Ginebra.- Científicos de un gran laboratorio suizo lanzarán el miércoles un experimento para reconstruir el Big Bang a pequeña escala con el objetivo de explicar los orígenes del universo y cómo pudo albergar la vida.
Ginebra.- Científicos de un gran laboratorio suizo lanzarán el miércoles un experimento para reconstruir el Big Bang a pequeña escala con el objetivo de explicar los orígenes del universo y cómo pudo albergar la vida.
El Gran Colisionador de Hadrones (o LHC por su sigla en inglés) usará imanes gigantes ubicados en cavernas para disparar haces de partículas de energía a lo largo de un túnel de 27 kilómetros, donde chocarán a niveles cercanos a la velocidad de la luz. Luego, computadoras analizarán las partículas desprendidas para hallar claves de lo que ocurrió durante el Big Bang.
Científicos del laboratorio Cern, ubicado al pie de las montañas Jura, buscarán descubrir elusivos conceptos como “materia oscura”, “energía oscura”, dimensiones extra y, sobre todo, el “Bosón de Higgs”, considerado el responsable de todo el proceso.
“El LHC fue concebido para cambiar radicalmente nuestra visión sobre el universo”, dijo el director general del Cern, el francés Robert Aymar. “Cualquiera sea el descubrimiento que permita el conocimiento humano acerca de los orígenes del mundo se verá muy enriquecido”, agregó.
Científicos del laboratorio se esforzaron por desmentir las sugerencias de algunos críticos, que indicaron que el experimento podía crear pequeños agujeros negros de intensa gravedad que podrían aspirar todo el planeta.
El proyecto pretende reconstruir trillones de veces el momento en que, hace unos 15.000 millones de años y de acuerdo a la creencia de cosmólogos, un objeto inimaginablemente denso y caliente del tamaño de una pequeña moneda explotó y se expandió rápidamente creando estrellas, planetas y eventualmente la vida en la Tierra.
El experimento de 10.000 millones de francos suizos (9.000 millones de dólares) del Cern, Consejo Europeo para la Investigación Nuclear integrado por 20 naciones y ubicado cerca de Ginebra, comienza con un procedimiento relativamente simple: bombear un haz de partículas a lo largo del túnel subterráneo.
Los técnicos primero intentarán dirigir el haz en una dirección alrededor del colisionador
hermético a unos 100 metros bajo la tierra.
Sin garantías
Una vez que hayan hecho eso -y miembros del Cern dicen que no hay garantía de éxito inmediato ni durante los primeros días- proyectarán otro haz, también levemente por debajo de la velocidad de la luz, en otra dirección.
Más tarde, quizás en las próximas semanas, bombearán haces en ambas direcciones y harán chocar las partículas, pero inicialmente a baja intensidad.
Luego, probablemente cerca de fin de año, pasarán a producir pequeñas colisiones que recrearán el calor y la energía del Big Bang, un concepto sobre el origen del universo ampliamente aceptado por los científicos.
Todo lo que suceda después de estos eventos -que en su punto más álgido podrían ocurrir 600 millones de veces por segundo- será registrado por detectores ultra sofisticados instalados alrededor del LHC en los cuatro puntos de colisión.
Es en estas condiciones que los científicos esperan encontrar bastante rápidamente el Bosón de Higgs, denominado así por el científico escocés Peter Higgs que lo propuso por primera vez en 1964 como la respuesta al misterio de cómo la materia adquiere masa.
Sin masa, las estrellas y los planetas del universo nunca hubieran asumido una forma luego del Big Bang y la vida nunca hubiera comenzado en la Tierra. (Reuters)