La advertencia escrita con aerosol no tiene que ver con la institución, de modo que se mantuvo el dictado de clases en barrio Tablada
Foto: Google Street View.
Las amenazas no impidieron el funcionamiento de la institución en Ayacucho al 2700.
Una escuela de la zona sur de Rosario abrió sus puertas en un marco atípico este miércoles, ya que la policía encontró una bandera con amenazas colgada en la entrada al edificio. La versión preliminar indica que se trata de una acción intimidatoria ligada a organizaciones delictivas de la ciudad.
Fuentes de las fuerzas de seguridad provinciales confirmaron el hallazgo de un mensaje mafioso en Ayacucho al 2700. El operativo correspondiente a la denuncia se llevó a cabo en las últimas horas de la madrugada, cuando las autoridades secuestraron un pedazo de tela escrito con aerosol.
El procedimiento rompió con la rutina previa al inicio de la jornada en la Escuela Primaria 1235 Constancio C. Vigil. Luego del despliegue de los efectivos, los directivos del establecimiento confirmaron que había garantías suficientes para dictar clases normalmente a pesar del incidente.
La denuncia de este miércoles se refiere a una bandera pequeña colgada sobre la puerta del establecimiento del sur rosarino. A diferencia de otros casos similares registrados en la ciudad, el mensaje no fue dirigido a funcionarios públicos.
En esta oportunidad, las amenazas exponen una disputa entre bandas reconocidas sobre el mapa del crimen organizado en la ciudad. De esta manera, la escuela se convirtió en el telón de fondo del enfrentamiento como parte de una estrategia para que la advertencia gane visibilidad.
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En esta instancia, el Ministerio de Justicia y Seguridad de Santa Fe confirmó el procedimiento para esclarecer un hecho de intimidación pública en el barrio Tablada. Hasta primera hora de la mañana no se habían reportado arrestos ni había pistas lo ocurrido en la primaria antes del hallazgo de la bandera.
El pabellón de 2 metros de largo y uno de ancho fue colocado con alambres sobre la fachada del edificio de ladrillo visto. Antes de la apertura de las aulas, la policía ya se había llevado la evidencia para profundizar la investigación judicial.
Por Miguel Pisano
Por Gonzalo Santamaría