Desde diciembre de 2015 Pablo Caminos está detenido. Su caso, según se ventiló este viernes en el Centro de Justicia Penal, es el de tantos referentes de organizaciones criminales que producen violencia y negocios moviendo sus comandos desde la prisión. Hoy a mediodía el fiscal Pablo Socca lo imputó justamente por un rol que responde a esa lógica: ser jefe de una asociación ilícita dedicada a hechos cruentos, como homicidios y extorsiones. Esa banda quedó en evidencia en octubre pasado en barrio Godoy durante 80 allanamientos simultáneos. Al grupo se le atribuyó ser la fuerza de choque del jefe de Los Monos, Ariel "Guille" Cantero, en esa zona del oeste rosarino.
A Caminos se lo recuerda por un incidente escalofriante ocurrido dentro de la cárcel de Coronda. Fue cuando junto a Kevin Duarte, Juan Manuel “Juanchi” Almada y Horacio Benaventos mataron a cuchilladas y estrangulándolo con un alambre a Rubén Tubi Segovia, un líder de la barra brava de Newell’s del sur de Rosario, en una celda del pabellón 8. Por ese hecho ya está condenado a veinte años de cumplimiento efectivo, una pena que unificada con otro homicidio le reserva un largo período entre rejas: su salida de prisión en esa sentencia está fijada para el 14 de enero de 2040.
Pero si prospera la acusación hecha hoy esa fecha tendrá un nuevo corrimiento en el tiempo. El fiscal Socca le adjudicó ahora una extensa sucesión de hechos de amenaza, extorsiones y homicidios concertados desde la cárcel y lo puso como cabeza de ese grupo. Según dijo el fiscal en la audiencia, la organización criminal que dirigía procuró ocupar y dominar barrios de Rosario, en especial Godoy, Villanueva y Bajo Cullen, y expulsar de allí a bandas antagónicas con el fin de obtener beneficios económico de diversas actividades ilícitas.
Para hacerlo, planteó el fiscal, los integrantes del grupo cometieron diversos delitos: homicidios, lesiones, robos, encubrimientos, amenazas, extorsiones, usurpaciones, abuso de armas, portación y tenencia ilegal de armas de fuego y venta ilegal de estupefacientes. La consideró la célula en esa zona de una organización mayor que desplegaba su influencia desde Villa Gobernador Gálvez a San Lorenzo.
La relación con Guille Cantero parece evidente en una conversación que mantiene con su hermano Alexis “Tartita” Cantero quien hoy está preso por un femicidio. Caminos chatea con él y le dice: “Vos sos hermano de sangre pero nosotros somos su familia de verdad, somos leales a él”, según lo que se expuso en la audiencia.
El despliegue en tiempo de estos hechos va desde marzo de 2020, cuando le secuestraron a Pablo Caminos un teléfono celular en su celda de la cárcel de Piñero, hasta el 1º de octubre del año pasado, cuando cayeron detenidos varios miembros de su grupo. De la pericia realizada al celular se extrajo información clave que se expuso como prueba en la audiencia ante el juez Florentino Malaponte.
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Socca lo acusó a Pablo Caminos de ser junto a su hermano Jonatan Caminos líder del grupo. Le atribuyeron dar ordenes desde su lugar de alojamiento, algunas directamente y otras por terceros, para realizar amenazas y extorsiones de manera personal justamente desde el celular que utilizaba dentro de la cárcel. “Lo hacía ordenando atentados con armas de fuego contra diferentes personas, algunas de ellas víctimas de extorsiones y otros atentados contra integrantes de bandas rivales. Para ello elegía a las personas que extramuros van a cumplir lo encomendado para cada uno de los hechos ilícitos, disponiendo el uso de armas de fuego de gran poder ofensivo y vehículos, organizando y administrando la atención de los “bunkers” de venta de estupefacientes y controlando su recaudación”, sostuvo Socca.
Este grupo se puso en evidencia por última vez el pasado 2 de octubre cuando capturaron a más de una decena de personas en un operativo conjunto entre la Justicia Federal y la Justicia provincial. Una semana después en el Centro de Justicia Penal fueron imputadas las primeras 16 personas de la estructura. La acusación se completa este viernes con la presentación en audiencia de Pablo Caminos, Agustina Cantero, Brisa Mansilla y Florencia Saucedo. Las dos últimas tienen según la pesquisa tareas de colectar dinero de narcomenudeo. En la zona de Bajo Cullen a este grupo se le adjudican varios homicidios según dijo el fiscal.
Tras la audiencia, se dictó la prisión preventiva por el plazo de ley para Caminos y Mansilla, y prisión domiciliaria por el plazo de ley para Agustina Cantero y Florencia Saucedo por tener hijos menores de edad.