Si hay un puesto que en Central hoy está cubierto, ese es el del centrodelantero, con un par de nombres pesados como Marco Ruben y Enzo Copetti, pero también con un pibe de las inferiores que no para de empujar y de meter presión: Agustín Módica.
Agustín Módica tuvo la llave del triunfo de Central sobre Sarmiento, convirtiendo los dos primeros del 4-2. Marco no fue ni al banco y Enzo jugó un ratito.
Marcelo Bustamante
Siempre listo. Módica marcó dos goles y fuer la figura de Central.
Si hay un puesto que en Central hoy está cubierto, ese es el del centrodelantero, con un par de nombres pesados como Marco Ruben y Enzo Copetti, pero también con un pibe de las inferiores que no para de empujar y de meter presión: Agustín Módica.
A los dos primeros Miguel Angel Russo, con mucho criterio, los guardó para la revancha del martes en Porto Alegre, aunque Enzo entró unos minutos por el 44. Del que echó mano y que también responde. Y vaya si lo hizo. Es que a los 35’ Central ya ganaba por dos goles con dos gritos suyos, uno de cabeza, el otro con una media vuelta casi desde el piso. Dos goles bien de 9.
Tampoco es que esto de Módica resulte extraño o algo por el estilo, nada de eso. Porque si el delantero perdió el puesto obedeció pura y exclusivamente al peso de los nombres que le trajeron en su posición y con los que pelea el puesto.
Si hay algo de bueno que Módica demostró hasta acá es la capacidad de aprovechar las oportunidades que se le presentan. Basta con recordar cuando Russo lo mandó a la cancha desde el banco en Venezuela, ante Caracas. Fue él quien marcó el empate. Y llegó Argentinos Juniors al que también le marcó, y el choque con los venezolanos pero esta vez en Arroyito y con Copetti en uno de los palcos, llegado ese mismo día, para marcar un doblete.
Fue quien convirtió en aquel trascendental partido (fue derrota 2-1) en Montevideo ante Peñarol que encendió la esperanza de clasificar a 8º de la Libertadores. El semestre pasado lo terminó como titular porque Ruben se sumó muy en el final, pero tras la pretemporada Russo se inclinó por los de más experiencia.
Y llegó este partido ante Sarmiento, en el que un alternativo tuvo que saltar a la cancha y uno de esos fue Módica, ese centrodelantero que crece con cada grito que pega.
El primero, apareciendo para la segunda pelota de un córner, tras ser asistido de cabeza por Komar y facturando por la misma vía. El otro de mediavuelta, luego de ir a buscar el balón de otro tiro de esquina. Los dos en un breve lapso para abrir un trámite abierto hasta entonces y que definió las coordenadas del partido.
Bien de un 9 que cada vez que fue requerido respondió con creces y es el artillero canalla del año. Ya es sin dudas, el tercero en discordia.