Una jornada de pesca deportiva en la represa de Salto Grande, sobre el río Uruguay, se transformó en un suceso biológico y una experiencia irrepetible para cuatro amigos, que lograron la captura y posterior liberación de un surubí albino de entre 40 y 50 kilos.
El ejemplar, completamente blanco, fue devuelto al agua tras un extenso combate que duró más de 40 minutos. El hallazgo despertó el interés de biólogos que calificaron el caso como “sumamente extraño”, al tratarse de un pez adulto con una condición genética poco compatible con la supervivencia natural.
La pesca de surubí en la zona de Salto, especialmente entre agosto y octubre, requiere técnica y paciencia. Los pescadores emplean el método de trolling, que consiste en arrastrar el señuelo con la lancha a una velocidad precisa, permitiendo que “nade tocando el fondo”.
El equipo lanzó la lancha desde la Cabaña Frente al Río, y en la segunda o tercera pasada del jueves por la tarde, se produjo el inesperado pique. “Pensamos que habíamos enganchado una piedra, pero la caña empezó a dar cabezazos”, contó Fabricio.
La pelea se extendió por más de 40 minutos y la lancha debió acompañar al pez unos cuatro kilómetros río abajo. “Cuando asomó la cola y vimos que era todo blanco, no lo podíamos creer. Era enorme, ancho, pesado. Lo estimamos en unos 50 kilos”, relataron.
Un fenómeno biológico que rompe la lógica
El albinismo es una condición genética que afecta la pigmentación de piel, ojos y escamas. En peces, esta mutación los vuelve más visibles ante los depredadores, reduciendo su expectativa de vida.
Por eso, el hallazgo de un surubí albino adulto sorprendió a los expertos. “Los peces albinos generalmente no sobreviven hasta la adultez, pero este ejemplar demuestra lo contrario”, explicaron los biólogos consultados.
Hasta ahora, solo se conocía un caso similar: un surubí albino de 14 kilos capturado hace años en el río Paraná. El de Salto, con más del triple de peso, rompe con todas las estadísticas conocidas, publica el sitio local El Telégrafo.
Devolución y una racha de suerte
“Dos personas no podían levantarlo fácilmente. Lo enlazamos de la cola y lo sujetamos de la boca. Después de las fotos, lo devolvimos sano y salvo”, explicó Santino Rodríguez.
El grupo no solo logró liberar al “fantasma blanco”, sino que luego encadenó una racha de tres capturas consecutivas, incluyendo dos surubíes pintados y otro ejemplar de gran tamaño al día siguiente.
Lo curioso -contaron- fue que el surubí albino traía enganchado un señuelo ajeno, que luego usaron para capturar los dos peces siguientes. “Fue como si el río nos regalara suerte”, comentaron los pescadores.
Uno de los ejemplares, capturado por Valentino Silva, incluso vomitó un dorado entero dentro de la lancha, otro detalle inusual que coronó una jornada que quedará grabada en la memoria del grupo. “Podés tener suerte, pero sin conocimiento, equipo y respeto por el río, nada de esto pasa. Lo importante es disfrutar y devolver siempre”, concluyeron los protagonistas.