Más de 30 mil personas marcharon este jueves por el centro rosarino para pedir por una "Rosario en paz". Unas cien organizaciones sindicales, sociales, estudiantiles, religiosas y vecinales partieron desde bulevar Oroño y Pellegrini hasta la plaza San Martín, sede local de Gobernación para exigir respuestas concretas ante la crítica situación que atraviesa la ciudad en materia de seguridad. También participaron del paro comerciantes, vecinos y ciudadanos de a pie que se plegaron a la convocatoria.
En una jornada atípica, marcada por el paro de colectivos de UTA en el interior del país, la marcha contra la inseguridad convocó a una multitud. El objetivo fue protestar por la ola de violencia, que en las últimas semanas tuvo como blanco a escuelas, clubes de barrio y hasta iglesias. Pese a las quejas y bocinazos de los automovilistas, para los que fue casi una misión imposible circular por la zona, la manifestación transcurrió de manera pacífica. Con el Sindicato de Cadetes de Rosario a la cabeza, la marcha contó con más de diez cuadras.
"Esto tiene que ser un antes y un después", aseguró a La Capital Edgardo Arrieta, secretario general del Sindicato de Trabajadores de Dragado y Balizamiento. El gremialista asumió el rol de vocero del plenario de delegados de distintos gremios que se reunió el viernes pasado en el Camping del Sindicato de Recolectores de Residuos para organizar la medida de fuerza.
"Sabemos que los cortes son antipáticos y que los gremialistas no estamos bien vistos", aclaró y resaltó que recibió "muchos abrazos y agradecimientos" de rosarinos que se sumaron al paro. En ese sentido, señaló que la movilización fue "apolítica" y no está en contra "ni del gobernador ni del intendente, sino contra la inseguridad".
En ese sentido, Arrieta destacó que no descartan que haya futuras movilizaciones si "nadie le pone el cascabel al gato. "Este paro no es un éxito, es un fracaso estar pidiendo por la inseguridad y la violencia. Es fundamental que sigamos en las calles para que a la gente que cuesta creer, se sume. Acá hay lugar para todos y tenemos que ser más todavía", remató.
Si bien el pedido de los gremios de que "la sociedad acompañe porque no nos vamos a salvar solos" no tuvo demasiado eco y el paro de transporte no ayudó, varios grupos de amigos y familias dieron el presente en la movilización de forma independiente, sin marchar con las organizaciones. Micaela, una joven comerciante de barrio Belgrano, asistió acompañada de una amiga. Decidió cerrar su negocio para acompañar en la marcha y contó que dos colegas de su cuadra sufrieron amenazas. "Antes pasaba solo en los barrios, ahora pasa en todos lados", describió.
Mientras muchos caminaban por el bulevar, zona de centros de salud privada, con estudios médicos bajo el brazo y mirando de reojo la movilización, algunos vecinos se animaron a salir a los balcones y aplaudir a los manifestantes. Incluso, hubo varias banderas argentinas. El reclamo no pasó inadvertido.
"No queremos balaceras, no queremos represión. El Estado es responsable, paro y movilización", coreaba una de las columnas de maestros. La presencia de los docentes de escuelas de gestión pública y privada se sintió con fuerza en el paro multisectorial. No es casualidad. En lo que va del año, alrededor de 40 escuelas rosarinas debieron suspender las clases por hechos vinculados a la violencia. La semana pasada encabezaron otra movilización, en la que las consignas giraron en torno a “basta de balaceras” y “basta de violencia”.
Martín Lucero, representante de Sadop, recordó a este diario que la marcha "tiene su origen en la problemática de las escuelas y las medidas de fuerza que viene llevando adelante el sector docente".Analizó: "Superamos la marcha de la semana pasada, es un mensaje claro de la ciudadanía para sus autoridades. Queremos ir a trabajar en paz, a aprender en paz, vivir como siempre se vivió en esta ciudad hermosa". También subrayó la importancia de la "heterogeneidad" de la convocatoria y explicó que "al ciudadano de a pie le cuesta más movilizarse y es entendible, pero que hay una preocupación común entre todos los que habitan Rosario".
