En la Argentina donde todo es complicado, donde el mango no alcanza, donde es necesario hacer malabares para alcanzar un mínimo de dignidad en medio de la subsistencia, el fútbol. Hoy el fútbol, a nivel selección por supuesto, es un verdadero oasis, en el que el brillo de los buenos resultados no decae. Este equipo que lo último que hizo fue ganar la Copa América, en Estados Unidos, tendrá la chance de jugar su primer partido en suelo argentinos. O mejor dicho, los argentinos (unos pocos, claro), tendrán la posibilidad de ver a esta selección que definitivamente enamoró. No estará Lionel Messi, por lesión, y ya no estará para jugar Ángel Di María, aunque para Fideo hay un último acto en cancha, que será de apenas pocos minutos, en el homenaje de despedida que se le preparó especialmente y por el cual Fideo voló desde Europa, donde decidió continuar su carrera. Ah, en el medio, un partido por Eliminatorias Sudamericanas frente a Chile (a las 21) con vistas al Mundial de Estados Unidos, Canadá y México, que será una mera excusa.
Quienes tienen el privilegio de asistir al estadio Monumental no lo harán pensando en que habrá algún momento de sufrimientos contra Chile ni nada de eso, lo harán teniendo muy en claro que es momento de agradecer a este grupo de jugadores y a este cuerpo técnico por la alegría que vienen de darle al pueblo argentino.
La fiesta hubiese tenido otro sabor si en cancha hubiese podido estar Lionel Messi, pero esta vez no será el caso. El astro rosarino aún se recupera de aquella fea lesión que sufrió en la final contra Colombia y por eso la no citación por parte de Lionel Scaloni. Pero por más que no esté la Pulga, valdrá vivir el reconocimiento que seguramente habrá por parte de los hinchas.
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Di María pasó toda una vida vistiendo la camiseta de Argentina y hoy será despedido con todos los honores.
Está tan claro que el verdadero espíritu de este partido ante Chile está anclado más en el pasado que en el presente que posiblemente muchos de los que decidieron asistir lo hayan hecho para vivir en carne propia ese tributo que se le hará a Angelito Di María.
Porque Fideo ya no es más parte de la selección, pero jamás dejará de pertenecer, y esta noche en el Monumental será reconocido ese tremendo recorrido que tuvo durante tantos años, con infinidad de piedras en el camino, y que fue transitando poniéndose títulos en el hombro. Y cuando la emoción pueda con Angelito y con todos los presentes, seguramente también podrá con su amigo Leo, que lo vivirá por tele desde Miami, sólo que la Pulga alguna vez volverá a ponerse la celeste y blanca y Fideo ya no.
Ahora en modo Eliminatorias
Pero al margen de ese instante de emoción pura habrá un partido por afrontar despojado de todo sentimiento. Y allí estará parte del desafío de esta selección ganadora, de abstraerse por completo para lograr que estos 90 minutos contra Chile sean un nuevo paso en firme en estas eliminatorias.
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Lionel Scaloni pretende que Argentina mantenga el nivel que exhibió en la reciente Copa América.
Es cierto, el resultado de hoy no le cambiará en nada el horizonte al equipo argentino, por la sencilla razón de que sólo una catástrofe podría poner en aprietos esa clasificación al próximo Mundial que hoy, con apenas un tercio de las eliminatorias disputadas, parece tener ya en el bolsillo.
A menos de dos meses de aquella consagración en Estados Unidos, Argentina vuelve al ruedo. Lo hará en el Monumental, ante sus hinchas, con Messi ausente y con un Di María que, se estima, aparecerá con la Copa América en la mano segundos antes de que los equipos ingresen al campo de juego. Será la noche del reencuentro para vivir un mundo de sensaciones.