La exhibición de dos fotos extraídas del celular de uno de los acusados por el crimen del pastor y ex concejal Eduardo Trasante, incorporadas como cuestión liminar en la audiencia del jueves donde tres sospechosos quedaron presos por el fatal ataque cometido en julio pasado, desató una ola de repercusiones que convirtió a esa evidencia en el principal punto de atención sobre el caso. La difusión de las imágenes de dos papeles escritos a mano que al parecer conectan a la víctima con un abuso sexual generó una controversia que continuó ayer fuera del Centro de Justicia Penal. “Esos carteles revictimizan a la familia pero nada hace pensar que tengan algún vínculo con el crimen de Eduardo”, dijo la abogada querellante Gabriela Durruty; mientras que el fiscal Matías Edery anunció que “se trata de una nueva línea a investigar” y, en ese orden, sostuvo que solicitarán datos de una denuncia pública por acoso que forzó la renuncia del edil a su banca hace casi dos años.
Las imágenes de los carteles fueron obtenidas del celular del acusado Alejo Leiva, un vecino de Trasante cuando éste vivía en Villa Moreno y que fue acusado como partícipe del crimen por tener en su poder las llaves del Peugeot 308 usado por los asesinos para llegar a la casa del pastor y huir del lugar. Esas hojas escritas estaban en la bandeja de salida de su celular y eran parte de seis fotos enviadas por WhatsApp el día anterior al crimen a una persona aún no identificada. Entre las imágenes había fotos de la casa de Trasante (una de ellas editada con un círculo celeste que marcaba la puerta) y dos carteles con las leyendas “x violador” y “Nunca más vas a violar a una mujer”.
Los carteles, con letra manuscrita, estaban sobre una mesa que fue secuestrada en la casa del propio Leiva. El asunto generó la reacción de las abogadas querellantes Gabriela Durruty y Jésica Pellegrini, quienes plantearon que “ensucian a la víctima sin aportar evidencia sobre el móvil del crimen”. Lo concreto es que hasta el momento no se sabe por qué esas fotos fueron incluidas en la serie presentada por la Fiscalía. Una hipótesis es que debían ser dejados en la escena del crimen (donde no fueron hallados) lo que pudo haber sido una estrategia para desviar el verdadero móvil del asesinato. ¿Qué interés perseguían quienes ordenaron el crimen e invirtieron tiempo, dinero y recursos para garantizarlo? Aún no está claro.
Por lo pronto, los fiscales Matías Edery y Gastón Avila remarcaron al finalizar la audiencia del jueves que hasta el momento no existe “ninguna evidencia de que se haya tratado de un crimen institucional o ligado a la actividad política de Trasante”. E indicaron que las fotos de los carteles fueron expuestas por tratarse de “evidencia objetiva” respecto de una posible línea de investigación.
En una entrevista radial, Edery avanzó sobre la cuestión: anunció que pedirá informes al partido Ciudad Futura en el cual militaba Trasante para saber detalles de la denuncia pública por acoso que en 2018 derivó en la renuncia del por entonces concejal a su banca. Fue a fines de diciembre de ese año cuando un comunicado de esa fuerza política indicó que Trasante decidió renunciar para participar “voluntariamente” del protocolo preventivo de violencia de género del partido. Aquel escrito puntualizó que el pastor dio un paso al costado ante una denuncia de “acoso agravado”, esto último por el lugar de “poder y representación” que detentaba.
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A partir del debate que abrió el asunto de los carteles exhibidos en la audiencia imputativa, los dos fiscales descartaron el móvil político en el crimen. Edery dijo que “evidentemente ese material está vinculado” con el crimen de Trasante: “No podemos esconder la existencia de una evidencia. Lo que sí, esto nos obliga a investigar una nueva línea”, abundó.
Más temprano, su colega Ávila indicó que “no se descarta la hipótesis de una venganza narco ni orquestada sobre motivos personales”. Y agregó: “Tenemos que averiguar por qué una persona que conocía personalmente a Trasante (en relación a Leiva) y a su familia está involucrada en el homicidio, cuál fue la motivación que tuvo y por qué escribió esos carteles. No estamos diciendo que Trasante haya violado a alguien. Pero hay una persona del barrio que lo conocía y que participó en el homicidio. Y el día anterior, mientras enviaba información sobre el domicilio donde residía la víctima, también mandaba las imágenes de esos carteles”.
Ávila dijo que los carteles “parecen vincularse con la planificación del crimen”, pero aclaró que no se encontraron en el lugar del homicidio. “No se habrían utilizado. Pero nosotros tenemos que prestar atención para ver si ese pudo ser el móvil, una venganza personal o por algún acto pasado de Trasante”, aclaró.
En ese contexto, Edery indicó que a partir de este hallazgo se hace preciso conocer detalles del incidente de acoso que llevó a Trasante a dejar su banca, “si existió o no una persona víctima de esto y si se podría hacer una relación indirecta con los carteles o no”. Según precisó, en el Ministerio Público de la Acusación no se verificó ninguna denuncia por un delito sexual contra el pastor. “Es una nueva línea de investigación que tenemos que explorar y empezaremos por ese lugar. Esa es la única situación donde se lo vinculó a Trasante con algún episodio que tenga que ver con lo que dicen los carteles”, finalizó el fiscal.
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Por el crimen hay tres imputados como partícipes necesarios. Los fiscales ubicaron a Alejo Leiva y Facundo López como parte esencial de un plan criminal orquestado desde la cárcel por Julio Rodríguez Granthon, conocido como “El peruano”, quien está detenido en Piñero como jefe de una banda narco. Además ya fue imputado Brian “Buba” Alvarez, quien habría aportado el auto que usaron los sicarios para ir y escapar de la casa de Trasante.
"Compartimos que la Fiscalía tiene la obligación de no ocultar pruebas. Pero se trata de evidencia surgida de una pericia de la que recién tomamos conocimiento una hora antes de la audiencia, cuando ya circulaba por los medios de prensa que se darían a conocer los móviles del homicidio”, objetó Durruty, quien ayer fue al Ministerio Público de la Acusación con un disco rígido para solicitar todo lo acopiado en la causa.
El pastor evangélico fue ejecutado el 14 de julio en su casa de San Nicolás al 3600 por dos hombres que llegaron en un Peugeot 308 robado cuatro días antes y hallado al día siguiente. Para la abogada que representa a la pareja del pastor no cabe duda que las fotos del frente de la casa del pastor están ligadas al crimen. Pero observó que las otras imágenes “si bien integran el plexo probatorio, no fueron ni siquiera valoradas en la audiencia. No sirvieron de sostén para la imputación ni para la prisión preventiva dictada”.
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“Nos provocó mucho enojo porque creemos que revictimiza a nuestra representada, que además de lo que tuvo que presenciar (fue testigo del homicidio), de los avatares de la causa y del ingreso a un programa de protección de testigos ahora está desesperada porque se está ligando a la víctima a una violación”, sostuvo Durruty.
Ante el planteo de que se requerirán detalles del caso que provocó la renuncia de Trasante, la abogada dijo no haber recibido ningún pedido formal pero adelantó que se brindarán las mismas respuestas que en aquel momento, cuando “se aplicó a rajatabla el protocolo de género de Ciudad Futura y se dieron todas las explicaciones. Lo cuestionable es que se está litigando a través de la prensa y eso es una falta de respeto a la víctima y a la sociedad que reclama respuestas ante un homicidio de esta magnitud. Lo mínimo que esperamos es seriedad porque Eduardo era un símbolo de lucha contra el narcotráfico”.