Un libro póstumo con textos del Papa emérito Benedicto XVI, fallecido el 31 de diciembre a los 95 años, amenaza con provocar nuevas conmociones y turbulencias en la Iglesia católica. Bajo el título “Qué es el cristianismo”, el Papa emérito afirma que en la Iglesia católica alemana se ha extendido la permisividad hacia la práctica de la homosexualidad, al punto que en algunos seminarios alemanes habría “clubes” gays y se permite la presencia de “representantes pastorales casados con sus familias”. Benedicto asegura, en ese contexto, sus libros de teología están de hecho prohibidos en los seminarios alemanes. La Iglesia católica alemana presiona fuertemente desde hace años por poner fin al celibato de los sacerdotes y abrir el sacerdocio a las mujeres.
Publicado en Italia, el volumen se llama “Che cos’è il cristianesimo” (“Qué es el cristianismo”, en traducción literal) y contiene textos inéditos escritos por Joseph Ratzinger tras su renuncia al trono de Pedro en 2013. “Este volumen, que reúne los escritos compuestos por mí en el monasterio Mater Ecclesiae, debe ser publicado después de mi muerte”, escribió Benedicto XVI en una carta a los organizadores del libro, el teólogo Elio Guerriero y Georg Ganswein, secretario privado del pontífice emérito.
En uno de los textos, Ratzinger denuncia la existencia de “clubes de homosexuales” en varios seminarios, refiriéndose a grupos que “actuaban más o menos abiertamente y que claramente transformaban el clima” en las escuelas de sacerdotes. “En un seminario en el sur de Alemania, los candidatos al sacerdocio y los candidatos al servicio laico vivían juntos. Benedicto no denuncia si hay allí prácticas de pedofilia en perjuicio de los seminaristas.
Durante las comidas conjuntas, los seminaristas permanecían juntos con representantes pastorales casados, acompañados en parte por esposas e hijos, y en algunos casos incluso por novias. El ambiente en el seminario no ayudó en la formación sacerdotal”, acusa.
Entonces Benedicto XVI dijo que un obispo incluso permitió la proyección de “películas pornográficas a los seminaristas, presumiblemente con la intención de permitirles resistir comportamientos contrarios a la fe”.
El lanzamiento del volumen se produce al mismo tiempo de la llegada a las librerías de un libro en el que el Papa Francisco comenta sobre la homosexualidad y afirma que “Dios no repudiará a ninguno de sus hijos”, destacando las diferentes visiones entre conservadores y progresistas en la Iglesia.
El “odio” en Alemania
En la carta en la que pedía la publicación de estos textos sólo después de su muerte, Benedicto XVI afirmaba que ya no quería divulgar nada en vida debido a la oposición que sufría en su propio país.
“La furia de los grupos contrarios a mí en Alemania es tan fuerte que la aparición de cualquier palabra mía provoca inmediatamente un clamor asesino”, dijo entonces.
En razón de este clima de odio, en una carta a Gaenswein, Ratzinger justifica su elección: “Por mi parte, en vida, ya no quiero publicar nada. La furia de los círculos contra mí en Alemania es tan fuerte que la aparición de cualquier palabra mía provoca inmediatamente una algarabía asesina por su parte. Quiero ahorrarme esto a mí mismo y a la cristiandad”, se lee en “Qué es el cristianismo” (editado por Mondadori).
Hubo obispos individuales, y no sólo en Estados Unidos, que rechazaron la tradición católica en su conjunto, con el objetivo de desarrollar en sus diócesis una especie de catolicismo nuevo y moderno. Quizá merezca la pena mencionar que, en no pocos seminarios, los alumnos a los que se sorprendía leyendo mis libros eran considerados no aptos para el sacerdocio. Mis libros se ocultaban como literatura nociva y sólo se leían en secreto, por así decirlo”.
Hablando de la reunión que el Papa Francisco había convocado con los presidentes de todas las conferencias episcopales del mundo sobre el tema de los abusos, Ratzinger subrayó: “En el contexto de la reunión de los presidentes de las conferencias episcopales del mundo con el Papa Francisco, la cuestión de la vida sacerdotal y también la cuestión de los seminarios está en el centro. En cuanto al problema de la preparación para el ministerio sacerdotal en los seminarios, existe efectivamente un gran colapso de la forma actual de esta “preparación”.
Las críticas vaticanas a la Iglesia alemana no son nuevas. En 2021, el cardenal prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Gerhard Müller, denunció que la Iglesia de Alemania pretende arrastrar a toda la Iglesia imponiéndole cambios en la fe. “La Iglesia se edifica por ser católica, no alemana”, dijo Mûller, criticaba al sínodo desarrollado por la Iglesia alemana en 2021 y 2022. Allí impulsaron el fin del celibato, el sacerdocio femenino y el casamiento de personas del mismo sexo. En febrero de 2022, el Vaticano advirtió al sínodo alemán de que “no puede cambiar la moral católica ni tiene autoridad sobre los obispos”. Es en este contexto de enfrentamiento entre el catolicismo alemán y el Vaticano en el que deben interpretarse las declaraciones póstumas de Benedicto XVI.