Montevideo. — El primer turno de las elecciones generales en Uruguay no
dio un ganador neto, y por lo tanto el próximo 29 de noviembre habrá ballottage entre los dos
candidatos más votados ayer, el oficialista José Mujica y el opositor Luis Lacalle. Hasta último
momento hubo incertidumbre, dado que el postulante del Frente Amplio rozaba el 50% que le hubiera
permitido ser consagrado presidente en primera vuelta.
Cifras coincidentes.Ante estos anuncios, la alegría de los seguidores del Frente Amplio, que se
habían acercado al "búnker" de la coalición en un hotel céntrico, se convirtió en silencio. A
través de una pantalla gigante los partidarios del FA siguieron las proyecciones de las distintas
consultoras. Los cánticos que entonaban los frenteamplistas se callaron cuando las consultoras
indicaron de manera unánime que habría ballotage. En el "búnker" blanco la secuencia fue la
opuesta, dado que durante un par de horas el silencio reinó en el lugar, ante la perspectiva de que
su candidato se quedara afuera del ballottage y Mujica se impusiera en primera vuelta.
Después de varias horas de dudas y tensa espera, las principales encuestadoras aseguraron que
habrá ballottage, ya que le otorgaron al Frente Amplio una votación inferior al 50%. El director de
Factum, Oscar Bottinelli, dijo que el Frente Amplio obtuvo entre 47% y 49%, mientras que entre 29 y
31% fueron para el Partido Nacional o Blanco, de Lacalle. Entre 17% y 18% correspondían al
recuperado Partido Colorado de Pedro Bordaberry, que logró casi el doble de votos de lo que le
asignaban las encuestas previas. Con porcentajes similares, el director de Cifra, otra de las
encuestadoras, afirmó que los votos se repartirán en 47% para el FA, 30% para el Partido Nacional y
17% para el Colorado. En tanto, un analista de Equipos Mori, la tercera firma de sondeos de
Uruguay, Ignacio Zuasnábar, vaticinó que los porcentajes serán de 48,1%, 28,3% y 18,1%,
respectivamente.
Pepe, molesto.Lacalle, por su parte, afirmó que en la segunda vuelta no hay que votar a fuerzas
políticas sino a personas, e instó a que la campaña no sea de "lucha", como había dicho Mujica,
sino de "preferencias", diferenciándose del discurso confrontativo de su adversario. "Somos los que
tenemos la capacidad de formar mayorías parlamentarias, pero también sociales", aseguró
Lacalle.
Poco después, el líder del FA reconoció que deberá definir la presidencia en segunda vuelta, el
29 de noviembre próximo. "La sociedad nos exige un esfuerzo más, es decir, participar en una
segunda vuelta", dijo Mujica en conferencia de prensa. "Todo indicaría que nuestra fuerza política
una vez más va a tener una expresión muy importante. No descartamos lograr la mayoría parlamentaria
aunque de ninguna manera lo podemos afirmar", añadió Mujica. Pero el candidato oficialista no pudo
ocultar su mal humor. Cuando un periodista le comentó que afuera del hotel había una multitud
esperándolo, comentó ofuscado: "por eso me quiero ir de acá".
El repunte colorado. El analista Bottinelli destacó asimismo que se observa un desajuste entre
los niveles de aprobación del presidente Tabaré Vázquez (que superan el 60%) con la votación de su
partido y de Mujica. "Esa aprobación no llega a traducirse al voto efectivo en el FA", subrayó el
encuestador.
Los analistas de las encuestadoras concluyeron asimismo que el voto colorado fue
"sustancialmente mejor que en 2004", y que el voto blanco fue inferior a aquella elección. Se
preveía que el Partido Colorado colectaría un 10% de votos, en lugar del 18% que sumaba anoche. La
figura de Pedro Bordaberry, su candidato presidencial, fue clave en esta recuperación. El dirigente
dijo que "en lo personal voy a votar a Lacalle, y queremos decirlo hoy, no vamos a especular con
nadie. Esto no es en contra del Frente Amplio".