Los vuelos de cabotaje volvían hoy a operar con demoras en el aeroparque metropolitano Jorge Newbery a raíz de una medida de fuerza de los controladores aéreos, quienes se solidarizaron con sus compañeros desplazados de la torre de control.
Los vuelos de cabotaje volvían hoy a operar con demoras en el aeroparque metropolitano Jorge Newbery a raíz de una medida de fuerza de los controladores aéreos, quienes se solidarizaron con sus compañeros desplazados de la torre de control.
La medida provocaba retrasos en la mayoría de los servicios, muchos de los cuales debieron ser reprogramados por las compañías comerciales “para no cancelarlos y perjudicar a los pasajeros”, reportó una fuente de Aerolíneas Argentinas.
El “trabajo a reglamento” de los controladores, que llevan adelante desde hace varios días, afectaba a todas las empresas aéreas. En los últimos días, varios vuelos programados para aterrizar en el aeroparque porteño debieron ser desviados hacia el aeropuerto internacional de Ezeiza, y otros sufrieron retrasos de hasta tres horas.
Esta mañana, el titular del sindicato de controladores aéreos, Omar Torres, desmintió “categóricamente que haya una medida de fuerza: no hemos implementado ningún tipo de medida restrictiva en ningún aeropuerto del país”.
“Los que operan en ese aeropuerto no son afiliados nuestros, responden a las huestes de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (Apta)”, indicó a radio La Red.
Ayer, Apta manifestó en un comunicado su “solidaridad con los compañeros desplazados de la torre de control del Aeroparque Jorge Newbery y el aeropuerto Taravella de Córdoba”.
“Consideramos que no hay razón alguna para adoptar semejante medida, ni en lo laboral ni en lo profesional”, expresó el parte firmado por el secretario general de APTA, Ricardo Cirielli.
En ese sentido, sostuvo que la “asociación repudia los hechos por ser arbitrarios y discriminatorios, y atentar directamente contra los derechos de los trabajadores con procedimientos abiertamente dictatoriales y ominosos, persiguiendo y castigando a los trabajadores”.
Por Facundo Borrego