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Por su parte, Juan Pablo Casiello de Amsafé Rosario, sentenció que "entrar y salir de las escuelas en esta ciudad se transformó en una situación de riesgo y no puede seguir así". Indicó: "Esperamos que esta marcha unitaria sea una señal más fuerte aún y aparezcan las respuestas que aún no han aparecido. La unidad y la presencia de otros sectores le da mayor fortaleza al reclamo". Consideró que "no alcanza con expresar la preocupación sólo en las redes, en las aulas o en las salas de maestros, sino que también hay que llevarla a las calles".
El Sindicato de Prensa de Rosario, que vivió de cerca el problema cuando dos medios de comunicación, Televisión Litoral y Telefe Rosario, fueron blanco de balaceras y amenazas, también se plegó a la convocatoria. El secretario general del gremio, Edgardo Carmona, señaló que “es muy importante que los rosarinos estén en la calle reclamando en tranquilidad por paz y seguridad. Esta es una de las marchas más importantes que se hicieron en la ciudad”.
Y agregó: “Rosario merece ser recuperada para una vida en paz, y la clase política tiene que estar a la altura y que acá no hay divisiones partidarias. La vida vale más en democracia. La vida es el valor más importante y los políticos tienen que entender que tienen transformar la seguridad, la vida digna, las escuelas para todos, con una política de estado que no puede estar tironeada en un proceso electoral. Las mezquindades no caben cuando la vida está en juego".
La jornada de protesta arrancó temprano con ocho cortes de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) en los accesos de la ciudad. "Hicimos el ejercicio de salir todos juntos. Ya sabemos cuál es la respuesta ante cada hecho que se vaya produciendo, la unidad y marcar un camino. Rosario tiene que transformarse otra vez en una ciudad vivible", advirtió su titular, Eduardo Delmonte. Según precisó, los cortes transcurrieron con tranquilidad. "Es preferible esquivar un corte un rato y no vivir toda la vida esquivando los tiros. La ciudadanía se puso de pie y eso es lo importante", remarcó.
La marcha llegó pasadas las once y media de la mañana a la plaza San Martín, frente a la sede local de Gobernación. El tradicional punto de encuentro pareció quedar chico ante la llegada de miles y miles de rosarinos que se congregaron para pedir paz para la ciudad. "Nos manifestamos unidos en esta multisectorial para decir basta, exigiendo a las autoridades municipales, provinciales y nacionales el urgente e inmediato delineamiento y ejecución de políticas públicas concretas que den un corte efectivo a este flagelo que crece día a día a niveles exponenciales", expusieron las más de cien organizaciones que firmaron el documento que se leyó en el escenario.
Además, expresaron su rechazo a quienes quieran utilizar la acción colectiva para sacar rédico electoral e insistieron con que la misma no tiene ningún tipo de bandera política. "Exigimos respuestas que garanticen la vida de las personas y que las intervenciones del Estado en sus diferentes niveles garanticen una vida digna y con pleno ejercicio de los derechos humanos más básicos", agregaron.
En la misma sintonía, argumentaron que el problema de fondo de la inseguridad no se resuelve con más fuerzas federales ni agentes policiales. "Más seguridad es que todos tengamos un trabajo digno y bien remunerado, es tener luz y agua, vereda y cordón cuneta, desagüe, calles iluminadas y conexiones seguras y espacios verdes cuidados y seguros. Más seguridad es inclusión social, más y mejor educación y salud pública. Más cultura y deportes", justificaron.
Por último, sostuvieron que "los sindicatos, las organizaciones sociales y políticas, los estudiantes, los pequeños y medianos comerciantes, las cámaras empresarias, las iglesias, las pastorales católicas y evangélicas, los movimientos ecuménicos, las familias, los espacios culturales, vecinales, clubes y ONG, la sociedad toda nos concentramos y movilizamos en Rosario". Concluyeron: "No habrá paz sin justicia social. Por una Rosario en paz".
Además de la situación particular de la ciudad, la movilización también repudió los hechos de represión en Jujuy y pidió por la libertad a los detenidos. Este jueves se llevaron adelante medidas de fuerza en todo el país por la situación de la provincia norteña, en el marco de la reforma constitucional impulsada por el gobernador Gerardo Morales.