En la frontera rusa se forman colas para intentar salir del país y evitar la llamada a filas para ir a la guerra de Ucrania. El fenómeno comenzó en las horas previas a que el presidente Vladimir Putin anunciara el miércoles una movilización parcial de 300.000 hombres para servir en la guerra. La orden cayó como un balde de agua fría en una población muy desinformada por los medios estatales, y en un país en el que los pocos medios independientes que sobrevivían fueron suprimidos apenas se inició la invasión de Ucrania, el pasado 24 de febrero. Alemania, en tanto, estudia dar el derecho de asilo a los rusos que escapen del llamado a filas de Putin.
El Kremlin afirma que los informes sobre la huida de hombres en edad de combatir "son exagerados". Pero solo en la frontera con Georgia se han formado colas kilométricas de vehículos con hombres que intentan escapar de la guerra. Un hombre, que no quiso ser nombrado, dijo a la BBC que había tomado su pasaporte y había salido hacia la frontera, sin empacar nada, inmediatamente después del anuncio del presidente Putin, porque entra en el grupo que puede ser enviado a la guerra. El llamamiento abarca hasta los 35 años para soldados conscriptos y a 45 para suboficiales, pero es limitado a 300 mil hombres, un universo relativamente reducido dentro del de los millones de reservistas que tiene Rusia.
Sin embargo, las pésimas noticias sobre los primeros 7 meses de guerra han llegado a todos en Rusia, pese a la férrea censura estatal. Y los jóvenes saben que serán "carne de cañón", como lo fueron los de la primera oleada de la ofensiva de febrero/marzo, en la que murieron, según estimaciones de Ucrania, la Otán y EEUU, unos 45 mil soldados rusos.
Algunos testigos estimaron que la cola de autos en el puesto de control de la frontera con Georgia era esta noche de unos 5 km, mientras que otro grupo dijo que habían tardado siete horas en cruzar la frontera. Un video del lugar de los hechos mostraba cómo algunos conductores dejaban sus coches o camiones temporalmente en el tráfico detenido.
Georgia es uno de los pocos países vecinos en los que los rusos pueden entrar sin necesidad de solicitar un visado. Finlandia, que comparte una frontera de 1.300 km con Rusia, exige un visado para ingresar, y también informó de un aumento del tráfico durante la noche, pero dijo que estaba a un nivel manejable.
Otros destinos a los que se puede llegar por vía aérea, como Estambul, Belgrado o Dubai, han visto cómo los precios de los pasajes aéreos se han disparado inmediatamente después de que se anunciara la convocatoria militar, y esos destinos se han agotado por completo. Los medios de comunicación turcos han informado de un gran aumento en la venta de pasajes, mientras que los vuelos restantes a destinos sin visado pueden costar miles de euros. Air Serbia es la única aerolínea europea que mantiene vuelos a Rusia pese al embargo impuesto por la UE.
Pese al veto de los vuelos, la ministra del Interior de Alemania señaló que los rusos que huyan del reclutamiento serán bienvenidos en su país. Nancy Faeser dijo que los desertores amenazados por una "severa represión" recibirían protección caso por caso, tras los controles de seguridad. Esto podría significar que recibirían status de refugidos. Lituania, Letonia, Estonia y la República Checa adoptaron una actitud diferente, diciendo que no ofrecerían refugio a los rusos que huyeran.
Entre los jóvenes rusos cunde la desesperación para huir de ese destino. "Me romperé el brazo, la pierna... cualquier cosa para evitar el reclutamiento", dicen muchos en redes sociales. Sergei. quien habló con la BBC bajo este falso nombre, fue llamado a filas. Estudiante de doctorado y profesor de 26 años esperaba una entrega de alimentos la noche anterior al discurso de Putin, cuando llegaron dos hombres vestidos de civil entregándole documentos militares para que los firmara. El Kremlin dijo que sólo se llamaría a filas a las personas que hubieran hecho el servicio militar y tuvieran conocimientos especiales y experiencia de combate. Pero Sergei no tiene experiencia militar y su padrastro está preocupado, ya que eludir el servicio militar obligatorio es delito grave en Rusia.
La llamada a filas de Putin desencadenó protestas en las principales ciudades rusas, como Moscú y San Petersburgo, que se saldaron con 1.300 detenciones. Estos detenidos pueden recibir condenas a hasta 15 años de prisión. También se informó que a algunos de los detenidos por protestar se les habían entregado los papeles del reclutamiento mientras estaban en las comisarías. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, al ser preguntado por los informes, dijo que hacerlo no era contrario a la ley. La reacción a la movilización militar dentro de Rusia ha sido inusualmente fuerte, sobre todo si se tiene en cuenta el régimen represivo fortalecido por Putin al lanzar la guerra contra Ucrania. Leyes especiales castigan con 12 a 15 años de prisión la sola mención de la palabra "guerra", prohibida en el vocabulario oficial. Las fuertes penalidades aplicadas a los que protestaron en febrero contra la guerra y las nuevas normas represivas hacen que muchos no salgan a las calles a protestar.
El Ministerio de Defensa del Reino Unido, señaló que la movilización "es probable que sea muy impopular en partes de la población rusa. Putin está aceptando un riesgo político considerable con la esperanza de generar un poder de combate muy necesario. El movimiento es efectivamente una admisión de que Rusia ha agotado su suministro de voluntarios dispuestos a luchar en Ucrania", dijo. Efectivamente, en las semanas previas Rusia había recurrido a reclutar presos con condenas por delitos graves, y a recuperar soldados heridos y enviarlos de vuelta al frente.
Incluso si tiene éxito esta movilización, los desafíos logísticos y de todo tipo son enormes. Es poco probable que las nuevas unidades estén listas para el combate antes de varios meses señala el Ministerio de Defensa de Reino Unido y especialistas independientes. Los funcionarios rusos insisten en que la llamada a filas se limita a los que hayan cumplido el servicio militar y no se trata de un reclutamiento generalizado. Pero dentro de Rusia también se especula que la movilización militar podría ser mayor de lo anunciado.
El diario independiente Novaya Gazeta, que debió trasladarse a Europa en medio de la represión contra los medios de comunicación, informó que el decreto de Vladimir Putin contiene un párrafo adicional que ha sido clasificado y mantenido en secreto. El periódico alega que el párrafo secreto permite una convocatoria de hasta un millón de personas, en lugar de las 300.000 que se han comunicado, citando una fuente gubernamental no identificada.
Pero analistas militares señalan una limitación muy evidente para movilizar grandes cantidades de hombres: Rusia no tiene material para equiparlos. La primera ofensiva consumió a las unidades mejor equipadas y entrenadas del ejército, junto con otras de mediocre calidad. Eran 160 mil hombres distribuidos en más de 100 batallones, los hasta ese momento prestigiosos "BTG", o "unidad táctica de batallón" y que ahora habrían sido suprimidos dado su bajo rendimiento en combate.