Este miércoles se cumplirá un año del crimen de Joaquín Pérez, el arquitecto de 34 años al que balearon en la puerta de una cochera de Arroyito para robarle el auto. Un caso por el que hubo marchas de vecinos y el gobierno ofreció una recompensa de un millón de pesos a quien aportara información. De cara al primer aniversario, para el que no está prevista una nueva movilización, la Fiscalía rosarina dio a conocer cuáles fueron la medidas y pericias practicadas en la investigación del crimen, aún no aclarado. Con algunos demorados que no llegaron a ser acusados porque los cotejos dactilares y de ADN resultaron negativos, quedan pendientes nuevos estudios balísticos, de rastros y sobre las filmaciones del hecho.
La semana que pasó, los familiares de la víctima reiteraron en declaraciones radiales que “no hay ni una pista” sobre quiénes mataron a Joaquín. Solicitaron que se avance en la investigación y se visibilice el caso. La viuda del arquitecto, Indiana, adelantó que este año no está en condiciones de convocar a una movilización o marcha como las que se realizaron por el caso el año pasado porque eso supone revivir el dolor por la pérdida de Joaquín.
El 19 de octubre de 2021, como lo hacía todas las noches, Joaquín Pérez se dirigió a guardar su auto a una cochera de Muñiz al 1200, en el barrio de Arroyito. Llegó antes de las 23 y al bajar del auto lo abordaron dos asaltantes que le efectuaron tres disparos a quemarropa. Los ladrones se llevaron el auto, un Renault Clio, y el arquitecto logró correr unos 200 metros hasta su casa.
Con dos balazos en el pecho y uno en la zona inguinal, llegó hasta Juan B. Justo al 1700. Allí apenas pudo manotear la puerta, que quedó manchada de sangre. Su esposa salió con la hija de la pareja en brazos, una nena de 2 años, y lo encontró ya desvanecido. Los vecinos apenas pudieron intentar reanimarlo mientras esperaban la ambulancia. La asistencia médica llegó más de 15 minutos después y Joaquín fue trasladado al Hospital Clemente Alvarez, donde pasó directamente a quirófano y falleció cerca de la 0.30.
Los ladrones escaparon pero en la zona de Olivé y Flynn, a casi diez cuadras del lugar del hecho, abandonaron el Renault Clio 1.2 modelo 2006. Dentro del auto dejaron un arma calibre 40 marca Steyr junto a un puñado de balas del mismo calibre.
Una primera versión sobre la autopsia indicaba que en el ataque se habían usado dos armas, pero la pesquisa luego confirmó que sólo se usó la pistola calibre 40 hallada en el auto. De esa arma salió una bala que impactó en el portón de la cochera y otra recuperada del cuerpo de la víctima.
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A las dos semanas, tres personas fueron demoradas tras varios allanamientos. Quedaron en esa condición a partir del hallazgo de dos pistolas calibre 22 en operativos realizados en Génova al 6600 y en calle Sabin al 1300 bis. Esas personas, identificadas como J.J., L V., e I.L., quedaron fichadas y se les realizó el cotejo de huellas dactilares que finalmente resultó negativo. Además se incautaron dos motos similares a la que usó en el crimen y celulares.
No son los únicos bajo cierto grado de sospecha. En base a tareas de inteligencia policial, son alrededor de ocho las personas que por algún motivo fueron identificadas en la causa, si bien hasta el momento no hay pruebas que las incriminen.
El informe
Ante la cercanía del primer aniversario, el Ministerio Público de la Acusación emitió un informe con las medidas de prueba realizadas o aún pendientes en el caso. Una serie de pericias se realizó en torno a las huellas levantadas del auto. Tras el crimen se informó el hallazgo de una huella completa y dos huellas parciales en la puerta del conductor, todas cotejables. Fueron escaneadas y comparadas en el sistema automático de investigación dactilar Afis, lo que resultó negativo en relación a los demorados.
