Cada vez más personas se acercan a los comedores comunitarios de los barrios populares para poder hacer frente a las necesidades alimentarias. Los precios de los alimentos han aumentado a niveles que se hacen insostenibles para familias de bajos ingresos y ponen en jaque a las organizaciones sociales que se las rebuscan para hacer frente a la demanda de comida, que crece entre los sectores más empobrecidos.
El costo de vida en los barrios populares de la ciudad de Rosario aumentó un 44% en el último trimestre del año, con una suba muy importante en materia de alimentos que llegó a 249% interanual. Así lo demuestra un informe del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (Ceso) en conjunto con el Movimiento Evita, que explica que los barrios más carenciados son los que, al tener ingresos menores, destinan una proporción mucho mayor que la media de la población en atender las necesidades básicas.
“Hay cada vez más gente en los comedores del barrio”, apuntó a La Capital Sandra Romero, militante de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y encargada de un comedor en el barrio Los Pumitas y agregó que “se complica mucho para poder comprar los materiales para los comedores”.
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Los comedores comunitarios están desbordados debido al efecto pinza del aumento de gente que se acerca a buscar un plato de comida y al aumento de los insumos para poder cocinarlos.
Foto: Francisco Guillén / La Capital
El comedor de Romero da de comer a 430 personas, pero el aumento de los costos y de la demanda de los vecinos que se acercan a buscar una ración de comida lo dejó al borde del quebranto: “Ya no da abasto la olla. En los merenderos hay muchísimos chicos que antes no venían. Este incremento se da desde hace dos meses. Sus padres o hermanos se quedan sin trabajo y vienen a comer a la olla”.
Los aumentos de los alimentos, sobre todo en el último mes, han hecho que personas que antes podían sostener con su bolsillo la totalidad de las comidas de su familia tuvieran que suplantar alguna de ellas con una ración en una olla popular o un merendero.
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Según el relevamiento del Ceso, el costo de vida de los barrios tuvo un incremento trimestral del 46%, entre septiembre y los primeros días de diciembre, mientras que el aumento interanual fue del 225% en la canasta básica total. El informe indica que un adulto necesitó $87.284 para cubrir sus necesidades alimentarias, mientras que una familia, sólo para alimentarse precisa $269.709. “Fideos, tapas para empanadas, sal, vino y algunos cortes de carne, con aumentos que superan el 300%”, apunta el informe.
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Los comedores comunitarios de Rosario están desbordados debido al efecto pinza del aumento de gente que se acerca a buscar un plato de comida y al aumento de los insumos para cocinar.
Los productos que más aumentaron, según este relevamiento, fueron los de consumo masivo, encabezados por los fideos secos (117%), el aceite (70%) y la carne con un aumento trimestral promedio de 61 puntos porcentuales, lo cual conspiró contra la incorporación de alimentos proteínicos y nutritivos en las ollas populares de los barrios. Las bebidas alcohólicas también encontraron su lugar entre los productos de mayor ascenso, con aumentos de 61% en sus precios.
El relevamiento del Ceso agrega que el rubro de las frutas y verduras también tuvieron un aumento de precios significativo: el arroz aumentó un 456% entre septiembre y diciembre. En palabras de Romero, “los precios se han ido por los cielos”.
Nuevas caras y nuevas espaldas
Los comedores comunitarios y los merenderos percibieron un aumento de la demanda de porciones de comida en los últimos dos meses. Entre los nuevos asistentes, las organizaciones sociales destacaron que además de niños y jóvenes, se han sumado numerosos adultos mayores.
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Foto: Marcelo Bustamante / La Capital
“Por ahí hay gente que antes trabajaba siempre y tenía para poder resolver la alimentación de su familia que ahora tiene que venir a comer una o dos veces por semana con su familia para poder darle algo de comer a los chicos”, relató Romero.
Fuentes consultadas del Movimiento Evita confirmaron que en los barrios Casiano Casas, La Sexta, Bella Vista y Mangrullo se detecta el mismo fenómeno: más comensales, muchos chicos y nuevos ancianos que hace algunos meses no frecuentaban los merenderos y comedores.
El Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Isepci) relevó el aumento de los precios en 250 locales de cercanía en los barrios populares de toda la provincia, principalmente de la ciudad de Rosario, y apuntaron un crecimiento de los precios sólo en el mes de diciembre de 42,21% en la canasta básica alimentaria. Pero lo que más notaron es la dispersión de los precios entre un local y el otro, con diferencias de hasta 300% entre uno y el otro.
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Estos números no hacen más que graficar el traslado de los ingresos de los sectores más marginados de la sociedad, los cuales ya se encontraban en serias dificultades al momento de poder sostener las cuatro comidas diarias antes de la explosión inflacionaria del mes de diciembre.
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Marisol Ciuffo, del equipo de logística de los comedores de la CCC, afirmó a La Capital que los bolsones de comida que la organización entrega por semana a los referentes barriales para distribuirlos entre las 110 ollas comunitarias que la organización coordina en toda la ciudad están cada vez más livianos: no llegan a comprar toda la mercadería.
“Los comedores tenemos que entregar 10 mil bolsones, y cada vez que hacen la cuenta para armarlos comprando lo básico, como el azúcar, el puré, la harina, todas las semanas vemos que los aumentos son el doble, el triple”, lamentó la militante.
Las organizaciones subrayaron que del Estado nacional “no llega nada”, mientras que la Municipalidad contribuye con fondos que “no alcanzan, pero tenés que tironear a ver cómo llegamos. Lo que no se logra comprar con la plata de la Municipalidad, ayuda a los compañeros para poder completar el bolsón”.
Ciuffo reveló que en el mes de noviembre, el gobierno nacional entregó la tercera parte de la mercadería acordada con el entonces ministerio de Desarrollo Social, mientras que en diciembre “Milei no mandó nada en todo el mes de diciembre. Todo lo que pudimos distribuir fueron productos que nos pudo dar la provincia”.