Se llama Alejandro Ysiar, tiene 37 años y, si bien es oriundo de Bustinza, vive actualmente en Rosario. Estudió Licenciatura en Publicidad aunque siempre le apasionó el diseño gráfico, del que se considera un autodidacta. Hace unos años, mientras trabajaba en una agencia de publicidad como redactor creativo fue surgiendo lo que al principio fue un hobby de fines de semana que se transformó en una pasión y una forma de generar recursos.
Todo comenzó en 2017 como un proyecto a realizar con su hermano y así lo cuenta: “A él le gusta mucho dibujar y a mí escribir. Entonces se me ocurrió empezar a escribir historias breves para chicos con la idea de que él las dibuje. Pasado un tiempo, unos meses, él no se pudo poner a dibujar, así que terminé dibujando yo también y así nació lo que se llamó Rapicuentos”.
El primer aviso llegó en pandemia. Padres encerrados que no sabían qué hacer con los chicos. “Me empiezo a incorporar a una comunidad muy chiquitita que tenía en ese momento algunos juegos para las madres y los padres en la casa, para que puedan empezar a jugar con rompecabezas, cosas muy simples”, describió el joven emprendedor.
Tres años después esa idea maduró y se transformó en un emprendimiento con un nicho de público muy especial: recursos didácticos y juegos imprimibles para docentes. “Me parecía fundamental que Rapicuentos colabore y tenga su lugar en las escuelas pero desde los cuentos impresos me costó muchísimo porque a los docentes obviamente les cuesta la logística para llevarlos y porque los cuentos impresos tienen un valor. Entonces traté a través de un kit de recursos digitales imprimibles llegar a los docentes y por suerte tuvo muy buena recepción”, manifestó.
No todas los juegos y didácticas son pagos. De hecho, muchas veces lanza productos gratis que sirven como promoción para su trabajo y como “enganche” para la venta de los otros. “Obviamente lo gratuito termina siendo mucho más masivo, Siempre lo gratuito funciona muy bien para dar expansión, y es mi idea también, siempre seguir teniendo algo gratuito”.
Cómo crear un juego
Ysiar asegura que a la hora de crear un juego nuevo trata de aplicar y trabajar mucho con el entrenamiento creativo, tratando de conectar que “no solamente sea un juego con una dinámica entretenida sino también que se conecte con otra particularidad que lo haga distinta. A medida que fui pasando por diferentes juegos, fui buscando mecánicas ya conocidas, también para hacerlo más fácil, tanto para las docentes como para los estudiantes, y buscar mecánicas que sean fáciles de interpretar y que sean conocidas como un juego de la oca, un ludo o el juego de la vida, son juegos que por ahí son conocidos a nivel mecánica, y que después tengan una vuelta de tuerca”.
“Algunos son más simples, algunos pueden llegar a ser muy complejos y muy largos de ejecutar, pero trato de no repetirme, de no llegar de nuevo a la misma mecánica. Es como que en cada juego voy tratando de buscar ahí un detalle creativo que me dé ganas de hacerlo y que no sea solamente un juego más. Lo que más me motiva es hacer algo que conecte dos o tres ideas diferentes en un mismo recurso. Algunas las verán algunas no, pero es por lo menos lo que a mí me mueve a hacerlo”, agregó.
Ysiar reconoce que “lo importante era animarse porque muchas personas lo piensan desde un lugar más académico, que para hacer recursos para docentes tenés que ser docente, o para crear juegos de mesa tenés que ser un teórico de los juegos de mesa. Yo creo que es importante, pero no es excluyente. De forma autónoma, entrenando y trabajando y probando, también se pueden lograr cosas”.
Cada juego debe ser probado con anticipación y en eso el papel de la familia es fundamental, asi que los pone a todos a jugar para comprobar la eficacia. Además, todo debe hacerse con mucha rapidez porque casi todos los meses lanza juegos nuevos. “Muchas veces el tiempo de prueba, que por ahí puede tener cualquier creador de juegos de mesa impresos que lanza un juego cada seis meses, cada x cantidad de meses, pasa por todas las etapas de preparación, de diseño. Bueno, todo eso se tiene que resolver en más o menos 15 días donde hay que pasa desde la etapa 1, que es el pensamiento del juego, a la etapa de que quede listo para imprimir, para poder enviárselo a los docentes. Entonces no hay mucho tiempo”.
