A un integrante de la banda de Lucho Cantero, tercera generación de la banda de Los Monos, se le había fundido la moto. El jefe ordenó reemplazarla y dos miembros del grupo salieron a buscar una parecida para robarla. Esa fue la preparación, registrada en escuchas, del asalto en el que fue asesinado Luciano Muscio el 3 de julio de 2022. Un joven al que le dicen Kaki, el último prófugo de la organización, fue imputado ahora como uno de los atacantes que lo balearon frente a la planta de General Motors para robarle una Honda Tornado 250.
Kaki es el sobrenombre de Agustín Alejandro Varela. El joven de 23 años tenía pedido de captura y el viernes pasado fue detenido cuando iba en auto por Avellaneda y Lamadrid. La fiscal Marisol Fabbro lo imputó este martes como miembro de una asociación ilícita, por la portación ilegal de un arma y como coautor de un homicidio calificado criminis causa, es decir, cometido para consumar un robo. Un delito con pena de prisión perpetua. El juez Florentino Malaponte le dictó la prisión preventiva por dos años.
La audiencia se realizó en el Centro de Justicia Penal un día después de que dos acusados de integrar la banda de Lucho aceptaran 4 años de prisión y la donación de 1.200.000 pesos a una asociación civil. Hijo del asesinado jefe de Los Monos Claudio “Pájaro” Cantero, Lucho cumple una condena federal por tenencia de drogas y además está acusado de dirigir una banda que se dedicaba al comercio de drogas y armas, extorsiones y robo de vehículos, con un fuerte poder de fuego.
El grupo con cerca de treinta personas acusadas quedó en la mira pública en enero de 2021 al viralizarse una foto de Lucho con el trapero Zaramay y un grupo de jóvenes portando armas. Volvió a escena en la Navidad de ese año por una secuencia de disparos en una terraza de Arrieta al 1800 y el ataque a balazos, horas más tarde, de un móvil de la Policía de Acción Táctica.
Las menciones a Kaki como un amigo de Lucho y hábil “piloto” de la organización fueron captadas en escuchas al propio Lucho y a Dylan “Capocha” Baldón. Otro cabecilla que gestionó la banda tras la caída en prisión de Cantero en enero de 2022. En esas conversaciones se detectó que a Kaki se le había roto una moto. Dylan se lo contó por teléfono a Lucho y éste ordenó que consiguieran una parecida el domingo 3 de julio. Según la evidencia, Capocha propuso que el robo se hiciera en la colectora de la autopista a Buenos Aires o en un encuentro de aficionados a las motos que se convocaban a través de un perfil de Instagram llamado Gálvez Stunt.
Plan de domingo
Luciano Muscio tenía 28 años, era técnico en refrigeración, trabajaba en una fábrica y vivía con sus padres en Arroyito. Se había comprado un auto Volkswagen Gol y planeaba irse a vivir solo. Ese domingo fue con su novia a un encuentro de picadas que se realizó en la autopista a Buenos Aires cerca del arroyo Frías, unos kilómetros al sur del cruce con la A012. Cerca de las 17.40 la pareja se fue del lugar. Muscio subió a la ruta con su moto Honda Tornado 2009 blanca y negra. A la altura del kilómetro 278, frente a la planta de General Motors de Alvear, otra moto se le puso a la par.
Era, según la imputación de Fabbro, una KTM 890 Duke de color negro en la que iban Kaki y Juan Ignacio "Juani" González, otro acusado por el crimen que fue detenido junto al grueso de la banda en octubre de ese año. Sería, según las escuchas, quien le apuntó a Muscio con un arma para exigirle la moto. El muchacho no alcanzó a reaccionar y le efectuaron dos disparos con un arma calibre .380. Herido en el tórax, cayó al costado de la ruta y murió por un shock hemorrágico. Su novia no recibió disparos. Los dos atacantes levantaron la moto y se fueron con dirección al sur.
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Esa tarde, los padres de Luciano habían salido a “dar una vuelta” y cuando volvieron a su casa unos vecinos les comentaron que a su hijo lo habían baleado para sacarle la moto. “Fuimos para allá y nos encontramos con nuestro hijo sin vida. Estaba sobre la banquina de la autopista en un descampado”, contó el padre.
La novia de Luciano les contó allí que habían ido a ver unas picadas y que, de regreso a Rosario, los cercaron dos personas en una moto, sin casco. El acompañante sacó un arma y le apuntó a Muscio. “Le dice que le de la moto —relató el papá—. Ahí le dispara un tiro que le pega a Luciano en las costillas. Luego mi hijo se tira a la banquina, deja caer la moto y le dice que se la lleve. El tipo le vuelve a disparar”.
El análisis de las escuchas arrojó cómo se preparó el asalto del que se encargaron “Juani” y “Kaki” y las repercusiones dentro de la banda. Horas después del crimen, según se consigna en la investigación, Capocha comentó que Kaki había conseguido un “torniquete”, en referencia a la Tornado de Muscio. Lucho preguntó si era 0 kilómetro y Dylan contestó que era parecida a la que se le había roto a Kaki.
“Se puede apreciar la frialdad con la que hablan del homicidio”, plantea el informe citado en la imputación. Dylan le contó a Lucho que los ladrones “se bardearon” y precisó, entre risas, que al dueño de la moto “lo volaron”. También nombraron a Gálvez Stunt, la red social por la cual se convocaban los amantes de las motos, e indicaron que a la Honda robada la habían guardado. Diálogos que, para la acusación, registraron de manera cronológica el antes y después del crimen.