Son demasiados los condimentos que tendrá el partido de esta noche de Central frente a Gimnasia como para pensar que serán simplemente 90 minutos de fútbol. Será no sólo retorno al Gigante de Arroyito (después del paso obligado por San Nicolás), sino también la necesidad de archivar lo que fue la derrota en cancha de Independiente, lo que se logrará con una victoria que revitalice. Ahora, pensar que el foco estará puesto sólo en el presente es un error, porque la proyección a futuro será inevitable, pensando en que cuando el choque frente al Lobo llegue a su fin lo que se activará será ni más ni menos que la previa del clásico. Por ese motivo también el equipo de Miguel Ángel Russo tiene motivos más que suficientes para pisar el acelerador.
El intento de recuperación tras el golpe que el canalla sufrió el pasado martes en Avellaneda es el motor principal de esta cruzada que se jugará el equipo. Y la forma de explicarlo es muy simple: en medio de un andar cansino en esta Copa de la Liga no hay margen para las debilidades ni las flaquezas. Central viene de perder y por eso quedó parado frente a la necesidad de una pronta recuperación. Al punto de que aun ganando no le alcanzará para meterse entre los cuatro primeros de su zona.
Cabe una vez más la aclaración de que si pierde con Gimnasia, el equipo tendría la misma cantidad de puntos que en el torneo pasado, en el que fue campeón, pero ampararse en esos números sería apostar más al azar que a un comportamiento futbolístico que, está claro, necesita una cuota de fortalecimiento.
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Tobías Cervera viene de ser titular en la derrota de Central contra Independiente y esta vez podría tener compañía en la delantera.
Leonardo Vincenti / La Capital
Cada punto que Central deje en el camino será una piedra en el zapato en medio de esa búsqueda de repetir lo del semestre pasado. Es cierto, aquella coronación frente a Platense hizo que el umbral de exigencia ya no esté tan alto, pero de la misma forma hay una condición de campeón que amerita otra vez cierto protagonismo. Y Central debiera lograr la aceleración necesaria mientras la atención esté puesta exclusivamente en esta Copa de la Liga en la que las últimas tres fechas se entremezclarán con el inicio ya de la Copa Libertadores, la otra canasta donde Central pondrá huevos.
Puede parecer un mero simbolismo, pero el retorno al Gigante tiene también su encanto. Los hinchas sienten que no es lo mismo aportar su granito de arena desde las tribunas del Estadio Único de San Nicolás que hacerlo en Arroyito y las mismas sensaciones son las que sienten tanto el plantel como el cuerpo técnico. Con el césped ya supuestamente en condiciones de albergar un partido de primera división, Central retorna a ese estadio que vivió con mucha alegría el reencuentro oficial de los hinchas con los jugadores después de la consagración en el Madre de Ciudades de Santiago del Estero. Es importante que las obras de ampliación se concreten, pero mucho más importante parece ser que el equipo actúe en el reducto que más conoce y mejor le sienta.
Y en ese Gigante el canalla irá por tres puntos que quiere y necesita, pero también por el envión anímico (debiera ser también futbolístico) para encarar la previa de uno de los partidos más calientes del calendario. Porque puede haber encuentros eliminatorios, finales o lo que sea, pero el clásico es el clásico.
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Jonatan Gómez tienen muchas chances de jugar su primer partido como titular. En Avellaneda ingresó unos pocos minutos.
Leonardo Vincenti / La Capital
Los hinchas lo pusieron en foco ya en el choque ante Independiente Rivadavia, en San Nicolás, y es totalmente impensado que esta noche no haya ningún tipo de mención a la excursión que habrá el próximo domingo 25 al parque Independencia. Por la cabeza de los futbolistas y el entrenador seguramente dan vuelta las mismas ideas, aunque les sea más difícil expresarlo con todas las letras.
Una cosa llevará a la otra en estos 90 minutos. El triunfo que Central buscará servirá: para sacarse la espina que le clavó Independiente, para volver a reposicionarse en busca de la clasificación a los cuartos de final, para disfrutarlo también en el plano estrictamente emocional por el retorno al Gigante y, además, para encender ya el motor en el inicio de una semana en la que las revoluciones irán a mil. Lo que se dice, un plato con los ingredientes necesarios que lo convierten en apetitoso.