El Papa Benedicto XVI pidió el ayer, día de su 83 cumpleaños, a los católicos
que recen por su Iglesia, mientras se conocen más detalles embarazosos sobre el escándalo de abusos
sexuales y una víctima le pidió que se disculpe en su viaje a Malta este fin de semana.
Un día después de decir que la Iglesia tiene que hacer penitencia por sus
pecados, el Pontífice rogó ayer a un grupo de benefactores de Estados Unidos de visita: “En
estos días, les pido que recen por las necesidades de la Iglesia universal” para que pueda
recuperar la “santidad, la unidad y el celo misionero”.
Las felicitaciones de cumpleaños llegaron desde los prelados católicos y
políticos italianos, pero no había programado ningún acto oficial. Docenas de cardenales tienen
previsto unirse a Benedicto XVI el lunes en el Vaticano para un almuerzo por el quinto aniversario
de su elección como Papa.
El estado de ánimo es cualquier cosa menos festivo en el Vaticano, donde los
sacerdotes puntualizan las conversaciones con frases como “en estos tiempos
difíciles...”. La petición de Benedicto para la penitencia fue una inusual referencia pública
a los escándalos que están afectando a la Iglesia.
Estos casos amenazan con eclipsar su viaje a Malta hoy y mañana, inicialmente
previsto para conmemorar el 1.950 aniversario del naufragio allí de San Pablo, el gran misionero
del primer cristianismo.
“Deseo reunirme con el Papa”, dijo Lawrence Grech, uno de los 10
hombres malteses que han demandado a la Iglesia por supuestos abusos sexuales, dijo a Reuters
Televisión en Valleta.
Apuntando que Benedicto ya había pedido disculpas y se había reunido con
víctimas de abusos durante sus visitas a Estados Unidos y Australia, dijo: “No creo que vaya
a ser difícil hacer lo mismo en Malta”.
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, dijo que el Papa estaba dispuesto a
reunirse con más víctimas, pero no bajo la presión de los medios de comunicación. No informó si en
Malta se celebraría uno de esos encuentros.
El Vaticano se vio afectado por otra embarazosa revelación ayer a última hora,
cuando un sitio web publicó una carta de un cardenal de la Curia felicitando a un obispo francés en
el 2001 por no denunciar a la policía a un sacerdote que confesó ser un abusador.
El cardenal colombiano Darío Castrillon Hoyos, que por entonces dirigía el
departamento vaticano a cargo de los sacerdotes en todo el mundo, dijo que el obispo Pierre Pican
de Bayeux-Lisieux era un modelo para todos los obispos por su comportamiento en un caso que
conmocionó a Francia.
El sacerdote Rene Bissey fue condenado a 18 años de prisión por abusar
sexualmente de 11 niños y Pican recibió una sentencia suspendida de tres meses por no denunciar los
crímenes.
“Lo felicito por no denunciar a un sacerdote a la administración
civil”, escribió Castrillon Hoyos.
Barbara Dorris, de un grupo de apoyo a las víctimas de abusos de sacerdotes con
sede en Estados Unidos, describió la carta como “una de las más reveladores y
preocupantes” entre los muchos documentos internos de la Iglesia que ahora publica para
exponer el alcance de la crisis de los abusos.
“¿En qué otra institución de este planeta un alto funcionario elogia a un
colega por esconder a un criminal de la policía?”, se preguntó.