que más llama la atención es que toda esta crisis (el despido de un ministro jefe es una crisis) se vivió con la ausencia del presidente en suelo patrio. Milei está alimentando su imagen internacional con contactos que lo engordan de prestigio personal antes que favorecer cuestiones vitales del país. Y se lo ve muy feliz. Los que lo frecuenten se cansan de escuchar cómo el libertario lleva contabilizadas sus apariciones en medios internacionales y subraya los adjetivos que recibe.
Es cierto, no en todos los casos. La tapa que le dedicó la revista Time es estéticamente bella. El contenido de la nota, que sin ponerse colorado el presidente dijo no haber leído, está llena de achaques, críticas y puesta en dudas del equilibrio que todo gobernante debe tener.
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Elon Musk le dio un fuerte respaldo al presidente Javier Milei.
Por estos días, detrás del viaje a los Estados Unidos se cuelan otra vez preguntas esenciales: ¿es un periplo eminentemente personal o hay algo de la gira con empresarios tecnológicos que redunde en beneficio del país? El jefe de Estado nacional ya arma su agenda en Europa para la reunión del grupo de los 7, calurosamente invitado por la premier italiana, Georgia Meloni, quien no oculta lo seducida que se siente por Milei. “Muy seducida”, sonríen con picardía en la Casa Rosada. Los más malvados ya hacen circular memes con placas rojas de urgentes televisivos. “Milei confirmó que en junio visitará la Argentina por unos días”, circula en las redes.
Javier Milei cree que la baja de la inflación lo seguirá arropando de popularidad. El mes que termina, podría ubicar el dígito del costo de vida por debajo de los 6 puntos. Sin embargo, todos recuerdan que las correcciones de tarifas se postergaron para anabolizar este dato y ese es un costo que en algún momento habrá que pagar. Como las idas y venidas en el tema prepagas, que a partir de julio volverán a tener ajustes libres para las empresas.
El peor caso de la realidad golpeando a los discursos triunfalistas es la falta de gas que se vivió por estos días. El “no hay plata” aplicado con motosierra impidió invertir 50 millones de dólares en el gasoducto que viene del sur y obligó a las apuradas a desembolsar 500 millones en la compra del suministro por vía de barcos de gas. Muy mal cálculo. Algunos empiezan a ver que no es la única pifia del tipo. Y prenden las alarmas.