La Segunda Guerra Mundial comenzó el 1º de septiembre de 1939 y terminó el 2 de aquel mes pero de 1945. Fue, sin duda, uno de los episodios más importantes del siglo XX y nadie fue indiferente al horror que se vivía en Europa y Asia. En Rosario y todo el país, muchos hijos de inmigrantes decidieron cruzar el Atlántico para pelear por la tierra de sus padres. Una lista, abierta e inconclusa, muestra los nombres de 45 rosarinos que combatieron en suelo europeo contra el nazismo.
La guerra que enfrentó a los Aliados (Reino Unido, Unión Soviética, Francia, Estados Unidos y China) contra las potencias del Eje (Alemania, Japón e Italia) se llevó de Argentina cerca de 5 mil voluntarios (400 fueron mujeres). Pero de ese número, 1.500 jóvenes viajaron para pelear por el régimen nazi liderado por Adolf Hitler.
Los 45 rosarinos que marcharon al Viejo Continente eran hijos de ingleses y algunos franceses. Todos pelearon para los aliados. Algunos murieron en combate, otros sobrevivieron y decidieron quedarse allá y otros, finalmente, retomaron la vida que habían dejado pausada y volvieron a Rosario. Y todos ellos tenían algo en común: fueron socios del Club Atlético del Rosario, conocido como Plaza Jewell.
El club había sido fundado por ingleses en 1867 y es uno de los más viejos del país. La relación entre la fecha de inauguración y la nacionalidad europea no es casual: las primeras oleadas inmigratorias en Argentina arrancaron en la segunda mitad del siglo XIX y estaban compuestas, sobre todo, de hombres y mujeres provenientes de países como Suecia, Alemania y Reino Unido. Fueron, la mayoría, trabajadores del naciente ferrocarril.
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Pintar a Patoruzú era una marca distintiva de los pilotos argentinos en Europa
Los nombres de los rosarinos que combatieron en la Segunda Guerra Mundial
Quienes partieron para combatir y murieron en la guerra fueron Henry “Mikey” Melville Ball (fallecido en accidente de vuelo), Ronald Coward (muerto en accidente de vuelo), Francis “Bun” Keene (piloto cuyo avión fue derribado), Richard Le Bas (desaparecido en los combates del desierto africano durante la ofensiva contra el Mariscal Rommel) y Arthur Mac Bay (muerto en operaciones). El nombre de Thomas Adamson también forma parte de esta lista. Sin embargo su destino es incierto: desapareció en entrenamiento.
De los voluntarios que combatieron y sobrevivientes algunos volvieron a Rosario, otros se instalaron en otras localidades del país y finalmente hubo quien decidió quedarse en suelo europeo. Algunos apellidos se repiten con los de la lista anterior: fueron varios los hermanos que combatieron juntos. Sus nombres son: Ian Adamson, Víctor Barton, Marcel Charles Jean Battier, James Caulkett, Anthony y Eric Frank Davis, Luis Horacio Fortin, Maurice Goddard, Eric Hogshaw, John Hyland, Douglas Kench, Michael Le Bas, Hugh Lyon Clark, Malcolm Middleton, Algernon Middleton, Julian Parr, Charles Parr, George Pears, Dennis Pendlebury, Basil Ramshaw, Charles Rowbotham, Héctor Robinsin, Roberto Robinsin, D. Ryan, Thomas James, Ernest Scoffield, John Smith, Richard Sylvester, Thomas Sparding, Robert Tyrell, Alexandre White, Arthur Leslie, John Malcolm Worsley, R. Cochrane, Hilles Anthony Welsford, Godfrey Cooper, Santiago Ross y George Daly.
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Marcel Battier. Hijo de inmigrantes. Condecorando por sus hazañas del lado francés.
Historias con nombre y apellido
En Plaza Jewell decidieron rastrear los nombres de los socios que participaron tanto en la Primera como en la Segunda Guerra Mundial. La lista llegó a 600 hombres y mujeres que estuvieron en las contiendas y que además formaron parte del club en algún momento de su vida.
El curador del Museo de Plaza Mario Milano señaló, en diálogo con La Capital, que en las investigaciones que realizaron desde la Subcomisión de Historia llegaron a puntear a 300 socios que fueron voluntarios en la guerra que comenzó en 1939.
Además, rescataron del olvido los perfiles de algunos de ellos y pudieron reconstruir ciertos aspectos de sus vidas. En la página web del club se pueden encontrar algunas de las historias particulares de quienes transitaron la ciudad y decidieron pelear en Europa.
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Lista ampliada realizada por Plaza Jewell
Luis Horacio Fortin había nacido en Buenos Aires en 1920. Su madre era argentina y su padre francés, quien se trasladó a Rosario para trabajar en el puerto de la ciudad. Estudió en el Superior de Comercio, jugó al rugby y al cricket en Plaza Jewell y, cuando estalló la guerra, quiso enrolarse como piloto para Francia pero lo rechazaron por no tener conocimientos. Decidido, tomó un curso, acumuló 20 horas de vuelo y se dirigió a Inglaterra.
Después de un tiempo de entrenamiento se unió a "Les Français Libres de De Gaulle". Bombardeó alemanes en territorio francés, realizó 50 misiones y, a su regreso a la Argentina, recibió numerosas condecoraciones. Además, fue uno de los primeros pilotos de Aerolíneas Argentinas y los primeros vuelos transatlánticos estuvieron bajo su tutela.
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Fortin. Fue condecorado y reconocido por el gobierno francés tras su desempeño en la guerra.
Marcel Charles Jean Battier, nació en Rosario, el 5 septiembre 1921. Su padre era francés y su madre era inglesa. La familia vivía cerca de Plaza Jewell, por calle Córdoba, y frecuentó desde muy pequeño el club.
"Kiki", como lo llamaban cariñosamente, estudió en el Colegio Sagrado Corazón. Cuando estalló el conflicto bélico europeo se ofreció como voluntario y partió a Inglaterra. Fue destinado a Marruecos y África del Norte y se desempeñó como oficial en la Francia Libre, donde también peleó Fortin. Por su desempeño recibió condecoraciones por parte del gobierno francés.
Battier volvió a Rosario después de la guerra y formó una familia. Falleció el 13 de julio de 1992 y sus restos descansan en el Cementerio de Disidentes.
Ian Adamson fue primera generación de rosarinos de una familia de escoceses. Su padre fue un trabajador del sistema ferroviario. Su adolescencia se vio marcada tras quedar huérfano y ser cuidado por un tutor. A los 18 años se enroló como voluntario en la guerra europea para defender la patria de sus padres y peleó en Burma, el frente del sudoeste asiático, con la Royal Air Force.
Como piloto no solo realizó grandes hazañas, sino que llevó adelante una tendencia bien patriótica entre los aviadores argentinos: la de pintar la imagen del indio Patoruzú en los aviones de caza. En su Hurricane se podía ver al icónico cacique y la clásica expresión "Hacete a un lau".
Adamson voló durante dos años seguidos y su bautismo de fuego fue en mayo de 1943 en un increíble ataque sobre bombarderos japoneses. Sobrevivió a los fuertes enfrentamientos y volvió a la Argentina. Sin embargo, poco tiempo después decidió irse de manera definitiva. Primero pasó por Estados Unidos y posteriormente se asentó en España.
Como ellos hay cientos. Una larga lista de rosarinos que decidieron irse y jugarse la vida por el pueblo de sus padres. La inmigración en Rosario caló hondo e impactó de maneras impensadas.