El crimen del inspector de Policía César Carmona en la puerta de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) generó gran conmoción. Mientras se investiga el móvil del asesinato, el Ministerio de Seguridad dispuso el vallado de dependencias policiales, como la sede de la propia AIC y de la Agencia de Control Policial (ACP), ubicada en el centro rosarino.
Desde hace meses hay comisarías valladas, luego de haber sido blancos de ataques armados e incendiarios. Los atentados estuvieron acompañados de mensajes mafiosos que tenían como destinatarios delincuentes detenidos en unidades penitenciarias y que tenían como trasfondo disputas por el dominio de territorio de las bandas que se dedican al narcomenudeo en Rosario.
El propio edificio de la AIC, ubicado en Lamadrid al 400, ya había sido baleado a fines de agosto. El 25 del mes pasado un joven disparó unos diez tiros contra esa sede y dejó un cartel: "Nico Camino, Erik Masini y fiscal Ederic dejen de matar gente hinocente (sic) o si no vamos a matar policías, juez y fiscales". Tras el homicidio de Carmona, la dependencias fue vallada como medida de seguridad.
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El edificio de la AIC en Lamadrid al 500 apareció este viernes totalmente vallado.
Foto: Francisco Guillén / La Capital
El crimen de Carmona
Alrededor de las 15 de este jueves César Carmona llegaba en su Ford Fiesta a trabajar en la sede de la AIC cuando un vehículo rojo se le estacionó adelante. Hasta ahora no es seguro que lo hayan estado siguiendo. Del vehículo bajaron dos hombres y le dispararon al policía que estaba vestido de civil, tal como se desempeñan los miembros de esa agencia. El inspector recibió varios balazos —la autopsia determinará cuántos de los trece que le dispararon— y fue trasladado en un patrullero al Hospital Roque Sáenz Peña pero murió en el trayecto.
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“Me quedé atrás de un árbol, no entendía qué pasaba. Y de pronto vi el auto rojo que venía a toda velocidad por Lamadrid. Pude ver a dos personas, pero no las caras y no vi si tenían armas”, recordó Ester, que a las 15.03 se bajó de un ómnibus de la línea 143 en la esquina de Lamadrid y Leyva, donde escuchó una seguidilla de disparos. “Se me pone la piel de gallina, pensé que me mataban a mí”, dijo conmocionada la mujer de unos 60 años al recordar esos veinte segundos.
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@maxiclan
El fiscal pudo corroborar que los agresores fueron dos, pero hasta este jueves por la noche no se sabía si habían estado siguiendo a Carmona. “Estamos averiguando eso. Sabemos que, por lo menos la última cuadra, la hicieron en el mismo sentido de circulación. Pero estamos siguiendo el resto del recorrido con algunas medidas y el relevamiento de cámaras de vigilancia”, sostuvo Ferlazzo.
Lo que sí aseguró el fiscal fue que el ataque fue dirigido contra Carmona. “Estamos viendo cuáles fueron los móviles, por qué le fueron a disparar. El alcanzó a bajarse del vehículo y siguieron disparándole, así que todo nos hace pensar que directamente buscaban dispararle”, agregó.