También se remitieron a Interpol, a la superintendencia de Policía Científica de La Plata y a la División Rastros de la Policía Federal. La conclusión fue que “todas las huellas halladas en el interior del vehículo pertenecen a la víctima. Se cotejaron huellas con fichas de todas las posibles personas sospechadas en el marco de la investigación con resultado negativo”. Según se indicó, de los registros que quedaron en el auto sólo hay una huella parcial que no pertenecía a Pérez. Sin embargo, como no existe una base de datos nacional de huellas, sólo puede compararse con las de personas que tengan prontuario o antecedentes penales. Para avanzar en esta línea, se consultó a Gendarmería Nacional la posibilidad de realizar otros cotejos.
El arma y las balas
En los primeros días también había sido sometida a pericias la pistola que los atacantes dejaron en el auto, que conservaba la numeración visible. Este dato permitió dar con el titular registral de la misma, un hombre fallecido en 2016 al que se le habrían robado hace varios años en un asalto a su vivienda en una población del departamento Iriondo. Por tratarse de una superficie rugosa, no quedaron impresas en el arma las huellas del tirador.
De acuerdo con el informe fiscal, la Policía Federal realizó un cotejo balístico sobre dos vainas halladas en el lugar del hecho y el arma secuestrada. Para profundizar estas pericias balísticas y también las de rastros se solicitó colaboración al Gabinete Criminalístico del Poder Judicial de la Provincia de Chaco. En ese lugar trabajan especialistas que en su momento realizaron un peritaje sobre el auto con un sistema especial de vapores para el levantamiento de células epiteliales. El estudio se encuentra en curso.
Además de medidas de rutina como la pericia fotográfica o el hisopado sobre la ropa de la víctima se realizó una reconstrucción del hecho para determinar la trayectoria de los proyectiles. Y del relevamiento de alrededor de quince cámaras de vigilancia se detectaron filmaciones sobre momentos previos al hecho, el ataque y el escape de los ladrones.
Las filmaciones
Las imágenes, según una fuente de la causa, muestran que Pérez bajó del auto para abrir el portón de la cochera y dejó abierta la puerta del conductor porque tenía un desperfecto. En lo que tiene todas las características de “un robo al voleo”, el que iba como acompañante en la moto se subió al auto. Cuando el arquitecto se acercó al auto se produjo un forcejeo en el que le dispararon.
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Las filmaciones fueron sometidas a técnicas de mejoramiento de imagen con personal del Organismo de Investigaciones (OI). Sin embargo, por la baja calidad y la escasa nitidez de las imágenes “no se pudo realizar un mejoramiento que permita identificar el rostro” de los agresores. Sí se establecieron rasgos de su fisonomía corporal y el color de la moto en la que se desplazaban. Así, se ofició a la Unidad Transdisciplinaria de identificación antropométrica del Poder Judicial de Córdoba para realizar una comparación con fotografías de las personas sospechosas. Es un estudio que se realiza por estos días.
Otro bloque pericial tiene que ver con la inspección de más de veinte celulares secuestrados en allanamientos. El contenido fue transmitido al OI para el análisis de chats, mensajes, contenidos multimedia y llamadas entrantes y salientes. También se revisó el celular de la víctima, sin hallazgos que aportaran datos a la pesquisa.
Por último, según el informe, se procedió a la extracción de sangre de las tres personas demoradas en los allanamientos de noviembre del año pasado. La Corte Suprema de la provincia dio su autorización para realizar un cotejo de ADN en la sección Genética del Instituto Médico Legal de Rosario pero no se encontraron coincidencias entre las muestras genéticas recabadas en el lugar del hecho y la sangre extraída a los sospechosos.
Marchas y reclamos
El crimen de Pérez generó movilizaciones masivas en la ciudad. Dos días después hubo una multitudinaria marcha que partió de Rondeau y Juan B. Justo para pedir “justicia por Joaquín”. Los vecinos, que lo conocían de toda la vida, manifestaron su conmoción frente al crimen de un muchacho querido en el barrio, donde denunciaron que las situaciones de robo eran frecuentes.
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Ese mismo día el gobierno provincial ofreció una recompensa de un millón de pesos para quien aportara datos certeros sobre los autores del crimen de Joaquín. El gobernador Omar Perotti le pidió al por entonces ministro de Seguridad de la provincia, Jorge Lagna, que le comunicara al fiscal Adrián Spelta que ese dinero estaba a disposición para motorizar el avance de la investigación.