El fiscal Fernando Guzzo solicitó 14 años de prisión efectiva para Julieta Silva por la muerte "claramente dolosa" de su novio, el rugbier Genaro Fortunato. El crimen ocurrió en la ciudad mendocina de San Rafael en septiembre de 2016, cuando Silva atropelló a Fortunato a la salida de un boliche. La querella reclamó una condena de 20 años. El pedido del fiscal significa un atenuante para la joven, en caso de verse confirmado por la sentencia del tribunal le evitaría una eventual prisión perpetua. El "caso del rugbier" conmocionó hace casi un año a Mendoza y trascendió a todo el país. Fortunato fue atropellado con el auto dos veces por su novia Julieta Silva, luego de una fuerte discusión en un local nocturno.
El fiscal Guzzo consideró el atenuante del "estado de emoción violenta", y solicitó al tribunal que, al momento de dictar la sentencia, la acusada "deje de manera inmediata los alcances de la prisión preventiva en la modalidad domiciliaria y ordene la internación en un establecimiento carcelario". Para el fiscal, Silva "no reúne los supuestos requisitos para la prisión domiciliaria" de la que venía gozando hasta el juicio y se pronunció asimismo porque "no va a ser posible una pena de ejecución condicional", aunque tampoco pidió una pena de prisión perpetua como se especulaba.
En su alegato, Guzzo apeló a la figura de "homicidio simple con dolo eventual por emoción violenta" para formular los cargos contra Silva. Ayer, tras la exposición fiscal, el tribunal, integrado por los jueces Rodolfo Luque, Julio Bittar y la jueza María Eugenia Laigle, se hizo un cuarto intermedio. Por la tarde, tras retomarse la audiencia, el abogado querellante Tíndaro Fernández, representante de la familia de la víctima, pidió al tribunal que a Silva se la condene por el delito de "homicidio simple con dolo". Como alternativa, según trascendió en la prensa local, Fernández solicitó al tribunal que condene a la imputada a la pena de 20 años de prisión y se le revoque la prisión domiciliaria.
La defensa de Silva expondrá hoy sus alegatos, tras solicitar al tribunal no hacerlo ayer. Si bien no está confirmado, trascendió que la sentencia podría ser dictada hoy mismo o el próximo lunes. La familia de la víctima sostiene desde el comienzo de la investigación que la muerte de Genaro no fue un accidente.
El hecho ocurrió durante la madrugada del 9 de septiembre del año pasado en San Rafael a la salida de "La Mona Bar", un lugar al que Silva, de 30 años, y Fortunato, de 25, habían concurrido unas horas antes. El joven intentó detener la salida intempestiva de su novia del lugar tras una fuerte discusión, pero, según testigos, al "colgarse" del auto en el que se subió la mujer, él cayó, entonces su novia giró en "u", lo atropelló y mató en el acto. Se afirma que Silva "remató" a Fortunato volviéndolo a atropellar, según un testigo del caso.
Silva permaneció internada con custodia policial en el área de Salud Mental de un hospital hasta que el 12 de septiembre fue trasladada al penal de San Rafael. La mujer dijo que esa noche olvidó sus lentes y que "no vio" a su novio caído en el suelo antes de atropellarlo cuando regresaba para devolverle su celular, que habría quedado en el auto. Según una pericia oftalmológica, Silva padece astigmatismo de grado -3 en ambos ojos, situación que la obligaba a conducir con lentes.
El 31 de octubre del año pasado, la Primera Cámara del Crimen de San Rafael le otorgó prisión domiciliaria.
Sorpresa general
Ayer, sorprendió a todos el fiscal Guzzo cuando, después de casi tres horas de alegatos en los que dijo "estar convencido de que Julieta Silva tuvo la intención de atropellar" a su novio Genaro Fortunato, pidió el atenuante de la "emoción violenta" y sólo 14 años de prisión. El fiscal tomó en cuenta tres artículos del Código Penal. El 80, que se refiere al homicidio agravado vínculo, pero le agregó el atenuante del artículo 81 que menciona la "emoción violenta" y el 82 que prevé la pena de 10 a 25 años. Argumentó que el pedido de menor pena, 14 años en prisión, se basa en que Julieta es una "mujer joven, instruida, sin antecedentes penales, que ejercía el comercio, separada y madre de dos hijos". Y reforzó su cambio de posición, luego de exigir el viernes pasado al tribunal que contemplara el agravante de pareja y una condena a perpetua, en que "Silva no tenía ningún motivo para delinquir salvo su ira". Miguel Fortunato, padre de Genaro, sus hermanos y otros familiares del joven asesinado, consideraron que es baja la pena pedida por el fiscal. La defensa a cargo del ex ministro mendocino Alejandro Cazabán, respiró tranquila, ya que se esperaba una posición más dura del fiscal.
Además, Guzzo recordó el negativo informe de su pericia psiquiátrica: "Se observan indicadores de violencia, es peligrosa para sí y para terceros", según dijeron los profesionales que la examinaron. Y sumó otros rasgos que aparecen en el estudio de personalidad de la joven: "es inmadura, manifiesta impulsividad, irritabilidad y es inestable en sus relaciones personales". Pero "nunca estuvo bajo un estado de shock emocional: cada acción que llevó a cabo fue calculada, una vez que supo que estaba Genaro muerto", remarcó el fiscal. Julieta lloró varias veces. El momento de mayor tensión, que llevó a la joven a salir unos minutos de la sala por encontrarse "descompuesta", fue cuando volvió a escuchar el llamado al 911 en el que ella avisa que había atropellado "a alguien" sin hacer referencia a que era su novio.