La desaparición del ataúd con el cuerpo de Mateo Marinovich del cementerio de Chovet es el tema recurrente de charlas y comentarios en la localidad de habitantes ubicada en el sur santafesino a 136 kilómetros de Rosario. Hay teorías de todo tipo, algunas disparatadas y otras deslizadas en voz baja por los familiares del occiso, entre los que se encuentran sus hijos, Silvio y Sergio, quienes se acusan mutuamente de haber hecho desaparecer el cadáver del padre.
Lo cierto es que Silvio, de 51 años, y su hermano menor Sergio, de 44, mantienen una disputa de larga data con fuertes denuncias cruzadas. Ambos viven en la misma localidad y a pocas cuadras y están vinculados a la actividad agropecuaria. Sergio que es contratista rural y realiza tareas diversas con sus maquinarias, mientras que Silvio tiene una carnicería.
Mateo Marinovich falleció en el año 2017 tras padecer Linfoma de Hodgkin. Ya los hermanos estaban peleados y, según recuerda Silvio, la disputa se inició en 2007, cuando su hermano vivía en el campo y quiso apropiarse de las cosas. "Por ese motivo y para no discutir, mis padres se fueron a vivir al pueblo", recordó.
El campo de Marinovich, ubicado a 3 kilómetros de Chovet, está en disputa entre los hermanos con una interminable sucesión en la que hubo denuncias de todo tipo.
Cómo suele suceder cuándo pasan casos tan extraños como éste, en el pueblo corrieron rumores de toda índole. La mayoría son incomprobables. Se llegó a decir que dentro del ataúd había dinero y que ése habría sido el motivo por el cuál los osados ladrones treparon las paredes del cementerio para llevarse un cofre con un cuerpo adentro.
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Los comentarios en el pueblo sostienen que había dinero dentro del cofre, oro, documentación y hasta que fue robado para hacer un ADN
Otros comentarios sostienen que robaron el cadáver para obtener una prueba de ADN. Los más arriesgados sostienen que en el féretro habría documentación clave para la causa que mantiene separados a los dos hermanos Marinovich. Todos dimes y diretes que abundan en los pueblos cuándo la paz suele alterarse con noticias rimbombantes como ésta. También se habló de que en el ataúd había oro, "mucho", según el relato fantasioso de los vecinos de Chovet.
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Lo insólito del caso -y dicho por el propio Silvio- es que cuando sepultaron a su padre el cajón tuvo que ser cargado entre 6 personas. Por un lado, por el peso del cofre y por el otro, el gran tamaño de Mateo Marinovich "que medía 1,90 centímetros y superaba fácilmente los 100 kilos".
Corazonada
La hipótesis más firme es que el ataúd no despareció el día previo a que Silvio y su madre Olga fueran a chequear al cementerio si estaba. Esto pasó el jueves 18 de enero; la semana pasada para más detalles y el motivo lo dijo claramente Silvio. "Yo venía escuchando cosas y la noche anterior tuve una corazonada y a la mañana siguiente fui hasta el cementerio con mi madre para ver si lo que presentía era cierto".
Silvio sostiene que la gente le comentaba que el cuerpo de su padre no estaba en el panteón que la familia Marinovich posee en el cementerio comunal; el único por cierto. Esos comentario le sirvieron para juntar coraje y al día siguiente ir hasta el cementerio local ubicado a dos kilómetros de la comuna. Previo a ello avisó a la policía y a las autoridades comunales. Incluso el propio abogado del Ejecutivo, Juan Alberto Reynoso, asistió a constatar el hecho.
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Alrededor de dos kilómetros separan al cementerio comunal del centro de Chovet. Es la calle preferida para hacer caminatas
Con bronca y mucha fuerza, Silvio Marinovich tumbó la lápida y se encontró con el escenario que sospechaba. El ataúd no estaba en el lugar que los propios familiares lo habían depositado en el año 2017. Los que vieron esa escena del nicho vacío, sostienen -por loo que hbía adentro- que el cofre había desaparecido hacía un tiempo y no recientemente. Incluso el propio Silvio y su madre Olga sostienen lo mismo.
El 31 de enero de 2018 -recordó Silvio- "habían desaparecidos unas placas recordatorias de la lápida de mi padre. Todas, no había quedado ninguna. Y se llevaron la de esa sola lápida porque la de los demás familiares que estaban al lado, no fueron tocadas. Esto quiere decir que no se trató de un robo común y corriente que suele haber en los cementerios".