El profe alguna vez había visto por internet que existen sistemas para llevar a los chicos que no pueden caminar parados junto a un adulto que los ayude y se propuso crear uno para que su alumna baile con sus amigos.
Se tuvo que buscar una modista audaz que se sume a su proyecto. Fueron muchas pruebas y medidas, esfuerzo y dedicación, pero entre los tres lograron armar un arnés a medida para bailar. "Yo soy muy alto y Agos es muy chiquitita, teníamos que hacer todo bien para que no corra riesgo su salud", explicó Mariano.
"Una cosa es caminar, otra bailar, saltar y girar, así que teníamos que tener bien firme el arnés. Tres noches no dormí, pero por suerte todo salió hermoso", afirmó visiblemente emocionado.
"Ver a esa nena feliz me llena el alma. Pudo vivenciar movimientos que no conocía", añadió sobre la emotiva historia. Los padres de Agostina se sumaron a la idea desde el primer día. "Cuando les pedí permiso para ver si me dejaban hacer esta locura me dijeron que sí, todo porque ella esté feliz".
Fueron dos coreografías: la primera la nena bailó con su silla de ruedas y la segunda con su profe de gimnasia. Hace un año, había grabado un mensaje en la radio de su escuela contando que su sueño era ser bailarina. Ese sueño se hizo real gracias a su maestro.