El proceso de más de tres años que se inició en 2020 con el "ecocidio" que significó la quema de más de un millón de hectáreas del Delta del Paraná y que logró sentar en una misma mesa no sólo los gobiernos de Entre Ríos, de la ciudad de Victoria y equipos de la Fundación Humedales (Wetlands International), sino además a ambientalistas, productores agrícolas y ganaderos, apicultores, pescadores, guías turísticos e isleros del Delta del Paraná para trabajar en el ordenamiento territorial de la Reserva de Usos Múltiples “Humedales e Islas de Victoria” (RUM) "está otra vez en peligro", señalaron organizaciones socioambientales tanto de Rosario como de Victoria.
Somos Humedal (Victoria), El Paraná No se Toca, el Taller Ecologista, Salvemos los Humedales (Villa Constitución), Ecocamping y la Multisectorial Humedales denunciaron finalizado el último encuentro que "existen sectores que no están dispuestos a reconocer ningún límite ni norma dentro del Delta y que pretende sólo perpetuar el status quo".
La última audiencia pública realizada la semana pasada y la actitud "intransigente" del sector empresarial, agrícola y ganadero -representado fundamentalmente por la Sociedad Rural de Victoria- pusieron en alerta a quienes vienen bregando por comenzar a ordenar las actividades en el humedal.
"Este no es el mejor plan posible, pero es un buen punto de partida teniendo en cuenta que hay áreas muy intervenidas", señaló Jorge Bértori, del Paraná No se Toca. Una afirmación que además quedó claramente señalada en el documento que emitieron las organizaciones en las últimas horas y donde señalan el plan "tiene la virtud de ser el resultado de una de las primeras y pocas experiencias participativas respecto del ordenamiento en el Delta del río Paraná" y donde explicitan su "apoyo" a su aprobación e implementación del plan, sin dejar de mencionar que "queda camino por recorrer y es perfectible".
Leer más: Incendios en las islas: Entre Ríos reportó apenas 3.000 hectáreas quemadas durante 2022
Tanto es así que apenas un 2 por ciento de las 360 mil hectáreas sobre las que se debate permanecen como "zona intangible", mientras que que más del 90 por ciento se habilita "zona de uso extensivo".
"El plan tal como quedó delineado ni siquiera llega a prohibir las quemas controladas, sino que las sigue permitiendo con autorizaciones, del mismo modo que llega a permitir el ingreso de maquinaria pesada bajo autorización", señaló desde Victoria Javier Núñez, guía turístico, baqueano y referente de Somos Humedal.
Mantener el status quo
Para las organizaciones socioambientalistas, el plano rechazo de la entidad productiva de Victoria, donde se nuclean no ganaderos, productores y empresarios -"entrerrianos y también rosarinos con intereses en Entre Ríos", aclaran- "pone en peligro lo hecho", incluso cuando pareciera que los lineamientos del plan están hechos casi "a su medida", como señala el documento de las organizaciones, que así y todo, se proponen avanzar en su implementación.
"Cuando se evalúa el proyecto, que está en un estado muy avanzado ya, hay un determinado momento da la impresión de que es muy favorable a las actividades productivas y, en particular a la ganadera -relató Bértori-. Pero fuimos sorprendidos por el hecho de que estos sectores productivos encabezados plantearon un rechazo absoluto al ordenamiento, e incluso hicieron reserva de sus derechos para accionar judicialmente".
Los ambientalistas no sólo lo señalan que "un sector importante vinculado a estas actividades no está dispuesto a reconocer ninguna norma ni límite en el Delta y se propone perpetuar el estatus quo actual", sino que además dejan en claro que esa actitud se sostiene "bajo un paraguas general, que es la misma oposición y actitud que mantuvieron contra la ley nacional humedales que no llegó a avanzar y aprobarse" en el Congreso de la Nación.
Lo cierto es que así como en el caso de la ley nacional, el final de este proceso es abierto, aunque las organizaciones prometen "seguirlo de cerca", indicaron.
"En un territorio que hasta el momento estuvo sin procesos y planes de ordenamiento territorial y ambiental, un preliminar Plan de Manejo, a pesar de sus deficiencias, toma medidas de organización y control para decidir qué actividades son válidas y qué actividades no deben realizarse porque son nocivas para el ecosistema y para los seres humanos. Continuar obstaculizando la posibilidad de hacer mejor las cosas, impide que se puedan seguir gozando y respetando a las funciones ecosistémicas que esta extensa reserva proporciona", señalaron en el comunicado.
Así y todo, el proceso sigue abierto. "No tenemos claro en qué va a terminar porque tanto el municipio de Victoria como los funcionarios de ambiente del gobierno de Entre Ríos Esto plantean que estas audiencias de trabajo no son vinculantes y que las decisiones finales están a cargo de los organismos oficiales", aclaró el referente del Paraná No Se Toca, que dejó en claro que la intransigencia en las posturas "proviene de sectores productivos, gente que se ha beneficiado por décadas del uso y abuso de estos territorios, los propios e incluso de tierras fiscales de la provincia, y que no están dispuestos a acatar límites".