Hay una segunda etapa de evaluación que viene de los propios docentes que pueden aportar algún ajuste. “Me dicen, fijate que esto estaría bueno hacerlo así, y se va reemplazando y se les va enviando de nuevo a los que lo hayan comprado, se va modificando. Todas las docentes se adaptan a esa metodología, entendiendo que es todo muy rápido”.
Ysiar asegura que la interacción con los docentes es clave y hay situaciones que no dejan de sorprenderlo y hasta emocionarlo. “Recibo fotos de las docentes imprimiendo. La semana pasada me llegó una foto de una chica que se había comprado una impresora que, además de imprimir, plastifica al mismo tiempo. Me mostraba todos los avances que tenía, las cajas que les hacen a los juegos que voy armando, todo eso a mí me encanta. Y me parece súper colaborativo. Primero, flexible y accesible porque pueden comprarlo con muy poco dinero. Y segundo, que puede aportar un montón de ideas en la forma de armar una caja, en la que a veces hay juegos que yo los dispongo de una forma y las docentes y los docentes crean sinergias en grupo”.
Una comunidad más amplia
Si bien algunos docentes de otros países de Sudamérica forman parte de la comunidad que solicita los recursos didácticos, la gran mayoría son de nuestro país. Ysiar lo explica diciendo que “en su mayoría todos los juegos que vengo creando hasta el momento están muy vinculados con Argentina. Entonces todo ese tipo de cosas siempre lo apunto mucho al argentino. Primero porque me mueve y me moviliza esta parte, revalorizar montones de costumbres que está bueno resaltar en mi infancia, y por otro lado porque me quedo muy corto si tengo que pensar en otros países”. El joven creador reconoce que el hecho de que los recursos didácticos y juegos se puedan imprimir en la casa simplifica el canal de distribución. “Soy una persona donde todo el proceso de impresión, que muchas veces lleva un tiempo, pruebas de impresión, etcétera, me da mucha ansiedad. Entonces la solución del imprimible hace que el envío sea mucho más simple”.
Sin embargo, que sea imprimible también complica mucho a la hora de ponerle un precio al producto. “Lo hablo mucho con colegas emprendedores que hacen cosas imprimibles donde hay mucho que tiene que ver con la innovación y la creatividad, que es muy difícil ponerle un precio. A uno que lo hace le puede parecer que es muy barato lo que está cobrando, pero a otra persona le termina resultando carísimo”.
Pero, además, Ysiar sabe que crea productos para docentes que generalmente tienen los bolsillos flacos. “Pienso mucho en eso, entonces trato de que todos mis recursos sean muy accesibles. Después genero combos, por ejemplo, de 10 juegos o de 160 actividades un combo que tengo con todas las actividades juntas, donde tengan un costo mayor, y que quizás el docente que recién me conoce quiere tener todo junto, bueno, pueda pagar un poco más para tenerlo”, asegura.
No todas los juegos y didácticas son pagos. De hecho, muchas veces lanza productos gratis que sirven como promoción para su trabajo y como “enganche” para la venta de los otros. “Obviamente lo gratuito termina siendo mucho más masivo, Siempre lo gratuito funciona muy bien para dar expansión, y es mi idea también, siempre seguir teniendo algo gratuito”.
Abrir un camino a futuro
Ysiar no detiene sus sueños y se ilusiona con algunos proyectos a futuro. Si bien hay otras personas que hacen juegos de mesas, didácticas para docentes o escriben cuentos, por ahora cree que es el único que hace las tres cosas simultáneamente. Por eso ya está pensando en una nueva edición de Rapicuentos o en un conjunto de didácticas escolares que se transformen en un gran libro.
Pero, además, se entusiasma con la posibilidad de que los docentes puedan crear y reproducir sus propias didácticas de clase. “Cada vez hay más docentes que generan sus propios recursos y los comparten y eso me súper entusiasma, porque mi idea es, como proyecto a futuro, digamos, que tengo a mediano plazo, es empezar a capacitar a las docentes que quieran, y a los docentes que quieran, en algunas herramientas de diseño e inteligencia artificial, para mejorar esos recursos, o para empezar a crearlos, y que no sólo lo apliquen en sus clases, sino que también los puedan llegar a vender en canales, y compartirlo con otras docentes, y generarse como un dinero extra”, concluye