La feria de intercambio de semillas, saberes y sabores, que impulsa el Inta y el municipio de Roldán, se viene realizando desde hace años y en cada edición suma más vecinos locales y de la zona interesados en una alimentación sana y consiente. La participación de las escuelas no es un dato menor, ya que los niños son la generación que deberá salvar al castigado planeta que nos suministra los alimentos.
Este viernes, el salón de usos múltiples del Paseo de la Estación se colmó de huerteros que trajeron para intercambiar sus semillas, plantines, gajos, estacas de hortalizas, variedades ornamentales, aromáticas y medicinales, entre otras especies.
Cada una de las personas que llevó su producción, contó cómo se llamaba la planta, como se cultiva, para qué y cómo se usa. “También permitimos que aquellas personas que todavía no tienen huerta, pueden llevar algún dulce, algún pastelito, algo para intercambiar”, explicó Alicia Gadda, ingeniera del Inta Roldán. Durante la jornada hubo sorteos y un rincón de merienda con aguas saborizadas y alimentos saludables.
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La mayoría de los habitantes de Roldán tienen un contacto directo con el suelo y gustan de hacer huerta.
“Si bien, esta actividad se venía haciendo hacía muchos años, este año pudimos retomarla presencialmente y la verdad es que es hermoso porque compartimos, aprendemos y también inspiramos”, sumó Brenda Saldívar, subsecretaria de Medio Ambiente de la municipalidad.
La funcionaria consideró que “Roldán tiene un potencial gigante para estar lleno de huertas urbanas. El clima y la geografía nos acompaña y la mayoría de los habitantes tenemos un contacto directo con el suelo. Poder resolver en parte nuestra alimentación y compartir alimentos sanos y seguros con nuestros vecinos y familia, es algo poderosísimo”.
Simultáneamente, en la Sala Italia los alumnos de escuelas primarias participaron de una expo espantapájaros o ahuyentadores de aves. La promotora del Pro Huerta Estela Marino, explicó cómo hacerlos y los pequeños dieron rienda suelta a su imaginación.
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Los chicos de las escuelas participaron de un taller de armado de espantapájaros.
“Este 2023 se hizo otro encuentro similar en mayo. Cualquier persona de nuestra comunidad puede acercarse, disfrutar, aprender y preguntar, aunque no lleve algo para intercambiar”, explicaron las organizadoras.
Los participantes se inscriben y comunican las plantas que van a traer para tener un registro. “Siempre aparece alguna planta nueva y es importante hacer un seguimiento y rescatar esas semillas”, resaltó la ingeniera.
Entre las disertantes, estuvo también la arquitecta Natalia Richi que hace agricultura biodinámica y contó una experiencia que realizó de huertas itinerantes donde familias se organizan y van creando entre todos diferentes huertas.
Aprender de las raíces
“Cuando empezamos a hacer los intercambios, queríamos rescatar especies que ya no se cultivan como antes, y fundamentalmente las que puedan producir semillas para volver a hacer todo el ciclo de producción”, explicó Alicia Gadda, ingeniera del Inta Roldán.
La impulsora del programa Pro Huerta contó que “hace muchos años, los quinteros y horticultores tenían esa costumbre de seleccionar las mejores plantas de donde extraían las semillas y con eso sembraban. Cuando vino la industria de los semilleros, eso se terminó. Aparecieron los híbridos, los transgénicos y esas semillas ya no sirven para producir plantas que nos den alimentos”.
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Los alumnos de escuelas primarias se lucieron con sus ahuyentadores de aves.
“Una semilla puede ser un alimento, cuidémosla, sembremos e intercambiemos”, propuso la ingeniera que comentó que con estas iniciativas “pudimos rescatar especies que se habían perdido como el zapallo plomo que lo usaban para hacer dulces y muchas otras plantas”.
Gadda comentó que “la genética de las semillas y las plantas se va fortaleciendo, es algo que lo hemos aprendido de los pueblos originarios. Estuve en una feria de intercambio de semillas en el 2008 en Misiones, con pueblos de Perú, Bolivia, Brasil y Paraguay que acostumbran a mejorar la genetica a través del intercambio. Aprendí y tengo la responsabilidad de enseñar cómo producir las semillas e intercambiarlas”.