A comienzos de esta semana varios comerciantes de la zona de Bulevar Oroño desde Seguí hasta Uriburu recibieron por WhatsApp una serie de mensajes extorsivos en nombre de "los Cantero". Les exigían a las víctimas un pago de dinero en efectivo bajo amenaza de atacar a balazos sus locales o empleados en caso de que se negaran. A su vez un hombre, que primero fue detenido y luego liberado al ser considerado víctima, había sido coaccionado para que se encargara de realizar los cobros. La investigación de la Fiscalía por esas maniobras condujo a la imputación de un hombre que estaba preso por robo calificado, y su pareja, que estaba en libertad y fue aprehendida en una casa de la zona sudoeste.
"Hola te hablamos por lo siguiente. Estamos agarrando todo el barrio que está atrás de la fábrica y todos los comercios de Oroño y Seguí hasta Uriburu. Tienen que pagar $ 250 mil y no te molestamos todo el año, o $ 50 mil por semana", fue el mensaje que recibió la madrugada del lunes 16 de enero un comerciante de Oroño al 4100. El mismo continuaba así: "Eso es para no agarrarte a tiros todas las semanas, para no mandar a los pibes y agarrarte a alguien de ahí de tus trabajadores y darle un tiro, que no te lo prendamos fuego y muchas cosas más. Es una sola cuota, o si no pagás tenés problemas con la mafia. Atte. La Mafia. Plata o Plomo".
La misma secuencia vivieron otros cinco comerciantes que tienen locales en Oroño desde las alturas 4100 al 4800 y en Avenida Uriburu al 1500. Las amenazas eran realizadas a nombre de "la monada" o "los Cantero", en referencia a la conocida banda narcocriminal con poder principalmente en la zona sur de Rosario. A todos les exigían el mismo pago: uno de $ 250 mil en efectivo por única vez o una cuota semanal de $ 50 mil.
>>Leer más: Dos detenidos por extorsiones con CBU y en nombre de "Los Cantero"
La investigación del fiscal Pablo Socca comenzó el mismo día a partir de una serie de denuncias luego de los mensajes extorsivos. En una de las primeras medidas se recolectaron las imágenes registradas por las cámaras de videovigilancia de la zona de los comercios, donde pudo verse a una mujer pasar a bordo de una bicicleta y mirar los locales. En uno de ellos dejó una nota manuscrita que decía: "¿Qué hacemos, pagan o no? O tiramos tiro".
Entrega controlada
El paso siguiente estuvo a cargo del personal de la Agencia de Investigación Criminal, que simularon una negociación con los extorsionadores mediante el uso de los celulares de las víctimas, a los cuales habían entrado los mensajes amenazantes. En el transcurso de las conversaciones, los extorsionadores ofrecieron una cuenta bancaria para que el pago se realizara por transferencia, quedando así expuesta la identidad de Carla María Belén P. Luego se comprobó que era la misma persona que las cámaras de videovigilancia habían detectado merodeando por los locales.
>>Leer más: Con las extorsiones mafiosas, una lluvia de desconfianza hacia el Estado
El martes por la tarde los extorsionadores pactaron lo que en realidad era una entrega controlada por la AIC. Así fue que cerca de las 14.45, en la esquina de Oroño y Dr. Riva, los agentes vieron llegar a un muchacho vestido con la camiseta de Newell's que tomó una bolsa en la que había fajos de papel que aparentaba ser dinero. Luego lo detuvieron y esta persona aseguró que también había sido víctima de una extorsión, que lo habían coaccionando para que fuera a cobrar ese dinero. Además, contó que él ya había entregado dinero en efectivo y una bicicleta, que luego se supo que era la que había estado utilizando la mujer involucrada en las extorsiones. Al comprobar que estaba diciendo la verdad, el fiscal Socca ordenó su libertad.
>> Leer más: Ordenan al director de Coronda que los reclusos no accedan a teléfonos
Horas después, cerca de las 17.30, fue detenida Carla María Belén P. en su casa de la zona sudoeste, donde vive con sus hijos de 1 y 8 años. Luego los investigadores supieron que la mujer organizaba las extorsiones junto a su pareja, Brian Ezequiel F., de 28 años, preso en la cárcel de Coronda y condenado a 8 años y 4 meses por robo calificado por uso de arma de fuego y reincidencia. Los mensajes extorsivos salían de un celular que el muchacho tenía consigo en prisión, según se comprobó en primera instancia por el impacto del mismo en la antena de la cárcel.
Este viernes, en una audiencia realizada en el Centro de Justicia Penal de Rosario, el fiscal Pablo Socca confirmó las imputaciones para la pareja. Ambos fueron acusados por los delitos de extorsión en grado de tentativa y en grado consumado, mientras que solo a Brian F. se le atribuyó el delito de amenazas coactivas. El juez Nicolás Foppiani confirmó la prisión preventiva por el plazo de ley para ambos.