En el Aeropuerto Internacional Islas Malvinas se comenzaron a montar este lunes las estructuras de lo que serán las mangas que conectarán el nuevo edificio de la terminal aérea (hoy en pleno proceso de construcción) con las aeronaves. Se trata de un histórico anhelo de las autoridades aeroportuarias locales que comienza a plasmarse y que dotará a la terminal de un servicio acorde a la ciudad en la que está emplazada. De no mediar inconvenientes técnicos, se prevé que las estructuras estarán en funcionamiento en febrero del año próximo.
Las mangas fueron adquiridas a una empresa española y llegaron hace pocos días al puerto de la ciudad bonaerense de Zárate (Buenos Aires), desde donde fueron trasladadas en camiones que durante este fin de semana arribaron al aeropuerto rosarino.
El presidente del directorio que administra la terminal aérea, Eduardo Romagnoli, se mostró muy cauto al hacer el anuncio, detalló que "se está chequeando que todo haya llegado en orden y en condiciones" y ponderó que "sin dudas se comienza a saldar una vieja deuda del aeropuerto. Fueron muchos años de espera", admitió.
Lo concreto es que con el arribo de las mangas y materiales complementarios, este lunes se comenzó a montar toda la estructura en el marco de un proceso que demandará unos 20 días. Se trata de dos pasarelas telescópicas que permitirán acceder desde el edificio de la terminal directamente a las aeronaves sin que los pasajeros se tengan que desplazar por sectores de la pista, lo que por momentos se tornaba incómodo, fundamentalmente en días con malas condiciones climáticas.
La instalación de las mangas también representa una mejora para las personas con movilidad reducida. En total, cuando la obra de ampliación se finalice en todas las etapas, se prevé la instalación de cuatro de estas estructuras.
La nueva construcción será completamente funcional y de uso flexible para todos los tipos de vuelos (arribos y embarques internacionales, arribos y embarques domésticos). Además, estará vinculada funcionalmente con la terminal existente.
Mientras tanto, una vez que esté culminada la ampliación del edificio, la terminal aérea sumará 4.800 metros cuadrados en el marco de una transformación histórica y muy esperada.
El flamante edificio tendrá dos plantas donde se dispondrán las salas de embarque y arribo, sector de entrega de equipajes, y oficinas de organismos y de servicios. Además quedarán listos dos puentes que vincularán la nueva terminal con el pivot que contiene las pasarelas de embarque más conocidas como “mangas”.
Además, habrá un nuevo núcleo de escaleras y ascensores al noroeste de la terminal actual, para vincular los movimientos de pasajeros entre ese edificio y el nuevo.
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De acuerdo a lo que habían destacado oportunamente las autoridades, el nuevo edificio “será completamente funcional y de uso para todos los tipos de vuelos (arribos y embarques internacionales, arribos y embarques domésticos). En el proyecto original (generado en la gestión del gobernador Miguel Lifschitz), ambos edificios se pensaron para operaciones distintas. Sin embargo, la pandemia obligó a un cambio de criterio.
Tanto la Organización de Aviación Civil Internacional (Oaci), como el Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (Orsna) recomendaron “firmemente” realizar esta modificación que, en caso de que hubiera otra pandemia, permitiría duplicar áreas y hacerlas funcionar a la vez.
Por el momento, una vez que estén instaladas las mangas llegarán a Rosario los técnicos españoles de la empresa constructora para para capacitar al personal del aeropuerto rosarino en todo lo que tenga que ver con el uso y mantenimiento de estas estructuras.
La puesta oficial de funcionamiento se realizará una vez que concluya la obra de ampliación de la terminal, cuyas cintas de inauguración se cortarán durante el año próximo.