Newell's paga muy caro sus errores y por eso casi se va al descanso empatando ante Atlético Tucumán. Pero Mateo Silvetti salvó las papas. Y de nuevo, como le pasó en lo que fue su debut ante Barracas Central, el experimentado Víctor Cuesta tuvo una débil respuesta y el Decano le marcó.
El equipo de Fabbiani se fue al descanso victorioso gracias a la inteligencia de Éver Banega para asistir y la capacidad de Mateo Silvetti para concretar. Pero otra vez por su absoluta responsabilidad terminó sufriendo en el arco propio, como le pasó en el inicio ante Barracas Central.
Newell's hizo todo lo bueno y todo lo malo. Los pases de Banega y los goles de Silvetti en el top, pero el penal errado de Juanchón García y las fallas en el empate de Atlético Tucumán casi equilibran la balanza en el frenético primer tiempo.
Víctor Cuesta repitió lo de Barracas
Y en este último ítem, otra vez Cuesta apareció en escena. Una pena, porque en el haber hay que contarle que le hicieron el penal cuando el exleproso Matías Orihuela lo agarró de la camiseta dentro del área a los 10 minutos.
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Pero como le pasó en Barracas, cuando habilitó a Jonatan Candia con una lentitud exasperante al minuto de juego y condicionó con ese gol todo el partido. En Tucumán casi le pasó lo mismo.
Es cierto que primero no pudo sacarla Fernando Cardozo, pero cuando le quedó a Nicolás Laméndola y simplemente la empujó hacia adelante entre varias camisetas leprosas, a Cuesta no solo se le fue entre las piernas dentro del área, sino que después no tuvo reacción.
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Tanto, que hasta Laméndola se sorprendió de que pudiera encontrar el callejón libre para correr, entrar al área, escapar al cierre desesperado de Saúl Salcedo y marcar el 1 a 1 a los 40'.
Cinco minutos después, el cabezazo de Silvetti evitó que se hablara de Cuesta al final del primer tiempo.