La Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense se vio invadida en los últimos días por unos pequeños insectos negros que no solamente son molestos sino que además provocan una intensa picazón al posarse sobre las personas.
La Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense se vio invadida en los últimos días por unos pequeños insectos negros que no solamente son molestos sino que además provocan una intensa picazón al posarse sobre las personas.
Muchos creyeron que se trataba de piojillos de palomas pero finalmente se reveló que son tisanópteros (nombre científico Thysanoptera), más específicamente Caliothrips phaseoli, unos pequeños insectos neópteros negros o marrones a los que también se conoce como trips o thrips. Habitualmente no superan los 3 milímetros de largo. Y en Buenos Aires protagonizaron una auténtica invasión a lo largo de los últimos días que motivó quejas y lamentos en las redes sociales por la picazón que producen.
"Hoy fui a un bar con mi hermano y nos estábamos rascando. Pensamos que éramos los únicos pero una chica de otra mesa nos preguntó si a nosotros también nos picaba", escribió en Twitter una usuaria llamada Pupi, mientras Sofia publicó: "Pensé que era la única loca que hoy estuvo rascándose todo el día por esto".
Los comentarios en las redes sobre los trips se reproducen tanto como los mismos bichitos. "Por dios, venía en moto y casi me muero de cómo me pica todo, no sabía qué carajo era", escribió Chris, en tanto que Luna añadió: "No sé, pero me regalaron una plantita y ahora mi escritorio está lleno de esos bichos".
Según contó el científico del Conicet Gabricio Ballarini, "el calor extremo generó la propagación" de los trips. "Hay pocos estudios sobre las picaduras en humanos. Según algunos trabajos, las picaduras son poco frecuentes. El problema dermatológico puede ser causado por la reacción inmune, al ingresar la saliva de los thrips en los tejidos", indicó.
Según indicaron, un método para combatir los trips es el jabón potásico pulverizado y las trampas cromáticas, pedacitos de plásticos de colores vivos pintados con aceite.
Por Matías Petisce