El fútbol se mide por goles ya que la “Copa Merecimiento” no cuenta para la tabla de posiciones ni para la clasificación a las copas. Boca se llevó el triunfo porque capitalizó en la red las chances que tuvo en el primer cuarto de hora del partido. Algo que Central falló en el inicio del complemento y que recién pudo conseguir en el adicional donde casi se trae un punto.
Las cartas fueron echadas en la semana. Matías Lequi, quien tuvo seis partidos como interino y obtuvo más triunfos que derrotas, dejó de ser ese técnico que, como él mismo dijo luego de su debut en La Plata ante Gimnasia, “acompañaba a los jugadores para salir del mal momento”, para transformarse en el entrenador principal, tras el espaldarazo que tuvo el viernes de parte de la comisión directiva.
Bajo este contexto, tuvo que afrontar el primero de los 15 parciales hasta fin de año como DT confirmado, nada más ni nada menos que contra Boca y de visitante.
El cuestionario que tenía que resolver marcaba que ,si contestaba bien al menos tres de estas seis preguntas, iba a traerse al menos un aprobado desde la Bombonera.
¿Central pudo aguantar los primeros minutos antes las exigencias que tenia la gente de Boca por haber quedado eliminado de la Sudamericana? No. Ya en el primer cuarto de hora estaba dos goles abajo y en el fútbol, sobre todo en la Bombonera es casi imposible de remontar.
¿Fatura Broun fue uno de los puntos más altos del equipo? No. En el primer gol dejó dudas en acomodar la barrera y no tuvo ninguna de esas atajadas salvadoras.
¿La dupla de zagueros compuesta por Barbieri y el pibe Giménez estuvo a la altura de lo que brindaban Mallo y Quintana? No. Les costó acoplarse en el comienzo, aunque luego se entendieron mejor.
¿Franco Ibarra y Mauricio Martínez le ganaron la pulseada a Medina y Pol Fernández en el medio?. No. Jugaron muy en línea y quedaron descompensados. Recién se acomodaron con el partido 0-2.
¿Jaminton Campaz salió de la intrascendencia que viene teniendo en lo que va del año? Si. Tras un primer tiempo impreciso, obligó más que otros partidos y estuvo más participativo y además le dio el gol de la esperanza a Central.
¿Enzo Copetti se amigó con la red? No. Pero por lo menos presionó a la línea de tres de Boca y volvió a ser el picante de Racing.
Las respuestas negativas a la mayoría de estos interrogantes, más la imprecisión de Central en la puntada final fueron el resumen de la derrota auriazul.
Boca arrancó como una tromba
El primer tiempo hay que dividirlo en dos partes. Boca arrancó como una tromba y facturó por duplicado con un gol de Lema, de tiro libre, a los 3’ y de Brian Aguirre a los 14’ en una jugada que nació porque Coronel no volcó la pelota al área y los defensores de Central estaban esperando una segunda jugada tras un córner.
Con esta ventaja Boca se relajó y le cedió la pelota al elenco visitante que siempre le faltaron unos centavos para completar el peso.
Solo el ímpetu de Copetti, que a los 26’ le puso el taco a un centro de Campaz, un tiro libre de Malcorra que se desvió en la barrera y un intento de Ibarra de lejos ilusionó y pudieron meterlo en partido.
Central estuvo muy cerca de empatarlo
Algo que también pudo lograr antes del primer minuto de la segunda mitad, pero Romero le ahogó el grito a Copetti. La esperanza renació a los 48’, pero Chiquito otra vez cerró su arco ante Campaz.
La revolución canalla estaba en su punto más alto cuando el palo le dijo que no a Copetti a los 50’ y a los 75’ tuvo otra para empujar a la red tras asistencia de Campaz.
Los de Lequi necesitaban el gol para entrar en partido, algo recién llegó en el adicional con un tiro libre de Campaz y puso en duda el resultado. Brey le ahogó el empate a Ruben, Baliño no dio penal de Advíncula a Copetti y se acabó.
Ahora será tiempo del parate por fecha FIFA, ver si hay movimientos en el libro de pases hasta el viernes y que Lequi comience a repasar para su segundo parcial como DT oficial frente a Talleres en el Gigante. En este dio el piné y sabe que fecha a fecha tendrá que rendir para agigantar su historia.