Una preocupación se instaló en la ciudad de Villa Gobernador Gálvez ante la posibilidad de que trabajos complementarios que se realizarían en torno a estabilización de la cascada del arroyo Saladillo puedan afectar a la reserva natural. La Cámara de Diputados de la provincia tiene en carpeta un proyecto para que la provincia informe si la obra que se desarrolla involucra el desmonte del bosque nativo.
“Los villagalvenses queremos saber si la posible afectación de la reserva corresponde a obras vinculadas a la estabilización de la cascada, o a fines meramente recreativos”, puntualizó el diputado Esteban Lenci, vecino de Villa Gobernador Gálvez y autor del proyecto. "Hace unos días vimos con preocupación el avance de trabajadores sobre terrenos de la reserva, por eso queremos conocer el estado de la obra, las implicancias de las tareas, saber si cuenta con el estudio ambiental pertinente, y por supuesto que estamos en contra de toda intervención que viole la Ley provincial 14.126”.
La norma referida por el legislador es la que incluyó a la Reserva Natural de Villa Gobernador Gálvez en el Sistema Provincial de Áreas Naturales Protegidas de la provincia de Santa Fe, y es de su autoría. “Sería una total incoherencia que el propio gobierno incumpla con las normativas vigentes”, afirmó.
La obra
La obra que se lleva adelante consiste en la protección y estabilización de márgenes en el tramo entre el puente Molino Blanco (que une Rosario y Villa Gobernador Gálvez) y la cascada. Actualmente, se está terminando con el pilotaje del refuerzo del puente.
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Las acciones se desarrollan en el marco del proyecto de recuperación del Parque Regional Sur, que se ejecuta en dos etapas: la primera, de reacondicionamiento estructural del puente y la protección de la cascada para detener su retroceso; en tanto que la segunda consiste en la ejecución de una pantalla de hormigón armado para contener el avance de la cascada. La iniciativa cuenta con una inversión que supera los 3 mil millones de pesos. Originalmente estaba previsto terminarla en ocho meses.
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Las obras que se ejecutan hoy consisten en la estabilización de la cascada y el refuerzo del puente.
Las mejoras consisten en el refuerzo del puente existente, mediante la construcción de una nueva cimentación que permita mantener su estabilidad ante la eventual erosión del lecho del arroyo, con el objeto de conservar el punto de conexión. Las obras de la primera de dos etapas para frenar el retroceso de la caída de agua arrancaron en julio del año pasado.
El plan integral es el de recuperar el Parque Regional Sur y su potencial turístico y evitar que se siga moviendo la cascada aguas arriba, a 180 metros del puente Molino Blanco.
La vencida
Como lo publicó oportunamente este diario, el proyecto de estabilización había sido licitado por la provincia en 2010 con financiación del Banco Mundial por un monto de 14 millones de dólares. No obstante, la obra se frenó y el financiamiento se cayó por una resolución judicial que hizo lugar a un amparo basado en la ley 10.000 de intereses difusos presentado por vecinos y ambientalistas.
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En 2017, el retroceso de la cascada fue tal que la dejó muy cerca del puente Molino Blanco.
A fines de 2016, provincia y municipio anunciaron un nuevo proyecto para intervenir sobre la cascada, según se planteó, tras destrabarse el litigio en Tribunales. Sin embargo, desde la provincia admitían ya por esos años que la obra de ingeniería planeada en 2010 ya no se podía hacer, por el tremendo retroceso que había sufrido la cascada.
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Mientras tanto, y hasta que se diseñara un proyecto definitivo, la provincia intentó en junio de 2017 una medida provisoria, que consistía en la colocación de geotubos, grandes bolsas de seis metros cúbicos rellenas de 10 toneladas de arena que se irían colocando en el lecho del arroyo y formarían una suerte de escalera por donde correría el agua sin llegar a ejecutar un salto abrupto. Ese año, la cascada había experimentado un fenomenal retroceso de 150 metros, para ubicarse a peligrosos 180 metros del puente.
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Sin embargo, esos trabajos se detuvieron en octubre del mismo año. En septiembre, los geotubos se acomodaron de otra manera, la escalera no se pudo concretar, y la postal fue la de unas enormes bolsas desparramadas en el lecho.
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En 2017 se encaró el proyecto de las geotubos, pero en tres meses se abandonó.
Con el nuevo gobierno provincial, se desarrolló un nuevo proyecto de ingeniería, que es el que se está ejecutando.
Paseo y tala
¿Qué es entonces lo que está preocupando? En diálogo con La Capital, Lenci explicó que en realidad se está adelantando a un problema que puede generarse a futuro si avanzan unas obras de extensión que la empresa contratista presentó hace unos dos meses al municipio.
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La cascada tiene un entorno natural de numerosos ejemplares y especies.
"Hablan de una puesta en valor del entorno, con la posible construcción de un corredor de pavimento que se extendería por unos 600 metros, y de un mirador a la altura de un camino que atraviesa el parque y hace de cortafuegos natural", contó. Y adivirtió: "Una cosa es un bosquejo, un dibujo que se presenta en el plano de un parque, después hay que ver qué cantidad de árboles se tienen que talar para desarrollar ese emprendimiento, y cuánto parque será desnaturalizado".
El legislador aclaró que nada de esto está todavía decidido, pero abrió el paraguas ante la posible intervención del monte natural y protegido. "La reserva es municipal, así que la provincia debería contar con todos los avales correspondientes, el de Obras Públicas pero principalmente el de Ambiente, que es quien va a determinar si se pueden realizar las intervenciones recreativas que incluyen un mirador y un corredor que conecta la cascada con la reserva”.