El presidente Javier Milei sostuvo en su regreso de la Antártida que “si la inflación en diciembre es 30%, es un numerazo, veníamos para 45%”. En Rosario, la inflación en los barrios tuvo un impacto mucho mayor, sobre todo en materia de alimentos. Los sectores populares han debido apoyarse en los comedores comunitarios para poder obtener un plato de comida. En este marco, la municipalidad de Rosario articula con las diferentes organizaciones sociales con presencia en los barrios para paliar una necesidad tan importante como creciente: el hambre de los sectores más postergados. Aún así, reconocen que "es difícil elaborar políticas alimentarias con la velocidad de la inflación".
Nicolás Gianelloni, secretario de Desarrollo Humano y Hábitat de la municipalidad de Rosario, describió a La Capital las diferentes redes de contención que el Estado tejió en los últimos años con las organizaciones sociales y los vecinos de las villas y barrios periféricos donde se realizaron asistencias alimentarias, inyección directa de recursos a los comedores y la apertura de centros Cuidar en toda la ciudad para asistencias generales.
En la ciudad, la secretaría apoya más de 400 centros comunitarios, entre los cuales se hallan merenderos, comedores y copas de leche, con y sin personería jurídica, dirigidos por vecinos y diferentes organizaciones sociales: “Estamos previendo refuerzos. Todo el esfuerzo principal fue en diciembre”, a estas iniciativas le sumarán refuerzos alimentarios “contemplando la escalada inflacionaria”, aseguró Gianelloni.
Para aparecer en el padrón municipal, las organizaciones deben inscribirse para así ser percibidas por el Estado. El vínculo con el municipio depende del tipo de organización que se trate: “La mayoría tienen un vínculo de asistencia institucional y habitualmente los impulsamos a que se adhieran a lo que es el plan Cuidar", un programa de inclusión social del municipio, donde además de recibir ayuda económica buscan capacitar sobre sobre la calidad nutricional de los alimentos que se brindan en los comedores y articular con los vecinos y militantes para detectar casos de vulneración de derechos y violencias interpersonales.
La secretaría tiene diferentes capas de trabajo, que van desde las asistencias financieras directas a los comedores, hasta programas para acompañar a los diferentes centros para tener su personería jurídica y así poder acceder a otras herramientas que el Estado aporta para sostener estos espacios.
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Los comedores comunitarios están desbordados debido al efecto pinza del aumento de gente que se acerca a buscar un plato de comida y al aumento de los insumos para poder cocinarlos.
Los centros Cuidar
La nave insignia de la secretaría liderada por Gianelloni son los centros Cuidar, espacios de asistencia y seguimiento con amplio espectro de propuestas “para posibilitar la inclusión de grupos familiares completos propiciando el pleno ejercicio de sus derechos”.
La Municipalidad contó con un total de 39 centros Cuidar a lo largo de toda la ciudad en el 2023, donde hay un total de 119 barrios populares, según el Registro Nacional de Barrios Populares (Renabap). En ellos, se llevan adelante programas de acompañamiento a madres gestantes, a las primeras y segundas infancias, a jóvenes y adultos mayores.
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"Algunas de nuestras iniciativas tienen que ver, además de buscar que las familias accedan a una buena calidad nutricional, poder hacer el seguimiento del peso y la talla de los chicos", describió Gianelloni y agregó que existen otros programas "que van un poquito más allá, que trabajan los distintos niveles de acompañamiento. Los que trabajan con jóvenes, los que trabajan con adultos mayores, los que trabajan con la cuestión de apoyo escolar".
El funcionario apuntó que otro de los objetivos es formar a las organizaciones sociales para trabajar situaciones de vulneración de derechos: "Queremos que sepan cómo y a quién acudir, cómo derivar, cómo tomar esa primera escucha. Nuestro vínculo con los barrios no es solamente de transferir recursos para cuestiones alimentarias sino abordar también lo cualitativo del servicio social que brindan esas organizaciones a las familias que se acercan pidiendo ayuda. Que ellos también sean una forma de captar situaciones donde hay vulneraciones de derechos y nos permitan trabajar en red y que cuando observen una situación de violencia de género, problemáticas de acceso al trabajo o situaciones de que hay gente que no está pudiendo acceder a una alimentación básica, poder reforzarlo".
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Nicolás Gianelloni, secretario municipal de Desarrollo Humano y Hábitat.
Según un informe del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz, la canasta básica total en los barrios populares de Rosario tuvieron un aumento del 225% en el año 2023, mientras que la canasta alimentaria tuvo una variación de 249%. Proporcionalmente, los sectores más vulnerables destinan la mayoría de sus ingresos a las necesidades básicas, sobre todo alimentos. No obstante, el alza en los precios de los comestibles hicieron que muchas personas que antes no frecuentaban los comedores tuvieran que acercarse para poder asegurar una ración de comida, lo que aumentó la demanda en los centros comunitarios.
El aumento de los productos alimenticios “no empezó ahora, esto viene hace mucho tiempo”. Gianelloni apuntó que “cualquier política social que tenga que ver con asistir y acompañar el acceso al derecho a la alimentación era siempre correr detrás de la inflación, pero creo pudimos acá en Rosario hacer una política muy consistente a través de esta red y el vínculo que tenemos con las organizaciones sociales, llegó la ayuda directa a muchas familias".
"Nosotros notábamos el impacto de la inflación en los productos de la canasta básica. Es muy difícil para nosotros acompañar, desde el punto de vista del Estado para acompañar la velocidad que tiene la inflación con las políticas sociales", dijo el funcionario.
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"Hay tres niveles de del Estado que intervienen en la política alimentaria, en garantizar el derecho al acceso a los elementos de la canasta básica. En el último gobierno nacional hubo una transferencia importante de recursos que hacía la Nación, sobre todo durante la pandemia y después eso fue modificándose", describió Gianelloni y destacó que "en el último tiempo hubo complejidades en la logística de la distribución para que llegaran esos alimentos desde Nación".
Diferentes organizaciones sociales apuntaron a este diario que durante el mes de noviembre, el entonces ministerio de Desarrollo Social de la Nación, conducido por Victoria Tolosa Paz, entregó “sólo la tercera parte de la mercadería” acordada. No obstante, durante el mes de diciembre las autoridades nacionales “no mandaron nada”.
Ante esta situación, los comedores se abastecen de lo que pueden comprar a partir de los recursos de los propios militantes. La Municipalidad inyecta fondos de forma directa para que las organizaciones compren los alimentos para llenar las ollas comunitarias, y compensan con lo bolsones de comida que el gobierno provincial entrega: "No damos abasto con las ollas", apuntaron.
Por su parte, el secretario subrayó que desde el municipio pudieron trabajar con los gobiernos saliente y entrante para elaborar políticas de asistencia: "Hay una situación social que viene en crescendo en cuanto a la demanda. Los efectos de las últimas medidas del gobierno nacional los vamos a ir viendo en el transcurso de estos primeros meses del año 2024”.