"Este robo fue mucho más grave que cinco elementos de cocina, fue una profanación a la sociedad". La sentencia pertenece a Daniel Siñeriz el sacerdote de la capilla Comunidad San Joaquín y Santa Ana, de Nuevo Alberdi, cuyo sector de cocina fue desvalijado. No es la primera vez que roban en el establecimiento.
El padre le contó a La Capital que los delincuentes ganaron el ingreso a la capilla ubicada en José Julián Pérez 2851, en la Zona Cero de Nuevo Alberdi, tras romper la reja de una ventana y fueron directamente a la cocina, el corazón comunitario de la capilla, donde allí se lleva adelante un proyecto gastronómico abierto a la comunidad. "Pasaron por allí y despojaron prácticamente la cocina, donde teníamos un emprendimiento de panificación", indicó respecto al robo perpetrado en su parroquia.
En escasos minutos, detalló el sacerdote, se llevaron una máquina de amasar, una garrafa, un ventilador, varias ollas y todos los utensillos de cocina que la comunidad del barrio utiliza para trabajar. "Con eso anulan la posibilidad de seguir trabajando, es una especie de profanación para desalentar a que la gente participe", lamentó Siñeriz.
"Muchas cosas que fueron robadas son compradas por otras"
"Es un poco lo que pasa cuando desvalijan las escuelas y los clubes, que son espacios sagrados porque allí es donde se reconoce y se enaltece la dignidad de las personas", reflexionó el sacerdote, quien aseguró que son "incontables" las veces que asaltaron la parroquia de la zona noroeste de Rosario.
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En tal sentido, consideró que el objetivo de los delincuentes es "mucho más grave que cuatro o cinco elementos de cocina, es dejar a la gente desprotegida y sola". Y agregó que con esa actitud delictiva "se llevan puesto el entusiasmo y la solidaridad de las instituciones. Me duele profundamente, es un daño material muy profundo".
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"Fuimos a pedirle a Cáritas y a la gente de buena voluntad que nos dé una mano. Sobre todo para conseguir una amasadora, pero también necesitamos ollas, fuentes, muchos utensillos, todo lo que se puede recuperar. Lo que no se puede recuperar es la tranquilidad ante todo lo que significa todo esto", abundó.
Por otra parte, el párroco evaluó que el modus operandi de los ladrones es reducir lo robado en lugares de interés público para luego venderlo en el mercado ilegal. "Lo peor de todo es que muchas cosas que fueron robadas son compradas por otras personas, es muy doloroso que haya gente que compre elementos robados".