El presunto responsable del triple femicidio de Brenda Del Castillo (20), Morena Verdi (20) y Lara Gutiérrez (15) en Florencio Varela es un joven narco peruano conocido como “Pequeño J” o “Julito”, identificado además como Julio Valverde y Julio Noguera. Tiene 23 años y, según la investigación, ordenó secuestrar, torturar y asesinar a las tres víctimas tras un supuesto robo de dinero y cocaína.
El ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, confirmó que el acusado “ya tiene pedido de captura internacional” y lo describió como “sanguinario”.
Cómo ocurrió el secuestro y asesinato de Brenda, Morena y Lara
El viernes por la noche, las tres jóvenes subieron a una Chevrolet Tracker blanca con patente adulterada creyendo que iban a una fiesta. La reunión nunca existió: era una trampa. Sus cuerpos aparecieron enterrados el miércoles en el patio de una casa de Florencio Varela.
El miércoles siguiente, sus cuerpos aparecieron enterrados en el patio de una casa de Florencio Varela. La investigación determinó que fueron secuestradas, torturadas y asesinadas por orden directa de “Pequeño J”.
La hipótesis de la fiscalía sostiene que el narco peruano contrató sicarios para ejecutar el crimen y que, incluso, organizó una transmisión en vivo del asesinato en un grupo cerrado de redes sociales. Allí habría repetido la frase: “Esto le pasa a quienes me roban”, en un mensaje dirigido a alguien de su propia banda.
El fiscal de La Matanza, Gastón Duplaá, cree que las tres jóvenes no eran el objetivo final, sino que fueron utilizadas como “vehículo de un mensaje” para un miembro de la organización que lo había traicionado por robo de cocaína y dinero.
En paralelo, los investigadores allanaron este jueves un búnker del narco en Barracas, donde encontraron trampas electrificadas y un mensaje escrito dirigido a la Policía.
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La pareja de peruanos dueña de la casa donde enterraron a las víctimas fue detenida en un hotel alojamiento. Según fuentes judiciales, habrían presenciado la transmisión en vivo del triple crimen y aportaron detalles de cómo ocurrió, aunque no estuvieron en el lugar durante los homicidios.
Aunque no se lo vincula con los clanes que operan en la Villa 1-11-14 ni en la Villa Zavaleta, los investigadores sospechan que el joven narco tiene conexiones en barrios del Bajo Flores y Barracas, pero que su influencia se concentra en el sur del conurbano bonaerense.